jueves, 9 de julio de 2015

BMN y Cajamar están lejos de las nuevas exigencias de solvencia por parte del BCE y sin capacidad para atraer capitales


MADRID.- Bajo la denominación “consolidación del sistema bancario español” se esconde el plan diseñado por el Gobierno para que Banco Santander, BBVA y Caixabank adquieran algunos de los bancos medianos que han quedado en zona de nadie tras la profunda restructuración del sistema financiero nacional, BMN entre ellos, según 'El Confidencial'.

Varias fuentes de estas tres entidades reconocen los contactos informales que en el último mes han tenido con el ministro de Economía, Luis de Guindos, y con el gobernador del Banco de España, Luis Linde, los cuales les han sugerido que sería deseable que los tres grandes trasatlánticos dieran un paso adelante para adquirir los bancos que por escaso tamaño serían vulnerables si el Banco Central Europeo (BCE) eleva de nuevo los niveles de solvencia. 
La sugerencia, que en el lenguaje corporativo se traduce como orden, se refiere a la necesidad de que Santander, BBVA y Caixabank analicen las adquisiciones de entidades como Ibercaja, BMN, Liberbank y Unicaja, principalmente, sin olvidar a Abanca, Kutxabank y Cajamar, que en Murcia comanda el almeriense Bartolomé Viudez. Desde el Ministerio de Economía se considera que en cuanto Fráncfort, desde donde el BCE supervisa desde finales del pasado año a la banca europea, endurezca otra vez las necesidades de capital, varias de ellas no tendrán capacidad de respuesta.
Más aún, se tiene claro que las que están nacionalizadas, con participaciones mayoritarias en manos del Estado, como BMN, o son propiedad de fundaciones y, por ley, están obligadas a salir a Bolsa, como Ibercaja o Unicaja, tendrán serios problemas cuando traten de levantar capital por sí solas. Fuentes financieras estiman que ni BMN, que preside el murciano Carlos Egea, ni la aragonesa Ibercaja, las cuales ya han anunciado su intención de dar el salto a los mercados de capitales este mismo año, tienen capacidad suficiente en solitario para atraer inversores dados los ratios a los que cotizan los grandes buques bancarios.
“Cuando lo intenten en septiembre se van a dar de bruces. Los números no salen para que el Estado recupere el dinero que les ha prestado teniendo en cuenta a cómo las tiene valoradas en libros las acciones o los instrumentos canjeables”, explica un banquero que ha asesorado al Estado en la recapitalización de la banca española.
Además, a Economía le preocupa mucho la escasa rentabilidad que obtiene ahora el sector, apenas un 6,5%, muy lejos de los dos dígitos largos que registraban en el momento de máximo esplendor de la economía española. Un escaso ROE que difícilmente mejorará si los tipos de interés continúan cerca de cero durante un periodo prolongado de tiempo, lo cual se da por descontado ya que Europa no termina de arrancar, como así demuestran los datos del PIB de Alemania, Francia e Italia.
“La única fórmula de mejorar los ratios es reduciendo costes o subiendo comisiones”, indican desde un banco de negocios internacional. O lo que es lo mismo, “bajando los gastos de empleados por oficina o fusionando bancos para ahorrar en back office”, añaden desde otra entidad internacional que ha estado analizando los números de Ibercaja. "Algunos van a tener problemas para devolver las ayudas en los dos próximos años cuando vence el plazo", puntualizan. 
No obstante, los deseos del ministro y del gobernador no cuadran muy bien con las pretensiones de Caixabank y de BBVA, que ha participado activamente en la fase de concentración. Especialmente, la primera, que ha digerido bancos que recibieron ayudas públicas como Banca Cívica y Banco de Valencia, y otro privado como Barclays. Unas adquisiciones que se han traducido en varios expedientes de regulación de empleo (ERE) por los que ha despedido a más de 5.000 personas.
Por su parte, el grupo liderado por Francisco González aún está en proceso de integración de Catalunya Banc, del que tiene que echar a 2.000 personas, el 46% de la plantilla. Sin olvidar, que, debido al proyecto de apostar por la banca digital, en el seno del segundo banco del país se considera que será necesario abordar un ajuste interno de personal por un volumen similar.
El único que no ha participado en ninguna operación corporativa es el Santander, el cual apenas pujó por los bancos que el Estado fue nacionalizando a golpe de subasta competitiva. Tras la absorción de Banesto y sus 3.000 despidos, se le considera el candidato número uno para dar un paso adelante. No obstante, unos y otros coinciden en señalar que no habrá movimientos significativos hasta que se despeje el horizonte electoral porque puede que ni el ministro de Economía ni el Gobernador del Banco de España sean los mismos a partir de 2016.

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