sábado, 6 de junio de 2015

Pedro Antonio comienza a perder la confianza de Valcárcel / Apunte de Argárico

La confianza entre Ramón Luis Valcárcel y Pedro Antonio Sánchez comienza a resquebrajarse al poner oido el segundo a notables del partido que le dicen que el ex presidente de la Comunidad Autónoma no está maniobrando a favor de lo que interesa al PP de la Región de Murcia sino a los de él mismo y a los esqueletos que el imputado delegado del Gobierno, Joaquín Bascuñana, le puede sacar del armario de 'Novo Carthago' ante un juez. 

Es una especie de chantaje político, más sibilino que el de Pilar Barreiro para conseguir ser candidata en Cartagena, pero que persigue el mismo fín de doblar la voluntad del presidente regional del partido para mantenerse donde puedan este par de discretos pero potenciales testigos de cargo mientras llega una prescripción.

Sólo así de esta manera se puede entender en parte la errática estrategia de un Comité Regional de Pactos en el PP, que no termina de decidir y percibido ya más como un engañabobos que como un órgano con capacidad de llegar y mantener acuerdos con terceros. Raro era que Valcárcel quisiera delegar de verdad en un notable y varios adjuntos, todos de su cuerda, eso sí, para facilitar el acceso de Pedro Antonio a San Esteban. Conforme pasa el tiempo, parece que Valcárcel, escaldado por lo de Alberto Garre, ya no se fía siquiera de su 'delfín' y se lo pone difícil aquí y en Madrid, donde ni Génova 13 ni La Moncloa terminan de mover ficha para sustituir a un delegado del Gobierno que está rompiendo ya hasta la credibilidad de Rajoy en estos temas.

La firmeza de los negociadores enviados a Murcia por Albert Rivera para conjurar un 'tamayazo' por parte de uno de los cuatro diputados conseguidos por Ciudadanos en la Asamblea Regional y que el PP obtenga así fácilmente a la primera la mayoría absoluta para la investidura de un más que sospechoso Pedro Antonio Sánchez (ahora refugiado en los pechos políticos de Jódar, en Lorca, para ver si evita allí su imputación) pone en evidencia la estrategia de Valcárcel, Bascuñana y una serie de caciques. Pero también induce a pensar que Bascuñana -anfitrión y posiblemente promotor de la cena del 24M en la Delegación del Gobierno- no dimite porque no necesita el PP sucumbir a la exigencia de Ciudadanos si uno de sus cuatro diputados asegura la mayoría absoluta al margen de lo que diga Rivera y sus mariachis catalanes; uno de ellos, por cierto, un transfuga consumado en la Comunidad Valenciana.

Una víctima directa de la situación es también el candidato del PP a la alcaldía de Murcia, José Ballesta - ahora enfrentado con su antecesor y mentor Miguel Ángel Cámara por mor de Valcárcel al ser éste quien le vendió el favor de su candidatura ya el pasado otoño-. La evolución de los acontecimientos ha hecho girar en la capital a Ciudadanos, al igual que en Cartagena, hacia el bloque del resto de partidos donde se abre paso la coincidencia de evitar pactar alguno con un PP poco claro y sin ningún propósito de enmienda real porque tampoco ha expresado arrepentimiento público en la Región de Murcia.  

Tanto Sánchez como el ex rector de la UMU y los restos del partido en Cartagena comprueban ya como los intereses que cimentan la estrategia personal de Valcárcel van a terminar precipitando a todos al barranco político de la Oposición que, en Cartagena, ya está claro es una opción inevitable para los herederos políticos de Pilar Barreiro, víctimas propiciatorias de la 'vendetta' de los chicos de Gerardo por no haber entrado nunca en el reparto del botín de la trama de doña Pilar.

Porque en Cartagena puede resultar que una alianza 'contra natura' puede llevar al centro y a la izquierda a un conglomerado explosivo, susceptible de caer en manos de un 'capo' que no ven y que pertenece a una mafia local hasta ahora orillada, aunque no de guante blanco como la otra, con la que se disputa la predación y de ahí el ajuste de cuentas a que la tiene sometida. 

Precisamente ese último trauma del PP de Valcárcel (que no celebrará un congreso regional para su sustitución hasta después de las elecciones generales) con lo de Cartagena es lo que le hace desconfiar de todo y de todos en este trance y recomendar a Madrid evitar precipitarse desde una lealtad a Rajoy que él mismo ya no espera de Sánchez a la vuelta de ese congreso regional del PP, previsiblemente tras Navidad y Reyes. La llamada a La Moncloa del candidato a San Esteban dicen que ha puesto fuera de sí a un Valcárcel que no termina de encontrar su sitio ni en Murcia, ni en Bruselas ni en París a sus 60 años. Por cierto, magnífica edad para volver a ser padre como Anthony Queen o el Dr. Iglesias Puga.

P.D.- Pedro Antonio Sánchez, el nuevo potencial barón autonómico que Rajoy trata de atraer para presentarlo como renovación generacional del PP en la Región de Murcia  y quitarse, de una vez, a Valcárcel de enmedio, ha perdido la iniciativa y con muy poco método, o ninguno, sólo sale a la defensiva repitiendo siempre un mismo mensaje prefabricado por otros que entienden tan poco como él de comunicación política. Es penoso, casi patético, ver a este indocumentado, sin oficio ni beneficio más que de la dádiva política, intentando recolocarse de nuevo para no aportar valor añadido alguno desde su impostura académica puesto que nunca se licenció en nada en Universidad alguna, al menos que haya pasado por el supermercado de la UCAM como algún íntimo amigo del nuevo capitoste del INFO, el funcionario autonómico Francisco Martínez Ruíz, nombrado por el consejero saliente... a toda pastilla, señor también Ruíz, al que desde aquí deseo todo lo mejor durante la fase procesal de la Púnica porque lo conozco en política desde aquellos tiempos gloriosos de la UCD, recién puesto de pantalón largo. Un saludo para Quisco desde las pistas de tenis y pádel del Club Atlético Montemar.

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