MURCIA.- El jefe de Servicio de Prevención y Protección de la Salud de la
Dirección General de Salud Pública y Drogodependencias, José Antonio
Navarro, ha remarcado que la tasa de vacunación en la Región de Murcia
son superiores al 98,6 por ciento de la población, lo que hace "muy
improbable" la aparición de brotes de enfermedades prevenibles por
vacunación si se mantienen las altas coberturas de vacunación.
Navarro admite que puede haber unos pocos
niños que se han podido administrar la vacuna pero que, por diversas
circunstancias, no han entrado en las bases de datos del Programa
Informatizado de la Consejería de Sanidad, por lo que el porcentaje de
vacunados podría superar, incluso, ese 98,6 por ciento.
El jefe de
Servicio de Prevención y Protección de la Salud ha afirmado que el caso
de difteria detectado en Cataluña es "muy poco frecuente" gracias a las
altas coberturas de vacunación que hay en España, especialmente en la
infancia, y que hacen que sea difícil un contagio "autóctono", es decir,
de origen en España.
En este caso, por lo que ha trascendido,
Navarro explica que el niño afectado no estaba vacunado, por lo que las
posibilidades de enfermar son "mucho más altas" que la de los niños
vacunados, aunque sea muy difícil contactar con la bacteria responsable.
"Sí que pueden registrarse casos aislados, pero no un brote como tal y
es difícil que haya casos secundarios", afirma.
La vacunación,
según Navarro, constituye un "paraguas" que evita que se difunda la
bacteria en la comunidad, y recuerda que el último caso registrado en
España de difteria fue en 1986.
En este sentido, ha criticado las
"modas" de movimientos antivacunas, y remarca que el caso de difteria
registrado en Cataluña pone de manifiesto que las consecuencias de no
vacunar a los hijos "pueden ser muy graves. Y es que el porcentaje de
fallecidos entre los que padecen esta enfermedad oscila entre el 10% y
el 40%.
A pesar de que la difteria es una enfermedad con una alta
letalidad, Navarro explica que los fallecimientos se pueden evitar con
la vacunación, y el padecimiento se puede evitar también en el 85 por
ciento de los casos, por lo que la vacuna es "altamente efectiva". Por
contra, los efectos secundarios asociados a la vacuna son leves, de tipo
local en el lugar de la inyección, y de corta duración.
Navarro
ha recordado que, a finales de los años 80 y principios de los 90, hubo
una gran epidemia en la antigua Unión Soviética como consecuencia de la
fractura del sistema sanitario y un descenso muy acusado de las
coberturas de vacunación. Se contabilizaron más de 157.000 casos con
5.000 fallecidos.
Así, rememora que la vacuna de la difteria se
aplica desde hace 65 años en España y, además, recuerda que nada más
aplicarse decayó la incidencia de la enfermedad en la población.
El
jefe de Servicio de Prevención y Protección de la Salud arremete contra
las teorías antivacunación que afirman que solo es una manera de
enriquecer a los laboratorios o una conspiración, y que es mejor padecer
la enfermedad que prevenirla con vacunas. "Luego vienen las
catastróficas consecuencias y los lamentos por no haber vacunado al
niño", critica Navarro.
Por ejemplo, explica que en los últimos 12
meses se han contabilizado 3.900 casos de sarampión en la Unión
Europea, con un fallecido y con seis casos de encefalitis sarampionosa.
Se trata de unos casos que "se pueden evitar perfectamente con la
vacunación", asevera.
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