lunes, 1 de junio de 2015

El perfil moral de materiales de derribo / Apunte de Argárico

Un hombre pegado a un sillón es la imagen gráfica de un delegado del Gobierno que no se da cuenta de lo grotesco de una situación política y judicial, que ya no admite más recorrido tras el 24M. El pasado no puede seguir hipotecando más el presente, sobre todo de Pedro Antonio Sánchez y un PP regional en permanente emisión de mensajes de regeneración, poco o nada creíbles mientras Joaquín Bascuñana permanezca en su cargo y Ramón Luis Valcárcel no dimita, de una vez, como presidente del partido. A partir del miércoles veremos si el PP de Murcia tiene 'per se' fuerza en Madrid, en Génova 13, o no, y el viernes tenemos nombrado el sustituto que afronte las elecciones generales de noviembre.

Porque en esta situación será díficil llegar a acuerdos con un partido emergente y sin lastres aparentes, como es el caso de 'Ciudadanos', o con el recalcitrante 'Movimiento Ciudadano' en Cartagena, aunque en este caso la vendetta es personal entre el excluido del festín de doña Pilar y sus amigos, José López y la envilecida alcaldesa (políticamente, se entiende), que ha hecho por fin lo que debía y en noviembre tampoco sería bueno que repitiese como candidata al Congreso de los Diputados por la provincia de Murcia, hasta desaparecer de la política activa después de 25 años de negocio y ocio. Además, la segunda fase de la 'Operación Púnica' amenazaba con embarrar las negociaciones postelectorales.

Resulta más que patética la resistencia de Bascuñana, no ya a abandonar el cargo político que ocupa tras los varios episodios que ha protagonizado e impropios de un delegado del Gobierno de España, sino porque ha decidido no hacer caso de unos compañeros que le dicen que se marche para no ser obstáculo en un eventual entendimiento político en aras de la gobernabilidad de la Región de Murcia bajo la dirección política del PP. Los favores de otra índole que deba a Valcárcel son eso, cuentas antigüas que saldará con él si todavía procede, como también puede ser el caso de Pilar Barreiro que, sin embargo, sí ha hecho lo que procede y lo más conveniente para una organización que se lo ha hecho ver y exigido tomar una decisión inmediata.

Será a partir de entonces cuando el enviado personal de Albert Rivera, el tal Hervías, aparecerá como único y exclusivo interlocutor de 'Ciudadanos' en la Región de Murcia dado los rumores que circulan del preacuerdo existente ya con el PP entre alguno, o algunos, de sus diputados electos a la Asamblea Regional de Murcia para posibilitar la investidura de Pedro Antonio Sánchez como nuevo presidente de la Comunidad Autónoma, la elección de alcalde en Murcia, la elección de alcalde en Lorca y, puede, que hasta en Cartagena si el inefable MC no recobra el sentido de su propia realidad relativa más allá de su sed de venganza. 

Esos rumores, que han ido a más dado el perfil moral de los materiales de derribo conque aquí se ahormó una improvisada concurrencia electoral, han obligado a la central en Barcelona a tomar las riendas y enmarcar los acuerdos que se puedan adoptar en Murcia dentro de una estrategia nacional mirando a las elecciones generales de la última parte del año y no a la conveniencia personal de los electos, excitada y alimentada desde las cloacas del PP murciano con el único objetivo de salvaguardar los fuertes intereses de una especie de mafia incrustada, o trama, puesta en evidencia, y más que en evidencia, por el aún presidente en funciones de la Comunidad Autónoma, Alberto Garre, quien parece también se puede ir despidiendo de la política para siempre jamás por su abulia demostrada.

Una política regional a la que llega 'Podemos' confundiendo ahora a sus propios y diferenciados votantes murcianos con mensajes equívocos sobre las negociaciones con lo peor de la casta del PSRM, partido desde el que le han venido así como las tres cuartas partes de los votos, precisamente por su trayectoria y la del cabeza de lista socialista. Después de decidir en Murcia que no apoyarían a Tovar, ahora Madrid les impone la estrategia personal de Pablo Iglesias y les obliga a sentarse a la mesa aquí para escenificar un acercamiento, estéril desde el momento en que las únicas posibilidades de gobernar las tiene el PP a nada que uno de los diputados de 'Ciudadanos', uno solo, le haga un corte de mangas a Rivera y se abstenga en la segunda votación de investidura. Tan sencillo como eso.

Y es que en los últimos días, los diputados autonómicos electos de 'Podemos' no dejan de destilar un profundo desconocimiento, que les produce pánico escénico, de la gestión de la cosa pública y los procedimientos administrativos para la gobernación. No es nada de extrañar porque proceden todos de pequeños mundos inconexos con las múltiples realidades de la vida práctica diaria. Pocos economistas y menos juristas, aunque les sobren sociólogos, no es una buena receta para transitar por la política aunque se proceda del mundo sindical y la agitación callejera calculada. 

El Estado, como organización política de la sociedad, es otra cosa. Porque la Comunidad Autónoma también es Estado y su presidente, el máximo representante en Murcia. Desde pequeños universos personales y vitales, la perspectiva es muy parcial y mínima, lo que evidencia falta de credenciales para el éxito y cierta continuidad. Cualquier paso en falso en fase inicial para los partidos emergentes, puede acabar de un tajo con sus posibilidades de futuro. Esto deben tenerlo en cuenta a la hora de negociar, el joven Hervías y el no ya tan joven Urralburu, aún con la tarea política pendiente de explicar a todos los murcianos, incluidos sus dos hijos, porque esa cerrazón de permanecer censado en Pamplona tras veinte años de residencia efectiva aquí. Mientras no lo explique a la Opinión Pública, corre un riesgo cierto de que lo expliquen otros a su manera, y luego vete a aclararlo.

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