En Lorca, recursos en los juzgados aparte, el PP seguirá gobernando, en el peor de los casos, con el apoyo de Ciudadanos y pese a la nefasta gestión global final de Jódar cuatro años después del terremoto con el 70% de los afectados sin haber vuelto aún a sus casas medio derruidas.
La dimisión de Miguel Ángel Cámara se producirá previsiblemente mañana viernes como secretario general regional del PP. Valcárcel adelantó un día su vuelta de Estrasburgo para, con su autoridad, poner orden en el partido y, con su mayor experiencia, evitar sorpresas. Él ya dió su primer gran paso estratégico la misma noche del 24-M tras conocer los resultados electorales. Después, todo han sido escenificaciones, entre cómicas y dramáticas, pero él se aseguró antes que nadie evitar las sorpresas por parte de algún espontáneo seducido desde la calle Princesa.
La firma mañana del pacto de regeneración exigido por Albert Rivera en persona al PP murciano tendrá el precio de la defenestración de Cámara una vez que se anuncia su procesamiento por varios presuntos delitos y parece se confirma la existencia de una trama criminal organizada. El todavía alcalde de Murcia es ya un hombre sin salida, según los planes del Gran Vengador, un político en la sombra con cuentas pendientes con Cámara y Valcárcel, quien también pudiera protagonizar capítulos judiciales importantes tras el verano, en la línea de lo previsto por ese personaje frío y calculador que aún conserva resortes clave de poder en Murcia y Madrid, dondo lo fue todo y sigue siendo mucho en su esfera profesional.
Queda lo del nuevo delegado del Gobierno. Valcárcel lo tiene en mente hace mucho tiempo. Será quien él diga porque para eso es el jefe en Murcia y la única persona en la que aquí confía Rajoy. Está más fuerte que nunca en Génova 13 a la par que se debilita en otros ámbitos. Después de tantos años en San Esteban, es el que más sabe de todos los políticos murcianos en liza y eso se le reconoce en la cúpula nacional de su partido. Lo que él diga sobre Murcia es palabra sagrada allí. Nadie discute sus sugerencias y tiene cartel de ganador por tanta victoria electoral creciente y acumulada.
Pues bien, dicho ésto hay que añadir que Valcárcel no va a improvisar con el sustituto de Bascuñana. Será una persona de su máxima confianza política y probada lealtad que, además, le pueda ayudar desde el cargo de delegado del Gobierno a superar el trance tan incómodo en que se encuentra mediante sus contactos y relaciones sociales de tiempo. No hay otra figura en Murcia que le pueda hacer mejor papel y que sus aspiraciones queden colmadas con este epílogo, en principio para seis meses, y al que Ciudadanos no puede poner pegas porque está limpio y seguro que contará con muchos colaboradores de centro acreditados por una larga trayectoria anterior.
Su nombramiento no se producirá en el Consejo de Ministros de mañana pero sí en el siguiente. Cualquier otra persona sería una sorpresa o bien que el primer elegido prefiere la recompensa de ir en las próximas listas del Congreso o el Senado. Y eso lo explicaría todo aunque Valcárcel lo necesita aquí ahora como en su momento lo necesitó en otro sitio y no le falló. Si la próxima semana ese candidato es llamado a Madrid para su exámen y lo supera, es muy posible que al otro viernes ya tengamos nuevo inquilino en Teniente Flomesta y antes de julio tenga su equipo funcionando a todo pistón.
Eso sí, tendrá que cambiar de playa porque la residencia de verano oficial de los delegados del Gobierno en Murcia se encuentra en Cabo Palos aunque no sé bien cual será su estado de conservación actual. Sólo me acuerdo que mira hacia La Manga desde las estribaciones del faro y la vista llega muy bien en días de calima hasta el puerto de San Pedro del Pinatar, incluso se distinguen sin prismáticos los edificios más altos de la Dehesa de Campoamor, ya en la provincia de Alicante, que en 1978 rechazó ser murciana por el idioma.
Queda lo del nuevo delegado del Gobierno. Valcárcel lo tiene en mente hace mucho tiempo. Será quien él diga porque para eso es el jefe en Murcia y la única persona en la que aquí confía Rajoy. Está más fuerte que nunca en Génova 13 a la par que se debilita en otros ámbitos. Después de tantos años en San Esteban, es el que más sabe de todos los políticos murcianos en liza y eso se le reconoce en la cúpula nacional de su partido. Lo que él diga sobre Murcia es palabra sagrada allí. Nadie discute sus sugerencias y tiene cartel de ganador por tanta victoria electoral creciente y acumulada.
Pues bien, dicho ésto hay que añadir que Valcárcel no va a improvisar con el sustituto de Bascuñana. Será una persona de su máxima confianza política y probada lealtad que, además, le pueda ayudar desde el cargo de delegado del Gobierno a superar el trance tan incómodo en que se encuentra mediante sus contactos y relaciones sociales de tiempo. No hay otra figura en Murcia que le pueda hacer mejor papel y que sus aspiraciones queden colmadas con este epílogo, en principio para seis meses, y al que Ciudadanos no puede poner pegas porque está limpio y seguro que contará con muchos colaboradores de centro acreditados por una larga trayectoria anterior.
Su nombramiento no se producirá en el Consejo de Ministros de mañana pero sí en el siguiente. Cualquier otra persona sería una sorpresa o bien que el primer elegido prefiere la recompensa de ir en las próximas listas del Congreso o el Senado. Y eso lo explicaría todo aunque Valcárcel lo necesita aquí ahora como en su momento lo necesitó en otro sitio y no le falló. Si la próxima semana ese candidato es llamado a Madrid para su exámen y lo supera, es muy posible que al otro viernes ya tengamos nuevo inquilino en Teniente Flomesta y antes de julio tenga su equipo funcionando a todo pistón.
Eso sí, tendrá que cambiar de playa porque la residencia de verano oficial de los delegados del Gobierno en Murcia se encuentra en Cabo Palos aunque no sé bien cual será su estado de conservación actual. Sólo me acuerdo que mira hacia La Manga desde las estribaciones del faro y la vista llega muy bien en días de calima hasta el puerto de San Pedro del Pinatar, incluso se distinguen sin prismáticos los edificios más altos de la Dehesa de Campoamor, ya en la provincia de Alicante, que en 1978 rechazó ser murciana por el idioma.
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