lunes, 22 de junio de 2015

ANSE denuncia el uso de subvenciones europeas para modernizar regadíos en terrenos convertidos en urbanizables

CARTAGENA.- El presunto uso fraudulento de ayudas de la Unión Europea (UE) para modernizar regadíos en la ribera sur del Mar Menor afecta no solo a terrenos incluidos en el proyecto de urbanización Novo Carthago, sino también a suelos que han acabado siendo recalificados por el Ayuntamiento de Cartagena, e incluso a campos de golf del complejo residencial La Manga Club.

Así lo denunció a 'La Verdad' la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE), que solicitó en el juzgado que instruye el 'caso Novo Carthago' una investigación complementaria por fraude y otros posibles delitos, y que también pidió a la Comunidad Autónoma que inicie un expediente de retirada de las ayudas, salvo que anule el Plan General de Cartagena.
Éste fue aprobado en 2012, con el visto bueno de la Administración regional, y anulado hace varias semanas por el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Región. Pero el Ayuntamiento ha presentado un recurso ante el Tribunal Supremo.
Un informe de la Consejería de Agricultura y Agua solicitado por el magistrado del TSJ Manuel Abadía reveló ya en mayo que las subvenciones millonarias concedidas a la Comunidad de Regantes Arco Sur Mar Menor, a través de la Consejería, fueron destinadas en parte a terrenos del plan parcial Novo Carthago. En éste, la promotora alicantina Hansa Urbana pretende hacer 10.000 viviendas, un campo de golf y dos hoteles.
Tras analizar los planos remitidos al juzgado y compararlos con los del Plan General, ANSE ha comprobado el solapamiento de cientos de hectáreas agrícolas receptoras de dinero público con terrenos urbanizables.
«Una parte importante de los suelos incluidos en el Plan de Mejora han sido calificados como suelos urbanos, urbanizables o de equipamientos, algo incompatible con la actividad para la que se han invertido importantes sumas», explican en ANSE.
Los ecologistas citan suelos residenciales situados entre Cartagena y La Unión, y otros ubicados al sur de El Algar y de la autovía de La Manga, entre ésta y la Sierra Minera y el Cabezo de San Ginés, así como entre la carretera y cabezo de San Ginés, Los Belones y el cabezo de El Sabinar. ANSE también señala terrenos para equipamientos (como polígonos industriales) entre la depuradora municipal Cabezo de Beaza y el polígono de Los Camachos, así como entre éste y El Algar.
Lo más llamativo es la inclusión de «campos de golf de La Manga Club-Plan Parcial de Atamaría». El director del grupo ecologista, Pedro García, lo resumió así: «Entendemos que supone un disparate no solo económico, sino también jurídico».
García subrayó que su colectivo también ha pedido a la Consejería que tiene las competencias en medio ambiente, y que dirige en funciones Adela Martínez-Cachá, un Plan de Medidas para la reducción y eliminación de la contaminación agrícola en la zona. Explicó que «una parte importante de los citados regadíos contribuye a la llegada al Mar Menor de contaminantes, sobre todo nitratos, por escorrentía superficial y por filtraciones al subsuelo».

Comisionistas

El exconcejal de Turismo Juan Martínez declaró en la Fiscalía que cuando uno de los propietarios de las fincas en el entorno del saladar de Lo Poyo, Florentino Martínez, le buscó en 2002 para que se interesara por el expediente urbanístico relativo a sus parcelas, él a su vez contactó con José Antonio Alonso. Lo hizo, afirmó el propio ex edil, en calidad de «amigo».
Según el testimonio del exedil del PP, el exalcalde socialista, con el que Martínez coincidió en la corporación en la legislatura de 1995 a 1999 (Alonso pasó de regidor a concejal de la oposición), le dijo pasado un tiempo que tenía un comprador para las fincas de la zona de Miramar.
El responsable de Turismo en el gabinete de Pilar Barreiro -la relación de la ex alcaldesa con Alonso ha salido a relucir en los interrogatorios del 'caso Púnica'-, declaró asimismo que Alonso y Florentino Martínez mantuvieron una reunión sobre las condiciones de la venta del suelo.
Al fructificar la operación con Hansa Urbana, aseguró Juan Martínez, él mismo cobró una comisión de unos 45 millones de pesetas y Alonso percibió una cuantía que desconoce.

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