sábado, 30 de mayo de 2015

El posibilismo como principio / Ramón Cotarelo *

Muy buena la rueda de prensa de Iglesias. Todo muy claro. Dicho con seguridad y sosiego. Parece que meditado. Merece la pena escucharla. Tiene alto valor informativo para interpretar no solamente el rumbo de Podemos sino también el del resto del sistema político. Porque algo es claro: Podemos es una fuerza emergente con mayor incidencia que C's. Por eso se ha puesto Aguirre como se ha puesto, que casi le da un ataque. Podemos ha entrado en la historia (pues la política no es otra cosa que un anticipo de la historia) como un ciclón. Guárdese de no salir de ella como otro.

La formación morada trata de distanciarse de la monumental bronca de IU, en donde las cosas están llegando a niveles de caricatura. De caricatura de las luchas fraccionales del estalinismo. Mientras unos dirigentes piden la confluencia con Podemos, otros denuncian esta petición como liquidacionista de IU y se niegan a que  Garzón -un confluyente convicto y confeso- sea candidato de IU al gobierno. No pidan a Palinuro que averigüe en dónde se encuentra Cayo Lara en esta nueva trifulca, porque el tiempo, por desgracia, es limitado. 
Los resultados de IU en Madrid han sido desastrosos. La candidata a la alcaldía no tenía ni el aval de la dirección federal y García Montero, en la Comunidad, ha hecho el ridículo. Gajes personales paralelos al escándalo colectivo porque, por primera vez, IU no está presente en las instituciones. Sí, tiene una valor simbólico muy negativo y muy fuerte. Desde el punto de vista económico, ruinoso. IU de Madrid culpa a Garzón. Espero que no por economista. A veces, el tránsito de héroe a villano, se da en una noche electoral. La vida es así. No siempre justa. Pero quizá no sea elegante echar vinagre a las heridas. El comentario de Iglesias sobre Garzón, En estos últimos tiempos las fechas de caducidad en política se reducen enormemente; hay cosas que envejecen muy rápido es innecesariamente cruel. Además de imprudente porque el mismo puede ser su caso en cualquier momento, si no lo es ya. Ese 14% de media de voto está en la línea del casi 15% de Andalucía, poca base para asaltar los cielos.

Lo gordo, no obstante, está en la réplica a la pregunta sobre posibles confluencias con IU o lo que quede de ella. La apuesta por el cambio y por la unidad popular no tiene nada que ver con acuerdos entre partidos, y mucho menos con lo que podríamos llamar una balsa de salvamento para nadie. Cayo Lara, termina de ahogarte y los demás, arriad banderas y sumergíos en la "unidad popular". Los "pactos entre partidos" son cosa de Podemos con el PSOE o algún otro. La lamentación por la exigencia de desmantelamiento de IU tiene poca cabida en las realidades de la existencia. La competencia entre partidos es como la competencia entre empresas. Si una puede comerse a otra, se la comerá. Normalmente la grande a la chica, como los peces. Pero sin olvidar que hay cosas indigestas. Es posible que, en cualquier proceso de "confluencia", o sea, de absorción, los de IU no den lugar a las habituales trifulcas. Pero también lo es que lo hagan. Y peligra el objetivo estratégico de distanciar a Podemos de las confusas broncas de IU.

Luz verde a los pactos con el PSOE. Palinuro aplaude el gesto. La izquierda posible hoy en España es PSOE-Podemos. Hágase cuanto antes. La retórica paulina insiste en el retroceso del bipartidismo y en que el PSOE tendrá que dar un giro de 180º. Son las invocaciones proforma, como las que encabezan los textos coránicos. Lo que importan son las condiciones concretas: que el PSOE reniegue de la política de recortes, apueste por un plan de rescate ciudadano y asuma la tolerancia cero contra la corrupción. No me parece distinto de lo que, con otras palabras, vienen diciendo los socialistas, esto es, revertir toda la legislación del PP en contra de los derechos ciudadanos, blindar estos derechos constitucionalmente y luchar contra la corrupción. No se ve mucha dificultad en ponerse de acuerdo en unas líneas programáticas básicas. En cuanto a la corrupción, como ambos resultan un poco confusos, una medida práctica y concreta: auditorias de todas las cuentas públicas en loas últimos años en las administraciones gobernadas ahora por las izquierdas.

La doble negativa de Podemos: que no gobierne el PP y no formar parte de ningún gobierno socialista tiene también doble lectura. La negativa al PP se entiende sin problema. La de los gobiernos de PSOE requiere algún matiz. La figura se llama "apoyo parlamentario". Gobierna el PSOE con el apoyo de Podemos. Tiene ventajas e inconvenientes para las dos partes, pero coalición es a la postre.

A su vez, que el PSOE deba aliarse con Podemos también es cosa de necesidad. Queda descartada la gran coalición que propone Aguirre para Madrid por falta de razones para justificarla. Me reservo la opinión de si sería posible en el caso de que los acontecimientos en Cataluña parecieran darlas. Y habría que saber entonces quién compondría la gran coalición. Solo le queda Podemos, un partido difícil e incómodo, pero que puede ser de mucha ayuda para que el PSOE recupere su tradición socialdemócrata. La coalición con Podemos es también competencia y si el PSOE quiere conservar su denominación de origen frente al intento de Podemos de apoderarse de ella, deberá actualizarla. Defender o perecer. La socialdemocracia hoy, en España, a ojos de Palinuro consiste en cinco líneas de acción: 1ª) plenos derechos y libertades civiles; 2ª) política social orientada a reducir desigualdades y favorable a los sectores marginados; 3ª) política económica en la que el aumento de la productividad vaya en paralelo con la finalidad redistributiva; 4) reconocimiento del derecho de autodeterminación de las naciones en España: 5ª) separación real de la Iglesia y el Estado.

Claro el interés del PSOE en un pacto de regeneración socialdemócrata, ¿cuál es el de Podemos? No menor que el del PSOE. Podemos quizá entienda el pacto como una etapa intermedia en el definitivo sorpasso del socialismo, como un intento de hegemonizar la izquierda, por delante del PSOE. Es legítimo. Recuérdese, la competencia entre partidos es como la de las empresas. A quien Dios se la da, San Pedro se la bendiga. Pero este intento de sustituir a los socialistas empujándolos a la derecha para decir lo mismo que ellos es una vieja estrategia comunista que se remonta al Eurocomunismo de Santiago Carrillo en los años 70: aparecer como una formación de socialismo democrático. No le salió bien porque la gente entendió que, para socialismo democrático, ya estaba el de toda la vida. Y Carrillo fracasó. Como han acabado fracasando los intentos posteriores. 
¿Qué aporta este para pensar que esta vez sí puede salir, sí puede una fuerza neocomunista conseguir el sorpasso? Muy sencillo: la experiencia práctica de haber hecho algo práctico, concreto, de gobierno. Hasta ahora la izquierda a la izquierda del PSOE se llamaba "transformadora", pero no había transformado nada. No había hecho más que hablar. Eso sí, con mucha prosopopeya, como hace Anguita, pero meramente hablar. Con pactos de gobierno con el PSOE, podrá gobernar directa o indirectamente, tomará decisiones, podrá atribuirse la adopción de medidas con incidencia en la vida de la gente. Lo que se valora mucho. Eso interesa a Podemos: aparecer como un partido que facilita la gobernación y la orienta en un sentido favorable a sus votantes. Cómo resuelva sus contradicciones internas entre los sectores posibilistas y los guardianes de las esencias es asunto que compete a quienes componen la organización.

Pero no es asunto trivial. Así como Podemos tiene en mano posibilitar gobiernos de transformación, también puede aparecer como una formación de bloqueo, que imposibilite la formación de gobiernos, como está sucediéndole en Andalucía. Y eso lo pagarán en las urnas. 


La organización criminal


En verdad, es muy fuerte. El juez sienta en el banquillo a seis personas, altos cargos que han sido del PP, acusadas de los delitos de organización criminal, asociación ilícita, falsedad contable, tráfico de influencias, blanqueo de capitales, delito electoral y delitos contra la Hacienda Pública. Los pelos, de punta. La organización criminal es el PP, del que dos de los acusados fueron tesoreros. El mismo juez impone una fianza de 1,2 millones de euros a esa organización criminal que lleva todo este tiempo presidida por el señor Rajoy, también presidente del gobierno. 

La historia de las estratagemas, patrañas y excusas de que se ha valido Rajoy para no asumir su responsabilidad por la Gürtel llenaría un copioso tratado de marrullería, disciplina que el presidente domina con soltura. Él no cobró nunca sobresueldos. ¿Cómo iba a cobrarlos si apenas llegaba a fin de mes? Bueno, sí cobraba pluses de productividad, como se hace en todas las empresas en donde hay buenos resultados. No conoce al señor Bárcenas. Hasta ha olvidado su nombre. Aunque es cierto que le envió un SMS de apoyo con la mejor buena fe del mundo. Claro que en PP no hay caja B. Y, si hay alguna, será personal del señor del SMS. Hay cosas que nunca podrán probarse.

Ayer tuvo que destituir fulminantemente a un delegado del gobierno en Valencia cuando ya llevaba una hora en los calabozos de los juzgados, un sólito pinta que, además de haberse forrado presuntamente por medios delictivos también parece haber enchufado en la administración pública a toda su tribu de francos burgundios. Y todo eso dos años después de que la vicepresidenta del gobierno haya presentado un plan completo de transparencia y regeneración democrática. Prueba evidente del intenso compromiso del señor Rajoy, también llamado sobresueldos, en la lucha contra la corrupción que su propio partido alienta, apadrina y sostiene por doquiera.

Cualquier observador, por distraido que esté, se dará cuenta de que el gobierno y su presidente en concreto carecen de todo crédito. Cero. No es que no se les crea. Es que ni se les escucha. No se escuchan ni entre ellos. Bueno, pues el presidente dice que tienen un problema de comunicación.

O sea que este buen hombre, a punto de que lo llamen a declarar en alguno de los procedimientos penales en curso contra su gente, piensa seguir hasta el final de su mandato, como si el suyo fuera un partido y no esa supuesta asociación criminal y su gobierno no fuera un grupo de gente deseando saltar del barco antes del hundimiento hacia otros destinos en Europa, menos brillantes pero más tranquilos. Piensa seguir haciendo como que gobierna, con proyectos legislativos cada vez más disparatados.

A su vez, la oposición parlamentaria piensa seguir haciendo como si el Parlamento pintara algo en la gobernación del Estado. Espera y anhela que el gobierno convoque elecciones cuanto antes para no verse en la desagradable situación de cumplir con su deber y oponerse. Y no hablemos ya de la obligación -que mira con auténtico pavor-  de presentar una moción de censura a un gobierno que es una burla a la ciudadanía.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED

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