CARTAGENA.- El abogado defensor de J.C.M., uno de los policías nacionales
ingresados en prisión desde hace más de un año por el presunto asesinato
de Diego Pérez, un vecino de Cartagena cuyo cadáver apareció en la
playa de Cala Cortina, reclamó este lunes que se efectúe una prueba
pericial sobre el teléfono móvil de este.
La solicitud fue planteada por el abogado Raúl Pardo-Geijo Ruiz ante
la Audiencia Provincial de Murcia a través de un recurso de apelación
contra la resolución del Juzgado de Instrucción de Cartagena que
investiga los hechos y que no accedió a ello. Para denegar la práctica
de esta prueba, el Juzgado señaló que la misma ya constaba en la causa,
por lo que consideraba que se trataba de una reiteración innecesaria.
Frente a esa argumentación, la defensa del agente, en el recurso,
indica que «lo que obra en las diligencias, respecto de las
comunicaciones del finado, es el tráfico de llamadas que tuvo la noche
del 11 de marzo de 2014, según refiere la compañía telefónica Yoigo,
pero nada más». Y añade «para que pueda ser registrado ese tráfico de
llamadas, éstas deben ser atendidas por su receptor, si no, simplemente,
es lo que se denomina una 'llamada perdida', que no consta en el
referido registro».
Para el abogado, la práctica de esta pericial es «pertinente, útil y
necesaria», pues con la misma se podría descubrir si intentó efectuar
una llamada al 112 o al 091 y no había cobertura y, por tanto, no quedó
registrado más que en el propio teléfono, o si intentó enviar un mensaje
a un destinatario al que omitió el último número, que tampoco habría
quedado registrado.
De realizarse esas confirmaciones, asegura el letrado, «se
desvanecería por completo el delito de homicidio o asesinato que se
imputa a los agentes, por cuanto, eso sí, está acreditado en las
actuaciones que a esas horas -7.00 y 8.00 de la mañana- se encontraban
en un lugar distinto al de Cala Cortina».
Fue en esta playa donde apareció el cadáver de Diego Pérez, dos
semanas después de perderse toda noticia sobre su paradero desde el
momento en que subió a un coche policial, según declaró un testigo
protegido.
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