jueves, 16 de abril de 2015

Sólo no sé que lo sé todo / Ángel Montiel

Mantenía una charla hace años con un político entonces muy importante cuando inesperadamente se abrió la puerta del despacho y accedió, muy excitado, uno de sus colaboradores, quien sin reparar en mi presencia anunció: “Jefe, ya está todo resuelto”, e inició un relato torrencial de cómo entre él y otros habían conseguido manipular una asamblea de su partido en favor del jefe. Éste lo interrumpió, contrariado, y dijo una frase sensacional que no he olvidado después de tantos años: “Pero ¿no te das cuenta, capullo, de que yo no puedo saber eso?”. 

En una de las escenas de la serie House of cards, la Biblia donde está todo, el presidente de los EE UU, advertido de que algo muy confuso se cuece en su entorno de lo que sus colaboradores no quieren hacerlo partícipe, pregunta a su hombre de confianza: “¿Debo saber algo de esto?”, a lo que el otro le responde que ni siquiera es conveniente que haya preguntado por ello. 

Hay liderazgos y jefaturas sustentados sobre letrinas, pero quienes ostentan el mando no quieren ni deben saber lo que hay en ellas. Esto es por lo que creo firmemente que Chaves y Griñán desconocían por completo los mecanismos del sistema de corrupción ingeniado para mantenerlos en el poder. Por supuesto, es verdad que nadie les puso a leer los informes que denunciaban el saqueo de los ERE y todo lo demás. La función de sus colaboradores consistía precisamente en aislarlos del juego sucio, y eran elegidos para que fueran eficaces en ese desempeño. Chaves y Griñán sólo sabían que no debían saber. Esto es el catón.

Pero, claro, hay quienes fuerzan demasiado la regla. Hace unos días, un cuñado del exjefe de Planeamiento municipal de Murcia, acusado de concertar ventajosamente operaciones urbanísticas con éste, declaraba ante el juez del caso Barraca que no tenía ni idea de en qué trabajaba su pariente en el Ayuntamiento. Ahí le has dado. Un paso más y acabaría alegando que ni siquiera sabía que era su cuñado. Chaves y Griñán no tienen inconveniente en aparecer como cínicos, pero al menos mantienen la dignidad de no pretender hacerse pasar por tontos.


No hay comentarios: