MADRID.- A juicio de las cooperativas de crédito españolas, caso de la Caja Rural Regional de Murcia, no tendría sentido la
integración forzosa de todas ellas –o, al menos, de la mayoría- en sendos
SIP, es decir, los sistemas institucionales de protección que
protagonizaron las llamadas ‘fusiones frías’ en las cajas de ahorro y
que, según sus críticos, “prácticamente nacieron muertos”. Arguyen que
el sector –que a diferencia de los grandes bancos, supervisados ahora
por el BCE, depende en exclusiva del Banco de España- cuenta ya con
suficientes grandes grupos.
En el sector, de hecho, consideran «altamente improbable» que dé tiempo a
tramitar una reforma en esta legislatura, sobre todo porque no se trata de un
tema precisamente pacífico a nivel regional e incluso local. El objetivo declarado por el Gobierno era impulsar las fusiones en un sector que,
incluso con las concentraciones de los últimos años, soporta una gran
atomización con unas 60 entidades.
El siguiente paso sería que las principales entre las que quedasen se transformaran en bancos.
Esa bancarización, que añadiría luego su salida a Bolsa en algunos
casos, es el punto crítico, dado que en el sector la ven innecesaria.
«Una cosa es que centralicemos más algunas áreas, tengamos un enfoque
más operativo y reforcemos los fondos de insolvencias, y otra que
renunciemos a un modelo histórico de probada solvencia y utilidad»,
apuntan.
Alegan que, con una cuota de mercado del 6,5%, dan un servicio
regionalizado «indispensable» tras la transformación de las cajas de
ahorros en bancos, «evitando así la exclusión financiera del mundo
rural». No obstante, desde Unace (su patronal) no ven mal que aumentara
la transparencia del sector y se abrieran nuevas vías para captar
capital –eso sí, claramente reguladas y eliminando cualquier posible
tinte especulativo- en aras a elevar su solvencia.
La reforma de las cooperativas de crédito figura entre las que
reclamó en su día la ‘troika’ (Banco Central Europeo, Comisión Europea y
Fondo Monetario Internacional) cuando dio ‘luz verde’ al rescate del
sector financiero español. Pero desde el sector critican que no se haya
tenido en cuenta que su modelo, amén de viable, funciona sin grandes
problemas en otros países de la Unión Europea como Francia (con entidades tan
importantes como Crédit Agricole y Crédit Mutuel), Alemania (donde son
coordinadas por la poderosa DGRV), Austria, Holanda, Finlandia e incluso
Suiza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario