sábado, 11 de abril de 2015

Homenaje en Murcia a sus legendarios luchadores por la Libertad durante el primer franquismo


MURCIA.- Hoy, en una lluviosa y triste mañana de abril, la Asociación para la Memoria Histórica y otros colectivos han realizado su anual homenaje a las víctimas de la Dictadura franquista en el 84º aniversario de la proclamación de la II República.

Después del minuto de silencio habitual por parte del centenar de asistentes, el reconocimiento se ha personificado  en  la figura de don José Fuentes Yepes (en la imagen), fundador de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) en Murcia, aparte de viudo de la maestra represaliada doña Encarna Zorita Piquer, y don José Roca Roca, natural de Roldán, que estuvo representado por su nieto médico; ambos luchadores por la Libertad fueron condenados a muerte en su día por sendos tribunales militares de la Dictadura.

En concreto, José Fuentes, maestro represaliado, capitán del Ejército republicano y secretario del Ayuntamiento de Murcia durante la Guerra Civil, nació en Murcia en el año 1917 y vivió en la calle de la Aurora. Ya de muy joven se afilia a las Juventudes Radicales y entra a trabajar en la secretaría del Ayuntamiento de Murcia en 1932, de la mano del primer alcalde republicano de Murcia, José María Bautista.

Cuando le sustituye en ese cargo el intelectual Fernando Piñuela, el joven es confirmado en la secretaría municipal. Luego marcha voluntario en 1936, con tan solo 19 años, al Frente de Granada, vuelve a Murcia poco después hasta acabar en 1939 en la cárcel de Totana tras perder la Guerra Civil los republicanos.

El acto terminó con vivas a la III República y un emotivo recuerdo a los casi 150 brigadistas internacionales que reposan en el cementerio de Nuestro Padre Jesús, en Murciaen torno al pabellón de los Caídos por la Libertad, jalonado de banderas republicanas.

Poco antes, en una larga alocución, Mari Carmen López, en nombre de la principal entidad organizadora, la Asociación para la Memoria Histórica, dijo entre otras cosas, que "el saludo inicial de buenos días  iba acompañado de algo que a los que estamos aquí nos resulta agradable de escuchar:  Salud y República,  lo que nos debe recordar que esas dos palabras a muchos de los que están aquí enterrados les costó la vida por el mero hecho de pronunciarlas. Tenemos testimonios de personas que, estando internadas en la cárcel de Murcia, conocieron casos de compañeros a los que por pronunciarlas les costó la vida, el ser fusilados. Personas que por el hecho de leer un periódico clandestino que había entrado en la cárcel, igualmente, les costó la vida.
 
Y por supuesto, a todas las personas que defendieron la II República y que los “golpistas” consideraron que habían cometido delitos de sangre o contra el “orden establecido”, por haberse rebelado contra los propios rebeldes para defender al único régimen legal, la II República. Muchos de ellos solamente eran maestros, políticos republicanos, que no habían empuñado un arma, su única arma fue el querer difundir unos valores que iban en contra de los defendidos por los más rancios reaccionarios, fascistas, falangistas, nacional-católicos, terratenientes, banqueros, y por supuesto por los militares de ideología igualmente fascista y que finalmente vinieron en llamarse “franquistas”,  en honor al que encabezó una dictadura implacable y totalitaria que se impuso a todo aquel que no quiso someterse.

Todos somos conscientes de las grandes injusticias que se cometieron, de la gran represión que sufrieron nuestros padres y abuelos,  de la sociedad que esa dictadura moldeó a lo largo de 37 años y de las tergiversaciones, las mentiras, las manipulaciones que ese período de nuestra historia ha sufrido a lo largo de la llamada “Transición democrática” y durante (si es que se puede llamar así) “el período democrático” hasta la fecha en la que nos encontramos. Período de tiempo durante el cual la legislación española no se ha modificado para perseguir los delitos de lesa humanidad que se cometieron contra todas esas personas, y que seguimos viendo, sufriendo, cómo los políticos protagonistas del “bipartidismo” no quieren que se haga justicia a todas esas personas, o simplemente es un tema que no quieren abordar contentándose con publicar una Ley de Memoria Histórica, que ya nació incompleta, inválida y censurada por sus propios autores. Mientras que sí se destinan fondos públicos para rescatar restos humanos de aquellos españoles que voluntariamente participaron en la invasión de Rusia por la Alemania nazi.

 Podemos seguir apuntando muchos datos sobre las injusticias cometidas contra los defensores del único régimen político legal, existente en España en el año 1936. Podemos hablar de la desproporción de la represión franquista (aunque en ningún momento se puede hablar de proporción en esa represión)  en una ciudad como Murcia, que fue ciudad de refugio para las personas que tuvieron que huir desde Andalucía, desde el centro de España; que fue hospital de sangre para los brigadistas internacionales y para los soldados del ejército republicano. Una ciudad que en todo momento estuvo en la retaguardia y en la que no sucedieron hechos que pudieran justificar una represión como la ejercida por el fascismo español, dirigida por las falangistas locales.  Pero nos faltarían muchos otros  datos, que al fin y al cabo es lo que pretendemos conseguir a través de nuestra Asociación, al igual que sucede con otros muchos compañeros que han constituido asociaciones similares a la nuestra, y que en muchos casos, en la mayoría,  llevan trabajando mucho más tiempo que nosotros.

Por lo que nos ponemos a vuestra disposición para seguir buscando, investigando, para conseguir datos sobre esa etapa de nuestra historia,  la II República, sobre sus antecedentes y sobre las consecuencias que tuvo la derrota de su ejército y su desaparición como régimen político, para dar a conocer esa historia sin tergiversaciones, sin mentiras, de la forma más objetiva posible. Para continuar la labor que muchos compañeros llevan haciendo de forma callada, pero en muchos casos limitada al ámbito académico,  para colaborar en todas aquellas actividades que sirvan para difundir y conservar esa historia, que a tantos nos han arrebatado.

Lo dicho al principio:   Salud y República"

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