Desde siempre, los del pesoe han ido incorporando en sus
filas a dirigentes de Izquierda Unida, cuando no de otros partidos... Y
como todos quieren pisar moqueta, pues IU ha dado la llave de la
gobernabilidad a los socialistas. Sus cuadros dirigentes están plagados
de antiguos líderes comunistas. También de UCD, como el caso de ministro
Fernández Ordóñez, que era el tapado socialista dentro del propio
consejo de ministros de Suárez. Felipe le premió dándole el ministerio
de Asuntos Exteriores. El peose sí paga a traidores.
Izquierda
Unida, con los años, ha perdido su identidad de tanta complicidad con
los socialistas. Los antiguos votantes no veían utilidad en votar
comunista si al final quien se beneficiaba era el psoe. Ahora que el
bipartidismo está en entredicho, en peligro de extinción, la prueba del
algodón la tendrán, en Andalucía, los de Podemos.
Si, los seguidores del
grupo de Pablo Iglesias que tanto han criticado a la casta bipartidista
están negociando dejar que gobierne Susana en Andalucía. Peligrosas
negociaciones, peligrosas decisiones que pueden servir de argumento, si
gracias a Podemos los socialistas vuelven a gobernar en Andalucía, de
que no ha servido mucho votar a los de la coleta. Lo mismo que el apoyo
de IU en Andalucía les ha llevado a la clandestinidad, Podemos corre el
peligro de desilusionar a sus votantes.
Y
es que los pactos contaminan al pequeño, al que ayuda al pesoe en su
gobernabilidad. Tras décadas de legislaturas con gobiernos en
ayuntamientos y comunidades, la experiencia es incuestionable. El pez
grande se come al chico. Si en Andalucía vuelve a gobernar el pesoe de
Susana Díaz, no con el apoyo de IU que casi ha desaparecido, sino
gracias a Podemos, la contaminación es inevitable porque en las
siguientes campañas municipales, autonómicas y generales siempre se le
podrá recordar a Pablo Iglesias que, gracias a sus votos, la casta
vuelve a gobernar en esa región donde el paro y la corrupción han
llegado a niveles de récord Guiness.
Es
un peligro real. El ascenso de Podemos, el fenómeno Podemos, puede
quedar diluido como un azucarillo en un café dependiendo de su política
de pactos. Si pretende crecer y convertirse en alternativa real para
gobernar desde La Moncloa, este año tendrá que demostrar lo distanciado
que está de los partidos corruptos que llevan décadas conviviendo con la
corrupción y sin importarle que sus políticas generen paro, y más paro.
(*) Periodista y editor de www.muyconfidencial.com
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