Málaga es la sexta capital de provincia por habitantes y Murcia la
séptima, pero entre ambas media un abismo oceánico porque la primera
tiene un proyecto de ciudad impulsado por sus autoridades municipales y
la segunda creció al albur de las ocurrencias y los negocios de
promotores venidos de fuera.
Mientras el epicentro de la Costa del Sol
apostó por convertirse en un centro de referencia cultural (Centro
Pompidou, Museo Picasso, Museo Estatal Ruso y Museo Carmen Thyssen),
Murcia permanece congelada en el tiempo.
La reforma de la avenida de la
Libertad es la única actuación urbana destacable de los últimos cuatro
años en una ciudad que ha convertido el yacimiento de San Esteban en un
monumento a la desidia.
Siendo más bella que Málaga, es paradójico que
Murcia haya persistido en el feísmo de su jungla de vallas publicitarias
y pintadas que ‘engalanan’ sus calles.
(*) Director de 'La Verdad'
No hay comentarios:
Publicar un comentario