sábado, 28 de marzo de 2015

Portmán: 25 años sin vertidos (1) / Pedro Baños Páez

El 30 de marzo de 2015 se cumplen veinticinco años del cierre de los vertidos de residuos mineros al Mediterráneo en la Bahía de Portmán.

En julio de 2011, al cumplirse veinticinco años del cierre simbólico de esos mismos vertidos por Greenpeace España, la Coordinadora para la Conservación y Recuperación de la Sierra y la Bahía de Portmán organizó unas conferencias y mesas redondas para analizar aquella acción que puso en la agenda política ese atentado ecológico, con lo que cambió la percepción de la opinión pública y se pusieron las bases para el cierre definitivo, cerca de cuatro años después. 

En este aniversario de 2015, la Asociación Liga de Vecinos de Portmán está también preparando unas conferencias y mesas redondas que analicen lo que ha ocurrido en este cuarto de siglo con tantas promesas incumplidas, con tantos estudios y proyectos realizados y con tantas expectativas e ilusiones arruinadas entre amplias capas de la población "particularmente la de Portmán" que se consideran engañadas, en lo que se ha antepuesto el interés particular de algunas personas y organizaciones al interés general de la población.

A continuación analizaré lo ocurrido al respecto como conocedor y estudioso del tema. Como sociólogo, como científico social, procuraré ser avalorativo, aunque, claro, seré crítico en el análisis de los hechos y en sus consecuencias. 

Portmán. Nunca más era el título de una pequeña colaboración mía que se incluía en el libro denominado La Costa de la Región de Murcia, escrito por Pedro Costa Morata, que se publicó ese mismo año 1990. Esa colaboración comenzaba con el mensaje del presidente de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia (CARM), ordenando bajo la atenta mirada del empresario minero: «Atención lavadero, corten vertidos». Ese cierre de los vertidos previsto para el sábado 31 de marzo de 1990, se hizo el viernes 30 «por razones de agenda», para evitar la posible intervención en el acto de los ecologistas que, con sus reivindicaciones, pudiesen deslucir 'el acto'. 

Ese día 30 fue un día de fuerte viento, como si la naturaleza protestase y castigase a los responsables que habían realizado y permitido aquel ecocidio. Pero el acto del cierre del vertido se celebró con una estudiada puesta en escena; y con promesas de autoridades y representantes de la empresa minera anunciando la recuperación de la bahía y de la sierra minera para construir veinte hoteles y 17.000 chalets. Para construir La Costa Azul Española, como se refirió al proyecto veintidós años más tarde el entonces alcalde de La Unión y hoy consejero de Fomento de la CARM. 

Que aquel vertido había que cerrarlo no era sólo una reclamación de algunos vecinos de Portmán y grupos ecologistas. Era también un clamor y reivindicación de científicos de diversas universidades y centros de investigación relacionados con el Mediterráneo, así como de distintos organismos nacionales e internacionales que lo consideraban inadmisible y contrario a múltiples convenios suscritos por el Reino de España. 

El oceanógrafo Jacques-Yves Cousteau definió como abominable aquel vertido de más de 8.000 toneladas diarias de restos de lavado de mineral, que se venía produciendo con autorización administrativa desde 1958. Aun en plena dictadura franquista, la concesión administrativa autorizando el vertido establecía unas condiciones de salvaguarda de la bahía de Portmán; condiciones que nunca fueron cumplidas por la empresa minera. 

Hoy, no se podría autorizar un vertido de ese tipo; probablemente, ni siquiera se autorizaría la movilización de esos restos de estériles que aterran la bahía de Portmán; la Directiva 2006/21/CE, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 15 de marzo de 2006, sobre la gestión de los residuos de industrias extractivas que fue incorporada a nuestro ordenamiento interno mediante el Real Decreto 975/2009, de 12 de junio, lo prohíbe taxativamente. 

Debido a que a su entrada en vigor ya estaba en estudio el proyecto de Restauración Ambiental de la Bahía de Portmán presentado por el ministerio de Medio Ambiente (MMA) en diciembre de 2007, se pudo aprobar la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable en febrero de 2011, gracias al empeño y apoyo decidido del director general de la Costa y del Mar. Realizar hoy una Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) de un proyecto de movilización de esos estériles mineros tendría muy pocas posibilidades de salir adelante, a la luz de la legislación comentada anteriormente. 

Y aquí no valdría cambiar o aprobar una nueva ley en la Asamblea Regional, ni aunque fuese en comisión, como han hecho con la nueva Ley del Suelo de la CARM saltándose la aprobación y discusión en el pleno, que había sido desconvocado por el luto oficial debido al accidente de aviación, y sin los informes de los órganos consultivos de esta Región de Murcia. 

No se puede acometer un proyecto de Recuperación de la Bahía de Portmán que no sea el que recibió la DIA favorable en febrero de 2011 y que fue aprobado por el Gobierno de España en septiembre de 2011; y que salió a licitación pública en ese mismo mes. A esa licitación se presentaron varias empresas cuyos proyectos técnicos fueron valorados en noviembre de 2011. 

Todo estaba pendiente para la adjudicación del final del proceso, con la valoración de las propuestas económicas que debía hacerse en enero de 2012. Pero, ¡ay, dolor! hubo un cambio de Gobierno y el nuevo equipo ministerial responsable de Medio Ambiente, que inicialmente había aumentado el presupuesto destinado a esa partida de Recuperación de la Bahía de Portmán para demostrar su compromiso con el tema, paralizó el proceso y quedó sin adjudicar, y sin invertir nada de esa partida presupuestaria. También paralizó el proyecto ya adjudicado "y con los trabajos bien avanzados que habían comenzado en noviembre de 2011" de adecuación de la corta San José que debía recibir los estériles que se retirasen de la Bahía de Portmán. 

En julio de 2013 el alcalde de La Unión, hoy consejero de Fomento de la CARM, convocaba al pueblo de Portmán a un acto público en la Liga de Vecinos para informar que había una empresa alemana, ARIA International GmbH, que iba a regenerar 'toda' la Bahía de Portmán, sin que costase ni un céntimo a los contribuyentes y «con garantías de que ahora sí se va a hacer, porque es una empresa privada que viene a ganar dinero (...) se van a crear seiscientos puestos de trabajo directos más el doble indirectos (...) ¡nos ha tocado el gordo de Navidad en verano!». Este dirigente político hizo suyo el proyecto privado «soy el primer defensor del proyecto de ARIA», dijo en más de una ocasión y lo llevó de la mano al Gobierno de la CARM y al Gobierno de España; empujando con todas sus fuerzas como una solución estupenda ¡y única! para la recuperación de la Bahía de Portmán. 

Pero ¡ay, dolor, dolor! (vaya vía crucis que está pasando este proyecto. Invito a quien esto lee a que haga un pequeño juego de simulación en esta Semana Santa: si el Proyecto de Recuperación de la Bahía de Portmán es Jesucristo y las buenas gentes de Portmán son sus discípulos y dolientes, identifique entre los demás actores sociales intervinientes a los fariseos que lo llevaron ante Pilatos para que lo condenase a morir). Todo ese maravilloso plan "que no proyecto; ¡nunca llegó a existir un proyecto de ARIA para la recuperación de la Bahía de Portmán!" se ha desvanecido; el propietario y administrador único de ARIA International GmbH ha sido encarcelado por estafa y la empresa disuelta tras entrar en concurso de acreedores.

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