sábado, 28 de marzo de 2015

Otras formas de terrorismo / Joaquín Sánchez *

Según el diccionario de la Real Academia Española, terrorismo significa «dominación por el terror» y en una segunda definición «sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror». Es una definición que todos tenemos clara y, por eso, cuando vemos las barbaries del Estado Islámico (EI) lo denominados terrorismo. A lo ocurrido en Túnez con la muerte de 21 personas a manos de tres yihadistas lo denominamos terrorismo. Ambos actos se encuadran perfectamente en esa definición. Y es así a porque los medios de comunicación nos informan con detalle de estos acontecimientos. Ya sabemos que hay una máxima en la información que dice: «de lo que no se informa no existe».

Podemos afirmar que se da a conocer mediáticamente con el adjetivo de terrorismo una serie de actos violentos que crean terror y que se puede definir como ´terrorismo oficial´ vinculado a las armas y a las bombas. Pero hay otras formas de terrorismo, aunque no se consideran como tales, que destrozan vidas y que se tienen asumidas socialmente como algo normal. Veamos algunas de esas situaciones.

Los desahucios promovidos por las entidades bancarias son una forma de terrorismo porque se ejercen desde la violencia y el acoso a las familias de una manera permanente. Les destrozan la vida, los humillan y les hacen sentirse culpables, les amenazan con el juez, la Guardia Civil o la Policía Nacional. Al final sienten tanto terror que algunos se quitan la vida, y eso no son suicidios, son asesinatos. Hay un pacto de los medios para no publicar estos asesinatos, con la excusa de que podrían promover el efecto imitación. Creo que más bien responde a las directrices de los banqueros para evitar que la gente se subleve contra esta barbarie de los banqueros.

Otra forma de terrorismo se podría aplicar el mundo laboral: facilitar las condiciones para despedir y para la precariedad. Esto hace que muchos acepten condiciones laborales inhumanas por miedo a perder el trabajo, aunque sea con un salario de miseria y en condiciones de explotación. No es de extrañar que hayan aumentado los accidentes laborales cuando hay menos trabajo. La gente siente terror a perderlo. Se establecen productividades inalcanzables. Cada vez hay más trabajadores con problemas cardíacos y de ansiedad. ¿No es terrorismo el acoso sexual en el trabajo, sobre todo, a las mujeres inmigrantes? 

Uno de los más crueles es el terrorismo financiero con la especulación en las Bolsas de alimentos básicos como los cereales. Las élites financieras y económicas, en su afán de ganar dinero, orquestaron comprar alimentos básicos para convertirlos en acciones, lo que conllevó el aumento considerable de sus precios y dio lugar a la muerte por hambre de miles de personas. Siguiendo con esta realidad, hay que decir que en el mundo mueren por hambre, sed y falta de medicamentos para enfermedades curables unas 100.000 personas al día, de los cuales unos 75.000 son niños. 

El mayor terrorismo del mundo es y ha sido la pobreza, generada por un sistema capitalista que ejerce el terror, sobre todo a través de las multinacionales, entre ellas españoles, que provocan guerras para conseguir las materias primas, que contratan sicarios y paramilitares para el desalojo de las tierras de los campesinos e indígenas y compran Gobiernos para que manden a sus Ejército a forzar desalojos a tiro limpio y a que metan en la cárcel a la gente que lucha por los derechos humanos. Las multinacionales son las que provocan el mayor terrorismo en la actualidad.

A esto, hay que unir el terrorismo de Estado que ejercen Estados Unidos, Rusia, China, Israel, Arabia Saudí? China, por ejemplo, es el país que más viola los derechos humanos y no tiene contestación ninguna, además, está comprando miles de hectáreas y producciones agrícolas en África, lo cual causa el aumento del hambre. 

Otro tipo de terrorismo es el que se ejerce contra el medio ambiente, que está poniendo en juego nada más y nada menos que la propia existencia humana. El calentamiento climático es la expresión de esa violencia contra los sistemas ecológicos que ha hecho desaparecer a miles de especies, el aumento del nivel del mal, un clima de contrastes, pasar de sequías a inundaciones, etc.

Alguien puede pensar que esto es una exageración. Pero pregúntesele a las personas que reciben la notificación del juzgado del desahucio, a los trabajadores precarios, a los que pasan hambre, sed o enfermedades curables si no sienten terror. Perder el trabajo digno, la tierra y la vivienda son actos de violencia que crean el terror en la gente y las paraliza de tal manera que son incapaces de luchar, entre otras cosas por falta de fuerzas físicas, psicológicas y emocionales. 

Contra estas formas de terrorismo sólo cabe luchar desde la defensa y la promoción de los derechos humanos, para pasar de una humanidad de violencia y miedo a una sociedad de libertad, bienestar en la que las personas no se sientan amenazadas. De una sociedad de unos pocos a una sociedad de todos. Antes se decía 'que viene el lobo' ; ahora hay que decir que vienen los lobbys financieros y empresariales.

(*) Sacerdote

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