Según el diccionario de la Real Academia
Española, terrorismo significa «dominación por el terror» y en una
segunda definición «sucesión de actos de violencia ejecutados para
infundir terror». Es una definición que todos tenemos clara y, por eso,
cuando vemos las barbaries del Estado Islámico (EI) lo denominados
terrorismo. A lo ocurrido en Túnez con la muerte de 21 personas a manos
de tres yihadistas lo denominamos terrorismo. Ambos actos se encuadran
perfectamente en esa definición. Y es así a porque los medios de
comunicación nos informan con detalle de estos acontecimientos. Ya
sabemos que hay una máxima en la información que dice: «de lo que no se
informa no existe».
Podemos afirmar que se da a conocer
mediáticamente con el adjetivo de terrorismo una serie de actos
violentos que crean terror y que se puede definir como ´terrorismo
oficial´ vinculado a las armas y a las bombas. Pero hay otras formas de
terrorismo, aunque no se consideran como tales, que destrozan vidas y
que se tienen asumidas socialmente como algo normal. Veamos algunas de
esas situaciones.
Los desahucios promovidos por las entidades
bancarias son una forma de terrorismo porque se ejercen desde la
violencia y el acoso a las familias de una manera permanente. Les
destrozan la vida, los humillan y les hacen sentirse culpables, les
amenazan con el juez, la Guardia Civil o la Policía Nacional. Al final
sienten tanto terror que algunos se quitan la vida, y eso no son
suicidios, son asesinatos. Hay un pacto de los medios para no publicar
estos asesinatos, con la excusa de que podrían promover el efecto
imitación. Creo que más bien responde a las directrices de los banqueros
para evitar que la gente se subleve contra esta barbarie de los
banqueros.
Otra forma de terrorismo se podría aplicar el mundo
laboral: facilitar las condiciones para despedir y para la precariedad.
Esto hace que muchos acepten condiciones laborales inhumanas por miedo a
perder el trabajo, aunque sea con un salario de miseria y en
condiciones de explotación. No es de extrañar que hayan aumentado los
accidentes laborales cuando hay menos trabajo. La gente siente terror a
perderlo. Se establecen productividades inalcanzables. Cada vez hay más
trabajadores con problemas cardíacos y de ansiedad. ¿No es terrorismo el
acoso sexual en el trabajo, sobre todo, a las mujeres inmigrantes?
Uno
de los más crueles es el terrorismo financiero con la especulación en
las Bolsas de alimentos básicos como los cereales. Las élites
financieras y económicas, en su afán de ganar dinero, orquestaron
comprar alimentos básicos para convertirlos en acciones, lo que conllevó
el aumento considerable de sus precios y dio lugar a la muerte por
hambre de miles de personas. Siguiendo con esta realidad, hay que decir
que en el mundo mueren por hambre, sed y falta de medicamentos para
enfermedades curables unas 100.000 personas al día, de los cuales unos
75.000 son niños.
El mayor terrorismo del mundo es y ha sido la pobreza,
generada por un sistema capitalista que ejerce el terror, sobre todo a
través de las multinacionales, entre ellas españoles, que provocan
guerras para conseguir las materias primas, que contratan sicarios y
paramilitares para el desalojo de las tierras de los campesinos e
indígenas y compran Gobiernos para que manden a sus Ejército a forzar
desalojos a tiro limpio y a que metan en la cárcel a la gente que lucha
por los derechos humanos. Las multinacionales son las que provocan el
mayor terrorismo en la actualidad.
A esto, hay que unir el
terrorismo de Estado que ejercen Estados Unidos, Rusia, China, Israel,
Arabia Saudí? China, por ejemplo, es el país que más viola los derechos
humanos y no tiene contestación ninguna, además, está comprando miles de
hectáreas y producciones agrícolas en África, lo cual causa el aumento
del hambre.
Otro tipo de terrorismo es el que se ejerce contra el
medio ambiente, que está poniendo en juego nada más y nada menos que la
propia existencia humana. El calentamiento climático es la expresión de
esa violencia contra los sistemas ecológicos que ha hecho desaparecer a
miles de especies, el aumento del nivel del mal, un clima de
contrastes, pasar de sequías a inundaciones, etc.
Alguien puede
pensar que esto es una exageración. Pero pregúntesele a las personas que
reciben la notificación del juzgado del desahucio, a los trabajadores
precarios, a los que pasan hambre, sed o enfermedades curables si no
sienten terror. Perder el trabajo digno, la tierra y la vivienda son
actos de violencia que crean el terror en la gente y las paraliza de tal
manera que son incapaces de luchar, entre otras cosas por falta de
fuerzas físicas, psicológicas y emocionales.
Contra estas formas
de terrorismo sólo cabe luchar desde la defensa y la promoción de los
derechos humanos, para pasar de una humanidad de violencia y miedo a una
sociedad de libertad, bienestar en la que las personas no se sientan
amenazadas. De una sociedad de unos pocos a una sociedad de todos. Antes
se decía 'que viene el lobo' ; ahora hay que decir que vienen los lobbys
financieros y empresariales.
(*) Sacerdote
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