Capítulo Primero. Ante la evidencia de que el
instructor del TSJ para el caso Novo Carthago se propone implicar a
Valcárcel como Señor X de la trama de presunta corrupción, éste, en
colaboración con el diputado Martínez Pujalte, induce al consejero Cerdá
a la dimisión, pues con ella, al ser el de Agricultura el único aforado
en la causa, se interrumpiría el desarrollo de la investigación y ésta
pasaría a un juzgado ordinario evitando tanto la elevación al Supremo
como la prescripción de los posibles delitos de prevaricación y cohecho.
El resultado es, de un lado, que Cerdá queda, al cabo de su larga
trayectoria política, como un pelele, y de otro, que intereses
personales derivan en una inexplicada crisis de Gobierno a menos de tres
meses de las elecciones. Método: ingeniería política para la
obstrucción judicial más sometimiento del Gobierno (intereses generales)
a estrategias de defensa particulares. El intento resulta finalmente
fallido porque el presidente de Gobierno, Garre, a cuyas espaldas se
había diseñado la operación, actuó con el necesario temple al prolongar
la fecha del cese oficial del consejero para facilitar que la Justicia
hiciera su trabajo.
Capítulo Segundo. Una vez dictado el auto del juez
Abadía que implicaba a Valcárcel, el paso siguiente requería de un
informe favorable de la Fiscalía. Y hacia ella se dirigieron las
presiones, que comenzaron de inmediato y tuvieron constatación gráfica
en la visita, solo o en compañía de otros, del diputado Martínez Pujalte
a la sede de la Fiscalía General del Estado. El voluntarioso
lugarteniente político de Valcárcel pretextó que había pasado allí la
tarde charlando con un amigo. El hoy ya excomisionado de Economía del
Gobierno regional no ha sido expulsado aún del PP por intento de
ingerencia en los órganos judiciales del Estado y por insultar a sus
electores al considerarlos ingenuos.
Capítulo Tercero. El propio Valcárcel aparece en
rueda de prensa, de la que lo más sobresaliente resultan las amenazas
veladas al juez instructor y la siembra indocumentada de sospechas sobre
intenciones ocultas en el desarrollo de su instrucción. Todo un
vicepresidente del Parlamento Europeo lanzando descalificaciones contra
la independencia judicial. Antes, ya había autorizado a Martínez Pujalte
y al eterno Peñarrubia para que se desahogaran contra los fiscales en
nombre del partido que preside, lo que provocó una protesta pública del
colectivo. Curiosamente, las apelaciones de Valcárcel al ‘honor de la
familia’ se producen el mismo día en que se hace pública la inclusión de
su hermano Carlos en el séquito de un viaje de placer a Cuba integrado
por gestores de una entidad financiera posteriormente quebrada por su
temeridad crediticia y promotores supuestamente favorecidos por
préstamos ventajosos, asunto bajo investigación judicial.
Capítulo Cuarto. El mismo día de la rueda de prensa
se produce la destitución del delegado de Hacienda en Murcia, sin ningún
tipo de explicación. La más razonable y admitida en todos los ámbitos
es que resulta la consecuencia de la investigación realizada por la
Agencia Tributaria, a instancias del juez instructor de Novo Carthago,
sobre negocios de la familia de Valcárcel y otras circunstancias
supuestamente impropias que han conducido a las acusaciones reflejadas
en el auto que implica al expresidente regional. De esta manera se
premia la profesionalidad y eficiencia de un alto funcionario del
Estado. Pongámonos en su lugar: si no hubiera atendido con rigor la
encomienda judicial podría haber sido encausado, pero por hacerlo ha
sido destituido. Aviso a la independencia de la Inspección de Hacienda. O
hacen la vista gorda o a fregar escaleras.
Epílogo. La estabilidad del Gobierno regional, la discrecionalidad de
la Fiscalía, la independencia judicial del TSJ y la profesionalidad de
la Inspección de Hacienda. Todo minado, todo manoseado al servicio de un
líder decadente, experto en improvisaciones y chapuzas, pero aún con un
gran poder de facto. Cuidémonos.
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