domingo, 29 de marzo de 2015

Rivera, Díez y la ‘tercera España’ / Alberto Aguirre de Cárcer *

Cuando gobernaba el Tripartito en Cataluña, una quincena de intelectuales antinacionalistas (Xavier Pericay, Albert Boadella, Arcadi Espada, Teresa Giménez Barbat y Francesc de Carreras, entre otros) alumbraron en 2005 en un restaurante barcelonés la idea de crear un partido, constitucionalista y con vocación nacional, que acabaría llamándose Ciudadanos

Contribuyeron a su fundación, aunque luego se apartaron y dejaron al frente a un joven llamado Albert Rivera. Poco después, en pleno proceso de negociación con ETA del Gobierno de Zapatero, otro grupo de intelectuales antinacionalistas (con Fernando Savater y Carlos Martínez Gorriarán a la cabeza) tuvieron en el País Vasco la idea de convertir la plataforma ‘Basta Ya’ en un partido llamado UPyD, que tomaría cuerpo en 2007 con el liderazgo de la eurodiputada socialista Rosa Díez. 

Ciudadanos y UPyD tenían mucho en común (orientación centrista y críticos con el acercamiento del PSOE a nacionalistas vascos y catalanes, entonces en su apogeo antiespañol). De hecho, ya en 2007, UPyD y Ciudadanos negociaron ir juntos a las generales, aunque el pacto fracasó por personalismos y porque Rivera quiso primar la catalanidad de su partido hasta consolidarlo. Eso le costó a Ciudadanos una crisis interna y la fuga a UPyD de uno de sus líderes, el politólogo Luis Bouza-Brey, con sus partidarios. 

Por el contrario, a la formación de Díez no le fue mal en su implantación nacional. Durante años fue la dirigente mejor valorada en los sondeos del CIS. Tuvo la clarividencia de hacer una brecha al bipartidismo por el centro, recuperando el discurso de la ‘tercera España’, la corriente de pensamiento representada por Ortega, Madariaga, Sánchez Albornoz, Galdós, Unamuno, Besteiro y Marañón, personalidades que no se sentían representados por los protagonistas políticos de aquellos cainitas tiempos que nos llevaron al peor de los enfrentamientos.

 Pero los días de vinos y rosas de UPyD quedaron atrás por errores de imagen y táctica. El último, su rechazo a coaligarse con Ciudadanos cuando se invirtieron los términos y éstos estaban en ascenso meteórico. 

La tercera vía frente al bipartidismo perdura como idea, aunque las andaluzas y los sondeos reflejan que la marca de Rivera es ya el refugio mayoritario del voto centrista desencantado con PSOE y PP. Muchos militantes y dirigentes de UPyD se han fugado a Ciudadanos, que sin apenas trayectoria local ni líder reconocible en la Región, se puede erigir en la llave del Gobierno. 

Ciudadanos es aquí más una idea con buena imagen que un partido, justo lo contrario que el PP regional, todo un ejército de militantes, apoderados e interventores que arrasa en tiempo electoral. Sin embargo, el PP camina hoy junto al desfiladero pese a ser la opción mayoritaria. El voto en el 24M tendrá una fuerte dimensión emocional y lo nuevo cotiza más que lo viejo. Victor Hugo advirtió: «Ningún ejército puede detener una idea a la que le ha llegado su momento». Hoy, el signo del próximo Gobierno regional es toda una incógnita.

No hay comentarios: