Esto es lo
que opina Luis Garicano: ‘Tsipras está abofeteando a los alemanes en el
rostro, casi como si deseara ser expulsado de Europa. No veo que pueda
haber ningún apoyo político a Syriza por parte de ningún Gobierno del
sur de Europa. Todos están aterrorizados por sus propios movimientos
populistas’. También cree que la eurozona puede soportar la Grexit: ‘A
veces uno tiene que dejar algo de equipaje y seguir adelante’.
El
profesor de la London School of Economics le ha dicho todo eso y algo
más el fin de semana al diario The Daily Telegraph. Es uno de los
vértices de la ecuación griega ocho días después del triunfo de
Syriza: la de quienes consideran que Atenas se está pasando unos
cuantos pueblos y ha calculado mal la determinación de Berlín y
Bruselas. El otro vértice plantea justo lo contrario: que son los que
mandan en Europa los que se acercan al abismo al calcular muy por
debajo las posibles consecuencias de una salida de Grecia del
euro.
Uno de ellos, también citado por el columnista Ambrose
Evans-Pritchard en el mismo artículo del Telegraph, es el profesor
Ashoka Mody, de Princeton: los dirigentes europeos son
‘tremendamente irresponsables’, porque se suponen que deben velar
por la estabilidad financiera y ‘no tienen la menor idea de las
consecuencias que podría tener la Grexit, ni los temblores que
pueden sacudir el sistema internacional de pagos. Y lo resume
coloquialmente: ‘Están jugando con fuego’.
Como ejemplo de
esa dualidad de criterios en un momento especialmente sensible,
Financial Times incluye sendos artículos este lunes en uno y otro
sentido. El titular principal en primera plana reza: ‘La eurozona
teme un caos financiero en Grecia por su postura sobre el rescate’.
Luego aclara más: ‘Bruselas se alarma porque Atenas parece no darse
cuenta de su peligrosa situación’.
El segundo artículo con
la otra visión de la jugada es la columna habitual de uno de los
habituales en cuestiones de la UE, Wolfgang Münchau. Título: ‘Grexit
es una catástrofe evitable: los que restan importancia a los
riesgos son buenos con los números, pero no a la hora de captar la
dinámica de un default’. Y carga contra el criterio voluntarista
de que no habría contagio: la onda expansiva de la Grexit se
sentiría en todo el mundo. Para él, está en juego no sólo Grecia, sino
el futuro del euro y de la misma UE.
Garicano no tiene ni que
mencionar a Podemos cuando habla de los populismos. Lo hacen por él
muchos medios de la prensa internacional que han cubierto con
mucha atención la manifestación de Podemos el sábado en la Puerta
del Sol de Madrid. Todos coinciden en que la asistencia fue notable:
miles, decenas de miles; sólo la corresponsal de NPR se va a la
cifra más alta del arco estadístico: centenares de miles. También
todos vinculan el acto con lo que está pasando en Grecia. Y con lo que
pueda pasar.
Y en medio de este panorama cargado, la prensa
internacional también está registrando otros factores que tienen
que ver directamente con España y que podrían influir en la marcha
electoral de Podemos. Se trata de los últimos datos de otra marcha,
la de la economía española.
Así titula Mike Bird un análisis
en The Business Insider: ‘Las ascendentes cifras de crecimiento de
España la convierten en la estrella de Europa’. Esas cifras le
parecen dignas de destacar: un 0,7% en el cuatro trimestre de 2014, a
un ritmo del 2%, para cerrar el año con un 1,4%, una décima más de la
previsión del Gobierno. Y grita entusiasmado en español:
‘¡Arriba!’.
De todas formas, reconoce que son cifras
‘modestas’, aunque brillantes ‘dadas las actuales circunstancias de
la eurozona’. También Sarah White y Paul Day reflejan en Reuters
que la recuperación es real pero frágil: ‘Se acelera el
crecimiento español, pero los bancos se rezagan en el crédito’.
Puntos fuertes: el bajón en el coste de la refinanciación, el euro
débil para exportar más, el bajo precio del petróleo y la reducción
de impuestos.
Claro que hay que ponerlo todo en la
perspectiva de siete años de crisis, con doble recesión: El
crecimiento está ocurriendo desde un nivel bajo, y en términos
absolutos la economía española se ha encogido casi un 7% desde su
cota máxima a principio de 2008’.
Con estos datos, ¿qué puede
pasar en el año y en las urnas? La misma Reuters transmite la opinión
sobre el Gobierno Rajoy de Christian Schulz, de Berengberg: ‘Vemos una
buena posibilidad de que los reformistas españoles ganen las
elecciones en otoño a medida que su éxito económico esté mucho más
afianzado el día de votación’.
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