martes, 6 de enero de 2015

Los bancos son los Reyes Magos de los partidos / Pablo Sebastián *

Alarmante y estremecedor el informe del fiscal del Tribunal de Cuentas, González Soler, donde se señala la existencia de múltiples delitos en las finanzas de casi todos los grandes partidos políticos correspondientes al año 2012 y auditadas por el Tribunal de Cuentas. Un informe hecho público por el diario El País y al que tanto el Tribunal de Cuentas -que calificó de sorprendente’ su publicación- como el fiscal mencionado han querido quitar importancia diciendo que se trata solo de un borrador del trabajo de la Fiscalía.

Pues menudo borrador que ve la luz en este año electoral, en plena crisis del bipartidismo PP-PSOE y de desprestigio de la clase política y que deja en entredicho la transparencia de la que hablan los partidos. Al tiempo que abre un camino de investigación y de presuntas responsabilidades penales, amén de las políticas y electorales si todos estos datos llegan con detalle a los ciudadanos y al Parlamento, que es donde se deberían de hacer públicos los resultados de la auditoría del Tribunal de Cuentas.

Los que algunos partidos, como el PSOE, han comenzado a desmentir para decir que no han cometido irregularidades, pero sin aclarar extremos como son las posibles quitas o las condonaciones de las deudas del PSOE con los bancos. Y no solo las del PSOE porque existen sospechas de unas prácticas generalizadas entre distintas entidades bancarias y partidos políticos. Que en lo relativo a la vigente legislatura 2011-2015, debería hacerse públicas y conocerse al detalle, porque parece obligado que los ciudadanos conozcan qué partidos se han beneficiado de esos cuantiosos regalos -de los Reyes Magos de la banca, podría decirse en un día como el de hoy- y cuáles son las entidades financieras que los han hecho.

Estamos hablando de cuestiones muy graves que afectan ni más ni menos que a la limpieza del sistema electoral español. Pero si profundizamos en la cuestión más llamativa, además de los presuntos delitos fiscales, como es la condonación de las deudas millonarias de los partidos políticos contraídas con los bancos, veremos la gravedad del asunto si comparamos estos hechos con los miles desahucios de los hogares de las familias que, víctimas del paro, no han podido pagar sus hipotecas. Peor aún será la comparación si entre las entidades que han favorecido a los partidos políticos están las Cajas de Ahorro, rescatadas con el dinero público y que estaban gobernadas por los políticos o por gestores nombrados por ellos. Y no digamos si las deudas condonadas lo han sido en beneficio de los partidos que están intentando romper la unidad de España.

Lo que el Tribunal de Cuentas debe decirnos, en este caso concreto o en su defecto lo que deben declarar los partidos políticos, es el monto de créditos impagados y considerados fallidos por los bancos en lo que llevamos de la legislatura correspondiente a los años 2011, 2012, 2013 y 2014. Y si estos datos no los hacen públicos el Tribunal de Cuentas, su Fiscalía o los propios partidos es porque la gravedad de los hechos investigados es importante. Y ello significa que tarde o temprano se sabrá, aunque el Tribunal de Cuentas critique la publicación del informe cuando esa Corte -reina del nepotismo- lleva un retraso muy notable (debía de haber auditado ya los datos de 2013) y debía ser la más interesada en la transparencia de las cuentas públicas del país. Pero dada la composición partidaria del mencionado tribunal, mucho nos tememos que su pasión por la transparencia es bien escasa y no está por colaborar.

(*) Periodista

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