López Egido, un médico murciano de Alcantarilla formado en la Europa de mitad del siglo XX

El  doctor Alejandro López Egido (Alcantarilla 1933-Murcia 2015), fallecido ayer  a la edad de 81 años, obtuvo la licenciatura en Medicina y Cirugía en la Facultad de la Universidad Central de Madrid en el año 1.959. Era uno de los tres hijos del entonces jefe de estación de 'Renfe' en Alcantarilla.

Don Alejandro realizó sus primeras prácticas con el profesor Martín Lagos y, posteriormente, mediante una beca, hizo una estancia como médico interno en cirugía torácica en uno de los hospitales de referencia nacional del momento, el Hospital Civil de Basurto, en Bilbao. Antes había tenido una primera estancia suiza, en Lausana, con el profesor Saeguesser para aprender Cirugía General.

En 1960 vuelve a Suiza para ampliar estudios de su especialidad y trabaja en el Hospital Chaux de Fond, en Neuchatel, cerca de Berna, con una actividad orientada a la especialidad de cirugía ortopédica. Consolidó su formación con el profesor Müller, a la sazón pionero mundial en el desarrollo de la osteosíntesis, realizando con él su tesis doctoral durante ese periodo. Y allí también conoció a Liselotte Verena Haas Rufer, a la que luego hizo su esposa y con la que tuvo cuatro hijos: Alejandro, Natalia, Cristóbal y Patricia.

En el año 1968 regresa a Murcia y comienza su etapa como Jefe de Sección de Traumatología en el Hospital Provincial 'San Juan de Dios', continuando posteriormente como Jefe de Servicio, hasta su jubilación en el ya 'Reina Sofía'.

López Egido presidió la Sociedad Murciana de Traumatología y Cirugía Ortopédica durante el periodo 1996-1998.

En 1997 había ingresado como miembro numerario en la Real Academia de Medicina y Cirugía de la Región de Murcia, alcanzando a ser en la junta de gobierno tesorero de la entidad.

A lo largo de su vida profesional realizó técnicas innovadoras en el campo de la cirugía ortopédica, destacando las investigaciones sobre el sistema amortiguador en la sustitución total de la prótesis de rodilla. López Egido es el padre de la rodilla artificial amortiguada, hecha realidad aplicando leyes físicas y matemáticas, y que fuera patentada en Francia con el nombre de 'Alex'.
Asimismo fue muy reconocida su aportación en el ámbito de la osteosíntesis, en el tratamiento de fracturas óseas así como en las artroplastias de cadera y rodilla.

Dedicó buena parte de su vida profesional a la docencia de pregrado como profesor asociado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia.

Leal y fiel cumplidor de sus compromisos con la Academia de Medicina de la Región de Murcia, López Egido asistió con admirable continuidad a todas sus actividades hasta que la enfermedad le venció. Ahora descansa en paz.