miércoles, 14 de enero de 2015

La tournee española de Thomas Piketty / Luis Alcaide *

Estación de salida: Piketty-Sánchez. El segundo amplía ante el público socialista la figura de Piketty, a la vez que refuerza su posición con los argumentos igualitarios del primero. Piketty, sin embargo y de entrada, alerta: modificar la imposición para obtener la igualdad es tarea compleja. Algo así, como dijera Josep Plá, sobrela elaboración del suquet de peix, se trata de una simple cuestión empírica.

El ca­pi­ta­lismo es Historia viva, la nues­tra, evi­den­te­mente; un sis­tema cuyos fa­llos no son inevi­ta­bles (desigualdades y bur­bujas fi­nan­cieras de 1929-2007), tam­poco fun­da­men­ta­les. El igua­li­tario pa­raíso co­mu­nista, Piketty no deja de se­ña­larlo en su “Capitalismo…..”, no con­si­guió nada de lo que pro­me­tía. El ca­pi­ta­lismo sigue vivo, es la elec­ción con la que con­vi­vi­mos. La so­cial de­mo­cra­cia, como pre­dica el men­saje cris­tiano, ha bus­cado la com­pa­sión, dul­ci­ficar esos fa­llos del sis­tema que no son inevi­ta­bles, como le ocurre a la de­sigual­dad. Pero su tarea es po­lí­tica, com­pleja, la com­pa­sión no basta.

La de­sigualdad ac­tual es el re­sul­tado de dos causas in­ter­re­la­cio­na­das: el gran cre­ci­miento del sector fi­nan­ciero y la ex­plo­sión de las re­mu­ne­ra­ciones de los eje­cu­ti­vos. Dos causas que re­claman ac­tua­ciones co­rrec­toras por el lado de la fis­ca­lidad y el gasto pú­blico.

En el ca­pi­ta­lismo an­glo­sajón que se desa­rrollo entre 1930-70, los go­biernos de­mó­cra­tas, con­ser­va­dores y la­bo­ris­tas, apli­caron tipos im­po­si­tivos del 70-80% que no im­pi­dieron el cre­ci­miento eco­nó­mico y acor­taron di­fe­ren­cias entre ricos y po­bres, mien­tras las em­presas bus­caban sus be­ne­fi­cios en el medio y largo plazo.

Atkinson y Morrelli (Oxford Martin School) han pu­bli­cado en 2014 un Chartbook of Economic Inequality, su­mán­dose al de­bate cen­tral sobre la de­sigualdad po­pu­la­ri­zado por Piketty, que, en el pre­facio de la edi­ción fran­cesa, agra­dece el apoyo de Atkinson “ sin cuya ayuda su pro­yecto he­xa­gonal no ha­bría te­nido una di­men­sión in­ter­na­cio­nal”.

En 1920, el 1% de los más ricos re­cibía el 15-20% de los in­gresos en los países desa­rro­lla­dos. Alemania, des­taca John Key, en el Financial Times, era es­pe­cial­mente de­sigual. En los 50 años si­guientes el por­cen­taje de in­gresos de ese 1% se había re­du­cido al 7-10% del to­tal.

La par­ti­ci­pa­ción de los más ricos en la renta global des­cendió desde 1914 a 1977, pero desde 1979 la di­fe­rencia entre las ga­nan­cias entre ricos y po­bres se ha du­pli­cado, una vuelta a los años 30. La gran di­fe­rencia con aquél en­tonces está en los ín­dices de po­breza mun­dial, efecto asiá­tico, que han ve­nido dis­mi­nu­yendo desde 1990.

En las so­cie­dades eu­ro­peas y es­ta­dou­ni­dense se acentúa la cu­rio­sidad por co­nocer las raíces y la in­ten­sidad de esas de­sigual­da­des, a la vez que crece la des­con­fianza hacia los di­ri­gentes fi­nan­cieros y au­to­ri­dades po­lí­ticas a quienes se res­pon­sa­bi­liza de esta nueva ex­pan­sión de la de­sigual­dad. Un te­rreno abo­nado para la de­nuncia de las castas y la cap­ta­ción de fe­li­gre­ses, pero tam­bién un reto para los par­tidos so­cial­de­mó­cra­tas.

¿Cómo com­pa­ti­bi­lizar la co­rrup­ción de la de­sigualdad y el es­tí­mulo a un cre­ci­miento eco­nó­mico sos­te­ni­do?. La pro­puesta a los elec­tores no puede ser otra cosa que una es­tra­tegia que per­mita re­bajar el muro de la aus­te­ridad sin de­rrumbar los equi­li­brios bá­si­cos: cuentas pú­blicas e in­ter­cam­bios con el ex­te­rior equi­li­bra­dos, lo que exige un gasto pú­blico ade­cuado.

Este es el tipo de men­saje que pro­pone Piketty y que Pedro Sánchez or­dena po­lí­ti­ca­mente pero que to­davía no ha ex­pre­sado de ma­nera con­tun­dente de cara a las elec­cio­nes, las mu­ni­ci­pales en primer lu­gar. ¿Los can­di­datos para las cir­cuns­crip­ciones de Madrid y Valencia ofrecen un perfil que se ajuste a estos men­sa­jes?

Continua la tournée de Piketty pa­sando por Podemos que se fe­li­cita de las re­co­men­da­ciones sobre re­ne­go­cia­ción de la deuda .El Libro y su te­sis, “el ren­di­miento del ca­pital su­pera al avance del cre­ci­miento eco­nó­mico” re­sulta dra­má­ti­ca­mente vi­gente.

El Retiro cal­deado por el sol in­vernal con pre­guntas pe­ri­pa­té­ti­cas: ¿Qué pa­saría si el es­tan­ca­miento de los pre­cios se con­vir­tiera en in­fla­ción como ocu­rrió entre 1950 y 1980? ¿Porqué las re­formas es­truc­tu­rales no in­cluyen el con­trol del sector fi­nan­ciero y los sueldos de los di­rec­ti­vos?

(*) Técnico comercial del Estado

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