El más que
sugerente estudio trimestral sobre el empleo y la situación social de
los países de la Unión Europea, cuya lectura es altamente recomendable,
supone una cura de humildad para la euforia con la que pretende
presentar el Gobierno los datos de creación de empleo del último año.
Tampoco las expectativas sobre cómo vaya a evolucionar la situación de
paro en España para el año en el que acabamos de entrar, son mucho más
alentadoras. Los problemas más graves que deben afrontar los países de
la Unión los tiene España.
La
Comisión Europea advierte de que sigue habiendo numerosos retos de
cara al futuro, en particular respecto al desempleo de larga
duración y las escasas oportunidades de empleo, tanto para los
jóvenes (los que están en el tramo de entre 15 y 24 años de edad) como
los calificados de jóvenes adultos (los comprendidos entre 25 a 39
años), dos de las escalas de edad en las que España registra un claro
liderazgo en el desempleo.
A ello habría que añadir, como
ya lo han hecho en tantas ocasiones los portavoces de los
sindicatos españoles, que a los mayores de 45 años que han
perdido su empleo les resulta prácticamente imposible
encontrar uno nuevo después de un año de búsqueda. Con estos
antecedentes la complacencia con la que han difundido los
resultados de la caída del paro en el pasado mes de diciembre tiene
difícil ajuste. Aunque es verdad que hay datos alentadores.
Recuerda
el mencionado estudio del ejecutivo comunitario a lo largo de
sus 92 páginas que la tasa de desempleo de los jóvenes en la UE ha
disminuido considerablemente, pero añade que sigue siendo muy
alta. Admite que el desempleo de larga duración es un problema cada
vez mayor. De hecho, en el segundo trimestre de 2014, un total de
12,4 millones de personas, el 5,1 % de la población activa,
llevaban más de un año desempleadas, y más de la mitad de ellas
llevaban más de dos.
Bien es verdad, según Bruselas, que pese a
que el crecimiento del empleo es débil, al menos la tendencia
muestra que es constante desde que se inició la recuperación
económica en la primavera de 2013 y que el empleo ha aumentado en
la mayoría de los países con tasas muy elevadas de paro como Grecia,
España y Portugal.
Para los expertos es alentador que haya
mejorado en la mayoría de los sectores y sobre todo en el sector de
los servicios. También muestra el estudio que crecen todos los tipos
de empleo, no solo el empleo temporal y a tiempo parcial, aunque el
regreso a los niveles de empleo previos a la crisis es más lenta de
lo previsto.
También son alentadores los últimos datos de
creación de empleo, tanto en Alemania como en Estados Unidos. En
Alemania los desempleados han descendido en 27.000 personas y la
tasa de paro bajó una décima en diciembre hasta el 6,5%, lo que marca
un nuevo mínimo. En EEUU, según la encuesta de empleo privado ADP,
en diciembre se crearon 241.000 puestos de trabajo por encima de los
225.000 esperados y de los 227.000 del mes anterior. Frente a los
datos de empleo de estos dos países que registran récords
históricos, tratar de presumir de ser los que más vamos a crecer y
más empleo vamos a generar queda ridículo.
¿Cómo puede haber
quien quiera sacar pecho frente a unos países que tienen en la práctica
pleno empleo, frente a nosotros con tasas de paro del 24 %?
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