En el PP están ya lanzados. Han puesto
de responsable de la campaña a Carlos Floriano pero le han colocado un
vigilante nombrado portavoz que trae pedigree de FAES. Están seguros de
que van ganando, según dicen sus encuestas. Las de los demás los dan
perdedores. En esas condiciones, ¿a quién creería usted? A las nuestras,
a buen seguro. Las otras las cocina el enemigo. Además, ¿qué van a
salir diciendo? ¿Que van a perder? Eso no lo dice nadie. Ellos van a
ganar. Sus fórmulas son simples: El PP o el caos y el PP o la nada,
de esas con pegada.
Enfrente tienen un panorama de desunión y
enfrentamiento, incluso un verdadero guirigay y un proceso soberanista
en marcha en Cataluña, cuyo impacto en las elecciones municipales y,
desde luego, las generales, dan por descontado a su favor. Único motivo
de preocupación, el súbito ascenso de Ciudadanos en el ámbito español.
Ya hay quien habla de un Podemos de la derecha, en donde tendrán su
parte consideraciones personales sobre el porte, el verbo, la imagen de
respectivos lideres, Iglesias y Rivera. ¡Ah, las generaciones, Rajoy!
Repentinamente te has convertido en el viejuno de la política española
y, contigo, tu fiel escolta, empezando por ese Floriano que parece un
entrenador de equipo de fútbol de barrio y da la impresión, como todos
ellos, de saber tanto de las redes sociales como de la Atlántida.
El campo de Agramante está en la izquierda y agitado. Ese lío de la candidata de IU de Madrid tiene una pinta fatal
y, luego de la dimisión del responsable de la Comunidad, creo, Eddy
Sánchez, vaticina más lío. No es que estas situaciones tan problemáticas
sean excepcionales en IU. Al contrario, son relativamente frecuentes.
Pero no sé si al extremo de oscurecer el proceso de consolidación de un
nuevo liderago con Alberto Garzón. De la convergencia con Podemos ya no
va a hablarse gran cosa.
La
cuestión es ahora la lucha por la hegemonía entre Podemos y PSOE. Poco a
poco van fijándose posiciones. El PSOE, que pierde votos por la
izquierda, tiene, entre otras, dos opciones: tratar de recuperarlos
formulando un discurso más a la izquierda que el que ha tenido hasta la
fecha o aceptar la pérdida y modificar el discurso más mirando a los
votantes de centro. Zapatero parece más inclinado al centro; Sánchez, a
la izquierda.
Me
atrevería a decir que el reto del PSOE es formular un discurso
socialdemócrata propio, diferenciable y, sobre todo, nuevo; uno que
concilie el restablecimiento de la justicia social con la flexibilidad
de la organización económica, la productividad y eficiencia coordinada
con la redistribución. No tiene que ir a la busca de votantes. Tiene que
articular un discurso y unas propuestas que los votantes busquen. Tiene
que hacer lo que ha hecho Podemos, hablar lo que la gente quiere
escuchar. Y ahí su reto es muy duro porque los de Podemos son verdaderos
maestros.
En
un punto coincide el desconcierto de la izquierda española y es el
catalán. Es urgente que las dos formaciones tomen posición sobre lo que
está pasando ahora mismo en Cataluña. No en un futuro incierto, para
después de las elecciones generales, sino aquí y ahora.
(*) Catedrático de Ciencia Política en la UNED
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