CARTAGENA.- El comedor solidario Jesús, Maestro y Pastor, que gestiona
Cáritas en Cartagena y lleva casi dos años en marcha, no para de recibir
a personas en riesgo de exclusión social necesitados de un lugar donde
alimentarse. Reciben ayudas del Banco de Alimentos, de particulares y de
empresas del municipio, pero aun así estiman que para que "el comedor
siga funcionando correctamente" se necesitarían como mínimo 6.000 euros
al mes.
Y es que, según asegura su responsable, Antonio Pedreño,
el comedor social "necesita un base económica para subsistir. Además de
alimentar, hay que pagar la luz, el agua, el alquiler y reponer el
menaje que se ha roto", con lo que dice que para que éste pueda seguir
dando servicio a tanta gente se necesitarían entre 6.000 y 8.000 euros
al mes.
Parte de esos fondos los recaudan con lo que ellos
denominan "comidas solidarias". El último martes de cada mes preparan la
comida para personas que quieren ayudar a la supervivencia del comedor.
"Ellos comen lo mismo que servimos aquí y luego hacen una aportación al
comedor. Es un pequeño grano de arena que nos ayuda bastante", reconoce.
Sin embargo, el número de personas que deciden
participar en dicha acción solidaria varía mucho de un mes a otro y hay
épocas en las que reciben a 30 comensales y otras en las que esa cifra
se duplica.
Desde que abrió sus puertas en la calle Juan
Fernández, el comedor solidario de Cáritas ha visto incrementar
notablemente el número de usuarios que asisten a diario a comer.
Empezaron solo con unas 15 personas y han llegado a alimentar hasta 130,
cuando la capacidad real del inmueble es de 60 comensales.
"Aquí
solo vienen adultos, a las familias las derivamos al economato u a otros
centros", explica Pedreño antes de aclarar que gracias a esa medida
consiguieron reducir "un poco" el número de personas que acudían al
comedor social, aunque actualmente la cifra se sitúa en los 80
comensales.
El perfil medio de
las personas que acuden diariamente al centro de Cáritas es de personas
con una media de edad de 55 años y de origen español. "Al principio
venían muchos ecuatorianos, pero ahora eso ha cambiado y nos llegan
parados de larga duración a los que les es muy difícil incorporarse al
mercado laboral", dice el responsable del centro.
Pedreño también
espera que en 2015 se estabilice el número de usuarios que reciben
porque "estamos desbordados y si aumentara el número, esto sería una
catástrofe", vaticina.
En estas fechas en Jesús, Maestro y Pastor
se afanan por preparar las comidas navideñas para todos sus usuarios
porque, como recuerda Pedreño, "esto es más que un comedor social, somos
una familia".
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