miércoles, 10 de diciembre de 2014

La jueza de Cartagena sigue indagando en busca del sentido del 'caso Cala Cortina'

CARTAGENA.- Cinco testigos que han declarado este miércoles en el juzgado de Cartagena que investiga la muerte de Diego P., por la que seis policías nacionales están en prisión desde el 8 de octubre, han coincidido en señalar que en los días previos al crimen lo encontraron muy nervioso y preocupado.
 
Según fuentes cercanas a la investigación, uno de estos testigos, Manuel P., hermano de la víctima, ha declarado que la última vez que contactó con él fue en la tarde del 10 de marzo de 2014, un día antes de su desaparición y muerte.
Entonces, ha añadido, lo encontró muy nervioso y su hermano llegó a telefonearlo tres veces, dos de ellas por la desaparición de unas bicicletas que le imputaban unos vecinos y otra en la que le comunicó que se sentía amenazado y le pidió que avisara a la policía.
Ha indicado también que cuando acudió a la casa de Diego, ubicada en el barrio cartagenero de Las 600, avisado por un vecino, se encontró la vivienda abierta y con las luces encendidas, aunque sin rastro de su hermano.
Además, ha manifestado, en contra de lo afirmado por otros testigos, que su hermano solo era consumidor esporádico de cocaína, ya que solo la tomaba una vez al mes, cuando cobraba la pensión, y el resto de los días no lo hacía por falta de recursos.
Otro de los testigos, Antonio Z., se ha ratificado en lo que declaró en su día en la comisaría de policía de Cartagena, cuando dijo que vio a Diego P. la misma noche en la que desapareció, pero que no llegó a hablar con él.
Ha añadido que últimamente lo encontró muy mal y muy reservado, ya que "no hablaba con nadie e iba a su rollo".
Durante el interrogatorio ha declarado igualmente que llegó a preocuparse por la desaparición de Diego P., ya que no era normal que este se ausentara de su casa durante varios días.
Asimismo, ha lamentado que por la barriada donde residía la víctima se corriera el rumor de que Antonio Z. hubiera tenido algo que ver con su muerte.
Por su parte, José Antonio H., Sara F. y Ana María Z. han indicado que los días anteriores a la muerte de Diego P. hallaron a este muy alterado.
Esta última ha agregado que la víspera del día del crimen intercambió unas frases con él, quien le dijo que la policía se lo había llevado para tomarle huellas.
El juzgado pretende con estas diligencias esclarecer los hechos que llevaron a la desaparición y muerte de Diego P., cuyo cadáver fue hallado en la playa de cala Cortina dos semanas después de que fuera conducido a ella por los policías nacionales que están imputados por los delitos de homicidio o asesinato y detención ilegal.

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