El pasado jueves la Asamblea Regional aprobó, con los votos mayoritarios
del PP, el presupuesto regional para 2015. Unas previsiones económicas
que nacen enmendadas en su totalidad, no sólo por los grupos
parlamentarios de la oposición, sino principalmente por la Autoridad
Fiscal independiente, que ve demasiadas sombras en las finanzas
regionales; también por Bruselas, y lo más importante, por la
ciudadanía.
El Gobierno de Garre presenta un presupuesto continuista y débil, que prevé unos ingresos que no se van a producir y un gasto y unas inversiones ficticias; tan irreales como la política de este Gobierno, que ha cambiado para no cambiar nada.
Y lo decimos
porque la situación de las cuentas de la Comunidad es absolutamente
insostenible. Una gran bola de nieve que avanza cuesta abajo y sin
freno. La legislatura arrancó con un Gobierno socialista en La Moncloa y
entonces el PP mostraba en el Parlamento regional un desmedido afán
reivindicativo, exigiendo inversiones, así como un nuevo modelo de
financiación autonómica, el lícito pago de la deuda histórica y
reclamando buenas infraestructuras, agua... prometiendo que todo
cambiaría una vez se produjera el relevo de inquilino político en el
Gobierno de España.
Pero las cosas han sido de otra manera,
desalentadoramente diferentes. El primero en someterse al mandato de
Génova fue Valcárcel, y lo hizo a cambio de asegurarse un retiro dorado
en Bruselas. Decidió abandonar el barco en el peor momento, demostrando
en qué quedaba la jactancia de su murcianía y su preocupación por la
defensa del interés general.
Ahora es Garre quien no quiere contrariar a
los jefes de Madrid, y para tener su amparo y mantenerse en el cargo ha
optado por no crear problemas, desistiendo reclamar lo que antes con
tanta insistencia exigía. Aún así lo tiene complicado, pues Valcárcel,
que es quien manda en el PP de Murcia, no disimula y se sigue decantando
abiertamente por Pedro Antonio Sánchez, el consejero imputado.
Valcárcel
y Garre, artífices de unas cuentas regionales exhaustas durante estos
cuatro años y alumnos aventajados en recortes y copagos, son también
responsables de la maltrecha situación de una Región donde
desgraciadamente se siguen produciendo desahucios a diario, cierres de
pequeños comercios, donde no llega la financiación a las empresas. Por
eso, unas cuentas tan falsas e increíbles no solucionarán los problemas
de la Comunidad.
Toda la deuda prevista para 2015 ya la hemos superado a
finales de 2014. Hablamos de más de 7.000 millones de deuda,
consecuencia de la desastrosa gestión de Valcárcel, que Garre aplaudía
cuando era diputado; y también de lo que ahora hace Garre como
presidente, aunque no lo aplauda Valcárcel. En la Región de Murcia no
hemos salido de la crisis, ni tampoco serán las primeras navidades de la
recuperación económica, por más que el Partido Popular quiera
convencernos.
Todo es un simulacro, una histriónica
representación teatral en una Región arruinada. Cada día conocemos
aspectos más decepcionantes, si cabe, de este Gobierno del Partido
Popular que no ha parado de mentir y defraudar expectativas.
Un vivo
ejemplo es el del aeropuerto de Corvera, un asunto que no termina de
despejarse y con el que no han parado de tomarnos el pelo, pero seguimos
pagando; o la desaladora de Escombreras, una planta costosísima que no
ha servido para abastecer de agua ni a los regantes ni a los desarrollos
urbanísticos para los que fue creada.
Cito estos dos proyectos, aunque
hay muchos más fallidos, porque son los dos principales responsables de
la hipoteca de nuestro futuro.
Una triste realidad que nos
bloquea como Región y que nos entrampa hasta las cejas, obligándonos a
renunciar a lo importante, a que haya más becas para los alumnos, a que
se garantice el cumplimiento de la Ley de Renta Básica, para lo que
desde el PSRM hemos presentado una querella, o la de Cooperación al
Desarrollo, la del voluntariado, la de dependencia, la ley a favor de
las víctimas del terrorismo y un interminable etcétera...
Acabamos este curso político con unos presupuestos irreales e insuficientes que no contribuirán a mejorar el estado de nuestra Región. Un final de curso lleno de connotaciones, que va más allá de la aprobación de unas cuentas públicas, pues pone broche a una legislatura casi agotada y especialmente complicada.
Es preciso salir de esta espiral, dar
esperanza a los ciudadanos y eso sólo es posible mediante un cambio
político que lleve a un nuevo proyecto económico y social, un cambio que
hoy por hoy sólo puede garantizar el Partido Socialista.
(*) Portavoz del PSRM en la Asamblea Regional de Murcia
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