En la fachada del Almudí hay un
bajorrelieve frecuentemente interpretado como la Matrona de Murcia que
retira del pecho a uno de sus hijos para dárselo al foráneo. La
interpretación clásica de la escena subraya la bondad del carácter de
los murcianos y la fecundidad de su tierra; otros, sin embargo, ven la
proclividad del murciano a valorar poco lo suyo para cederlo presto a
los extraños.
En lo del soterramiento y las infraestructuras hay mucho de lo segundo y poco de lo primero. El abandono por parte de nuestros gobernantes de nuestra posición estratégica clave en el arco mediterráneo, la renuncia al Corredor Mediterráneo o al baipás de mercancías que evite la travesía por la ciudad, a pesar de nuestros intentos de sacar mociones por unanimidad en el Ayuntamiento y en el Parlamento Regional, se ve ahora coronado por unas medidas electoralistas, que de haberse hecho en junio de 2012 podrían representar en estos momentos el inicio de las obras, haciendo posible seguramente la llegada a una estación soterrada en 2016, sin ningún tipo de problemas, mientras se continuaría con el resto del soterramiento.
Es evidente que nuestros Gobiernos están trabajando por los intereses ajenos a la Región de Murcia y es fácil imaginar cómo lo estarán celebrando los alicantinos porque desde Murcia bien que se está potenciando el eje da alta velocidad Alicante-Madrid; porque ése es el objetivo de Fomento al que dócil y sumisamente se doblega el PP murciano: que una infraestructura ferroviaria decente Cartagena-Murcia-Madrid no compita con la alta velocidad alicantina. Es la única razón del abandono de la variante del Camarillas a la que tan sólo faltaban veinticinco millones para ser culminada, con lo que no sólo se habría reducido en media hora el viaje a Madrid con un costo asumible, sino que también se habría posibilitado que los regantes murcianos pudieran recrecer la presa del pantano por el que hoy circulan nuestros trenes a paso de carreta, que tanto necesitan por una mala gestión del Trasvase y otra cesión injustificable a intereses ajenos. ¡Cuánta desidia, cuánta irresponsabilidad, cuanta ineficacia!
El BOE del pasado 9 de diciembre licita el último de una serie de estudios relativos al soterramiento, que el PP trata de vendernos como la consecución de nuestro viejo sueño; el presidente Garre lo celebraba alabando a una ministra que tiene abandonada la región desde la presidencia de Valcárcel; ¿cómo olvidar la sumisión servil del anterior presidente regional para que lo colocaran ventajosamente en las listas de las elecciones europeas en enero de 2013, dándole carta blanca a la ministra Pastor para abandonar el soterramiento en la llegada del AVE a la ciudad de Murcia?
Y ahora Garre repite la jugada: lanza loas y alabanzas a la misma ministra porque en el BOE aparece la licitación de un proyecto que tan sólo asegura que en 2017 vamos a tener unos planos. El presidente Garre se da por contento porque «ya está en el BOE», aunque sabe bien que tal cuestión no es creíble mientras no esté en los Presupuestos Generales del Estado. También estuvo en el BOE el Convenio de 2006, señor Garre, con reparto de costos incluido, y los Gobiernos posteriores lo han incumplido reiteradamente.
Porque es bien sabido que la ministra de Fomento ha manifestado reiteradamente que su ministerio trae las vías pero el que quiera soterramientos, que se los pague. Que para eso tiene un PITVI en que apoyarse que de manera ilegal quiere hacer retroactivo en el caso de Murcia, para trasgredir el Convenio de 2006. ¿Va a derogar aquel Plan de Infraestructuras para el nuevo anuncio del BOE de 9 de diciembre? Usted sabe que no, señor Garre. ¿Cómo justificar tanta euforia en vísperas de elecciones?
Sinceramente, algunos esperábamos una reacción más lúcida y menos servil, como habría sido sacar del baúl de los recuerdos, adonde la arrojó Ramón Luis Valcárcel, tal vez la única idea buena de sus casi veinte años de Gobierno, que hace más de un decenio esgrimía para rechazar el soterramiento y que el diario La Opinión de 3 de enero de 2003 recogía como «una apuesta por llevar la línea a Alcantarilla paralela al Reguerón, con un ramal de entrada y salida al Carmen». Habría sido una oportuna alternativa que habría evitado el paso de mercancías, muchas de ellas peligrosas, por delante de nuestras casas, e incluso el soterramiento entre Murcia y Nonduermas. Pero han preferido el camino fácil de someterse de nuevo a Madrid, abandonar la defensa de los intereses generales de los ciudadanos y proseguir con aparentes y demagógicas opciones como las cuatro de Barriomar, en la fingida fase 2 del AVE en superficie.
No pueden continuar con su estrategia de confundir y manipular a la opinión pública, porque los murcianos ya hemos sido engañados muchas veces por el PP y han perdido toda credibilidad. Porque han vendido a los murcianos a intereses foráneos y encima quieren vendernos la moto.
Con todos los respetos, no podemos evitar pensar en el paralelismo de los dos encuentros con la misma ministra, del que Valcárcel rentabilizó bien su docilidad con un dorado retiro en Bruselas; porque, señor Garre, usted también necesita que le coloquen en unas listas.
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