domingo, 30 de noviembre de 2014

El picudo rojo está perjudicando a palmerales de Río Chícamo, en Abanilla, y Calblanque, en Cartagena

MURCIA.- La Consejería de Agricultura y Agua, a través de las direcciones generales de Medio Ambiente e Industria Agroalimentaria y Capacitación Agraria, ha pedido la concesión de un proyecto LIFE para conservar a largo plazo los palmerales y palmitos existentes en los Lugares de Interés Comunitario (LIC) 'Río Chícamo' y 'Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila', ante la amenaza que supone el picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus) para las palmeras en la Región.

Esta iniciativa cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Abanilla y tiene como socios participantes a la Universidad de Murcia y las empresas Sanidad Agrícola Econex S.L., Glen Biotech S.L. y Grupo Tragsa, según han informado fuentes del Gobierno regional en un comunicado.
El objetivo de este proyecto es buscar fórmulas efectivas novedosas para contribuir a la supervivencia del palmeral del hábitat de ribera del LIC Río Chícamo, en Abanilla (conformado por más de 25.000 ejemplares), y de las garrigas de palmito del LIC de Calblanque, integrados ambos en la Red Natura 2000, frente a los efectos de la citada plaga.
Así, entre las acciones planteadas figura demostrar la viabilidad de medios de detección eficaces, a través de tecnología ligada a drones, más rápidos y con una buena relación coste/beneficio, y establecer, a través de la implicación de las poblaciones locales y propietarios privados, un sistema de alerta temprana zonal, así como barreras de entrada y propagación, mediante cinturones de trampas de alta eficacia y trampeo infectivo basado en patrones de vuelo.
Se plantea asimismo controlar la población de picudo rojo en el entorno del LIC Río Chícamo (donde fue detectada la plaga en abril de 2009), hasta alcanzar niveles próximos a la erradicación, evitar su propagación en la especie de palmácea Chamaerops humilis en el LIC de Calblanque, mediante el establecimiento de protocolos de prevención y generando conciencia sobre el papel que debe jugar la sociedad en el control de las especies exóticas invasoras.
Y es que, el principal vector de introducción del picudo rojo en el continente europeo fue la importación de palmeras. El primer foco en España fue detectado en la provincia de Granada en 1995.
Posteriormente se ha ido expandiendo a la Comunidad Valenciana (2005), Cataluña (2005), Islas Canarias y Baleares (2006), Ceuta (2009) y Aragón (2010). El primer registro de la especie en la Región de Murcia data de 2005. Actualmente hay detectados unos 40 focos.

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