MURCIA.- El Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz
iba a recibir 8,5 millones de euros y 600 euros por cada una de las
8.000 viviendas que se proyectaban en la finca El Roblecillo, que tenía
la consideración de protegida por su interés forestal y fue recalificada
para permitir su urbanización.
Así se recoge en el auto dictado
por el Juzgado de Instrucción nº6 de Murcia que investiga un presunto caso
de corrupción y en el que se imputa a una
treintena de personas, entre ellas, el alcalde de la localidad, Domingo
Aranda, y el exconcejal de Urbanismo, Amador López.
Señala el
auto que si se tiene en cuenta el dinero que iba a recibir el
consistorio, "no estamos ante un convenio urbanístico cualquiera, ya que
las cifras a pagar por la empresa conveniante -Golden Sky- son muy
elevadas".
Según el informe elaborado por la Unidad Central
Operativa de la Guardia Civil (UCO), que lleva a cabo las
investigaciones, incorporado a la causa, la sociedad promotora se
comprometía a pagar al Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz 4.455.000
euros, más 600 euros por cada una de las viviendas que se construyeran.
Además, agrega la resolución judicial, la arcas municipales percibirían
poco más de cuatro millones de euros "como pago del diez por ciento del
aprovechamiento urbanístico que le correspondería al Ayuntamiento".
"En esencia -comenta el magistrado instructor, Andrés Carrillo-, como
se aprecia, se trata de motivos de índole económica los que,
presuntamente, llevan a la reclasificación de ese sector de El
Roblecillo".
Señala igualmente el juez que, frente a lo
manifestado por los regidores municipales de que el convenio tenía un
especial interés público, "se aprecia que lo que hace atractiva esa
reclasificación de los terrenos, con la construcción de 8.000 viviendas y
un campo de golf, son motivos de índole económica".
"En concreto
-añade Carrillo-, una particular interpretación de las bondades para la
economía local de esta promoción y de las oportunidades empresariales
que abriría".
"Esa consideración -dice-, que puede ser una
legítima aspiración municipal y política en otros supuestos, choca en
este caso, de manera frontal, indiciariamente, con la realidad
técnico-ambiental desde el punto de vista del urbanismo como elemento de
determinación de los espacios de un términos municipal que han de ser
urbanizados y los que se han de proteger del proceso urbanizador por su
significación ambiental".
Para el magistrado no tiene explicación
que "en solo unos meses lo que era un terreno a proteger por su
especial relevancia forestal pase a ser un mero terreno urbanizable
sectorizado para la construcción de miles de viviendas y de un campo de
golf, pasando por encima, incluso, del claro informe negativo de los
tres arquitectos municipales".
Este convenio urbanístico sometido
a investigación fue aprobado por el pleno municipal en junio de 2004,
con los votos a favor de once concejales del PP y diez en contra de los
ediles de la oposición, aunque su ejecución, finalmente, no se llevó a
cabo por las críticas que suscitó y los problemas medioambientales que
suponía.
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