jueves, 20 de noviembre de 2014

Un estudio concluye que el agua del Trasvase es fundamental para incorporar la desalinización de agua marina


MURCIA.- El estudio 'Antecedentes y problemática de la aplicación de agua marina desalinizada al riego agrícola', promovido por el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo Segura (Scrats) al objeto de conocer la idoneidad de este tipo de aguas para los cultivos y elaborado en cuatro meses por la UCPT, concluye que el agua marina desanilizada, en principio y en caso de su regulación, "es una alternativa técnica aceptable para el riego agrícola", aunque el problema sería el factor económico, "entre seis y siete veces el coste del trasvase Tajo-Segura". 




Y es que "su composición limita el desarrollo de los cultivos, lo que debería corregirse mediante la fertirrigación, con los consiguientes incrementos de costes para los agricultores", a lo que se suma la elevada concentración de boro, el riesgo de la elevada acidez y poder corrosivo en el agua y la necesidad de un aumento de la capacidad de control y gestión del agua de riego.
Es por ello que "los aportes actuales del trasvase Tajo-Segura ayudan mucho a poder gestionar adecuadamente la increpación del agua marina desanilizada", sin el agua del trasvase sería "problemático" su uso pues "el agua desanilizada es muy cara y más que podría serlo al tener que cumplir unos requisitos de calidad y uniformidad". Por lo que el agua del trasvase "es una herramienta de gestión óptima para incorporar el agua marina desalinizada".
Así lo explicaron los doctores Ingenieros Agrónomos de la Universidad Politécnica de Cartagena, Victoriano Martínez Alvarez y Bernardo Martín Górriz, tras analizar los posibles efectos de la incorporación de agua marina desalinizada de la planta desalinizadora de Torrevieja al embalse de La Pedrera (en la imagen), acompañados en rueda de prensa por el presidente del Scrats, José Manuel Claver, quien matizó que el estudio "demuestra, una vez más, la absoluta necesidad del mantenimiento del trasvase Tajo-Segura, incluso para hacer uso del agua desalada, si es que finalmente nos decidimos por ello".
Sin agua del trasvase "sería prácticamente imposible" porque las cantidades de boro concentradas en estas aguas, que varían dependiendo de la temperatura del agua, "dañaría los cultivos de la zona de la cuenca del Segura, sobre todo los cítricos".




La principal ventaja de la desalinización de agua marina, según este estudio, es su condición de recurso hídrico "inagotable" y no sujeto a variaciones climáticas como la sequía, lo que la convierte en la herramienta "idónea" para aumentar de forma sistemática la disponibilidad de recursos hídricos para riego agrícola en el sureste español.
Sin embargo, su principal inconveniente persiste en el elevado consumo energético asociado a su producción, que cuadriplica el del trasvase Tajo-Segura, y que implica, a su vez, un nivel de emisiones de gases de efecto invernadero "poco compatible con las políticas orientadas al control del cambio climático".
De tal forma, "solo los cultivos más tecnificados y con mayores márgenes económicos pueden soportar los costes del agua desalinizada, pero a costa de una notable pérdida de rentabilidad en comparación con la situación actual".
De hecho, apuntó Victoriano Martínez, en Israel adecuar el agua de una desaladora al riego en una hectárea de pimiento cuesta 3.000 euros al año por hectárea, ya que "hay que incorporar el calcio y el magnesio que necesitan los cultivos y que ese agua de desaladora no tiene".
Otros problemas que pueden presentar, según las primeras experiencias realizadas en Israel, son los daños a la productividad de los cultivos, los costes de fertirrigación y la conservación de los suelos agrícolas; aspectos "que pueden comprometer la viabilidad económica de la agricultura de regadío en el corto plazo y su sostenibilidad ambiental en el medio-largo plazo".
Pero, según explicaron los doctores, estos problemas agronómicos y de gestión se pueden resolver mediante una correcta caracterización de este tipo de suministros, "que normalice la calidad a conseguir y que permita la optimización de su gestión conjunta con la de otros recursos hídricos disponibles" como las del Tajo-Segura. Para ello la UPCT propone la constitución de un comité multidisciplinar de forma similar a como se ha hecho en Israel.
Por su parte, José Manuel Claver, destacó que este estudio aclara dos problemas que veían los regantes en el uso del agua desanilizada, como era la calidad de este agua, "posible de realizar siempre que se adecue, esté regulado y se controlen esos niveles de calidad", de hecho, "es lo que vamos a plantear al Ministerio, que ya dispone de una copia del estudio, una herramienta de trabajo importante".
El segundo problema para los regantes es el precio del agua, "seguimos manteniendo que queremos un precio para el agua desalinizada inferior a los 20 céntimos por metro cúbico y es que partimos que ya estamos pagando, con diferencia, la tarifa más cara de España en el agua del trasvase".
Finalmente, señaló que este estudio viene a demostrar "la necesidad absoluta del mantenimiento del trasvase Tajo-Segura y el bien que hace para esta Región, que incluso la desalación sería inviable de realizar si no fuera por la disposición de este agua".

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