martes, 21 de octubre de 2014

Un vecino dice que vio al desaparecido en Cartagena días después de la fecha en la que creen fue asesinado en Cala Cortina

CARTAGENA.- Un vecino de Cartagena avisó a la Policía de que había visto a Diego P. cinco días después de la fecha en la que los investigadores de Asuntos Internos creen que fue asesinado, presuntamente a manos de los seis agentes del Cuerpo que se encuentran detenidos y acusados de homicidio/asesinato desde el pasado 8 de octubre.

Así consta en el sumario, donde se incluye este testimonio de José Andrés C.G. Según dijo, el domingo 16 de marzo se acercó con su novia a la zona de Lo Campano para ver la bajada de la Virgen desde la Ermita del Calvario a Cartagena. Fue al bajar del acto cuando sobre las 17.00 horas vio a Diego Pérez. Estaba de pie, junto a la parada del autobús de línea frente a una confitería situada en ese lugar y que actualmente se encuentra cerrada.
Asegura que le llamó la atención verle ahí porque hacía dos días, en un local de tatuajes del centro de Cartagena, se había fijado en un cartel en el que se pedía colaboración para encontrarle. Diego Pérez oficialmente se encontraba desaparecido desde hacía cinco días. El mismo tiempo que había transcurrido desde que los seis agentes de Policía se lo llevasen desde su casa en el barrio de 'Las Seiscientas' hasta la playa de Cala Cortina donde presuntamente lo mataron la noche del 11 de marzo. Nueve días después, su cadáver apareció flotando en esa misma playa.
Este testigo conocía a Diego Pérez porque ambos habían coincidido algunas veces en el psicólogo del Centro de Salud Mental de Cartagena. En una ocasión le ofreció tabaco, aunque no había relación entre ambos. Pese ello le reconoció de nuevo después de que la Policía le mostrase una foto al aportar estos datos en Comisaría. Recordaba que iba vestido una sudadera con capucha y unos vaqueros.
Esto es lo que les contó Andrés C.G. a la Policía el 21 de marzo según consta entre los folios 124 y 126 del sumario. De momento, una de las defensas de la Policía ya ha pedido a la jueza que instruye el caso que identifique las cámaras de seguridad de la zona de Lo Campano y se estudien sus grabaciones, según el recurso presentado contra la prisión provisional de su cliente.
Este recurso considera que la declaración de este testigo no contradice los resultados de la autopsia ya que, según alega, data la muerte de Diego Pérez entre los días 11 y el 16 de marzo, ambos incluidos. Cuestiona también la versión de Asuntos Internos que dice que fueron los policías los últimos en ver con vida al fallecido y sostiene que sus propios vecinos le vieron pasadas las 6 de la madrugada saliendo de su casa gritando, asustado y diciendo que el domicilio estaba embrujado.
Se basa en una llamada telefónica que también obra en el sumario realizada por un vecino apodado 'El Valenciano' al hermano del fallecido a las 6.29 horas de esa madrugada en la que le avisaba de que Diego Pérez había "salido corriendo de su casa diciendo que la casa está embrujada, liado con una manta".
La defensa cree que incluso en ese lapso de tiempo que pasó por casa se podría haber cambiado de ropa puesto que la descripción de las prendas que detalla la autopsia no coinciden con el relato del testigo protegido en el que Asuntos Internos ha apoyado buena parte de su tesis para acusar a los policías. La autopsia hablaba de pantalón vaquero y una camisa de estampado a listas verticales mientras que el testigo B-83 declaró que vestía unos pantalones marrón claro camel de tela y que creía haber visto una camiseta debajo de la cazadora.
La aparición del testigo protegido 'B-83' en la causa fue clave para desbloquear la investigación. Fue esta persona la que advirtió que fueron seis los policías que acudieron la noche de autos a la calle Estanislao Rolandi del barrio de 'Las Seiscientas' y que se llevaron a un hombre después de agredirle. No obstante, según consta en un informe policial, esta persona confundió al fallecido con otro vecino.
En cualquier caso, las defensas de los policías aseguran que este testimonio sólo relata una mala praxis policial que asumen, pero los policías insisten en negar haber matado a Diego Pérez. Admiten que no debieron llevarlo a Cala Cortina sin comunicarlo y argumentan que por miedo nunca dijeron nada una vez supieron que había desaparecido y posteriormente que había muerto.

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