miércoles, 8 de octubre de 2014

Pliego alberga en 'La Almoloya' el primer recinto político de la Edad del Bronce en Europa


MADRID.- Arqueólogos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) han encontrado en el yacimiento argárico de La Almoloya de Pliego un rico ajuar funerario y una construcción palaciega, que para los expertos constituye el primer recinto específicamente político construido en la Europa continental. La presentación de las excavaciones se realizó este miércoles en el Museo Arqueológico Nacional.

Los investigadores descubierto el ajuar funerario más rico de la Edad del Bronce antiguo peninsular en una tumba principesca y un palacio. Los hallazgos incluyen una trama urbana de la sociedad de 'El Algar' compuesta por edificios con su utillaje completo, así como decenas de tumbas provistas en su mayoría de ofrendas. Esta trama, así como la solidez y maestría en la construcción, hacen destacar la singularidad de este yacimiento.

   Las excavaciones muestran que toda la meseta de La Almoloya, de 3.800 metros cuadrados, estuvo densamente ocupada por varios complejos residenciales de unos 300 metros cuadrados, formados por entre ocho y doce habitaciones cada uno. Los edificios estaban construidos con muros de piedra trabada con argamasa, revestidos con capas de mortero que contenían cal. Algunas paredes contaban con estucos decorados con motivos geométricos y naturalistas, una novedad que supone el descubrimiento de un estilo artístico argárico.

Esta excavación se llevó a cabo el pasado agosto por un equipo del Departamento de Prehistoria de la UAB, y ha permitido determinar que La Almoloya, un territorio ocupado durante más de seis siglos entre 2200 y 1550 antes de nuestra era, era un centro de concentración política de primer orden.

De las 50 tumbas excavadas en el subsuelo de los edificios destaca una, junto a la cabecera principal de la sala de audiencias, en cuyo interior se han hallado los restos de un hombre y una mujer que se enterraron flexionados, acompañados de una treintena de ricas ofrendas en metales nobles y piedras semipreciosas.

Una de las piezas más relevantes es una diadema de plata que ceñía el cráneo de la mujer, lo que para los arqueólogos supone un descubrimiento de gran valor científico y patrimonial, por cuanto las otras cuatro diademas conocidas proceden de un único yacimiento (El Argar, en Almería), que fueron descubiertas hace más de 130 años, y ninguna de ellas se conserva hoy en España.

También se han hallado cuatro dilatadores de oreja, objetos igualmente inusuales de la época, dos de oro macizo y dos de plata; así como nueve anillos, pendientes y brazaletes de plata, y clavos que sujetaban el mango de un puñal de cobre.

En cuanto a la trama urbanística, así como la solidez y maestría en la construcción que presenta el yacimiento son, según los arqueólogos, únicas en la Prehistoria europea continental.

Las excavaciones indican que toda la meseta de La Almoloya, de 3.800 metros cuadrados, estuvo densamente ocupada por varios complejos residenciales de unos 300 metros cuadrados, formados por entre ocho y doce habitaciones cada uno.

Los edificios estaban construidos con muros de piedra trabada con argamasa, revestidos con capas de mortero que contenía cal.

Algunas paredes contaban con estucos decorados con motivos geométricos y naturalistas, una novedad que supone el descubrimiento de un estilo artístico argárico.

Entre los hallazgos, destaca una amplia sala de techos altos y unos 70 metros cuadrados, con capacidad para unas 64 personas sentadas en los bancos que se adosan a sus paredes y dotada de un gran hogar ceremonial y un podio de carácter simbólico.

Se trata de un edificio singular de carácter político, que los investigadores interpretan como sala de audiencias o reuniones de gobierno.

Los arqueólogos afirman que es la primera vez que se constata en Europa Occidental un recinto especializado en el ejercicio del gobierno, y resaltan el hecho de que solo las grandes civilizaciones orientales presentan por la misma época construcciones equiparables en estructura y función.

En el interior de los edificios se han recuperado numerosos objetos de metal, piedra, hueso, fibras textiles y cerámica, en un estado de conservación excepcional.

En opinión de los investigadores, los hallazgos realizados en La Almoloya revisten una enorme relevancia histórica y patrimonial, y su interés trasciende la escala local y se sitúa a un puesto de primer orden a nivel continental.

El equipo a cargo de las investigaciones arqueológicas en La Almoloya está dirigido por los profesores de la Universidad Autónoma de Barcelona Vicente Lull, Rafael Micó, Cristina Rihuete y Roberto Risch.

Este mismo equipo ha realizado con anterioridad importantes descubrimientos en La Bastida, otro yacimiento murciano de la Edad del Bronce. Entre los años 2008 y 2012, con la cofinanciación de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, sacaron a la luz una gran fortificación y numerosas construcciones distribuidas por toda la ciudad argárica.

La Almoloya se halla sobre un cerro escarpado y amesetado que domina un extensísimo territorio. Este emplazamiento estratégico privilegiado favoreció su ocupación durante más de seis siglos, entre 2200 y 1550 a.C. El yacimiento fue dado a conocer en 1944 por Emeterio Cuadrado y Juan de la Cierva. Los descubrimientos realizados indican que La Almoloya era un centro de concentración política y riqueza de primer orden dentro del territorio político de El Argar.

El acto de presentación de los hallazgos, que vino precedido de una presentación anterior en el Museo Arqueológico de Murcia, contó también con la presencia del alcalde de Pliego, Antonio Huescar, y la alcaldesa de Totana, Isabel María Sánchez.


Informe de la Comunidad Autónoma de Murcia

Entre los hallazgos destaca una amplia sala de techos altos y unos 70 metros cuadrados, con capacidad para unas 64 personas sentadas en los bancos que se adosan a sus paredes y dotada de un gran hogar ceremonial y un podio de carácter simbólico. Se trata de un edificio singular de carácter político, que los investigadores interpretan como sala de audiencias o reuniones de gobierno, lo que vendría a ser el primer recinto especializado en el ejercicio del gobierno en Europa Occidental.

   Esta sala y sus dependencias anexas configuran un gran edificio que los investigadores califican de palacial, destacando el hecho de que sólo las grandes civilizaciones orientales presentan por la misma época construcciones equiparables en estructura y función. En el interior de los edificios se han recuperado numerosos objetos de metal, piedra, hueso, fibras textiles y cerámica en un estado de conservación excepcional.

   De la cincuentena de tumbas excavadas en el subsuelo de los edificios de La Almoloya, destaca una ubicada en un lugar privilegiado, junto a la cabecera principal de la sala de audiencias, en cuyo interior se han hallado los restos de un hombre y una mujer que se enterraron flexionados, acompañados de una treintena de ricas ofrendas en metales nobles y piedras semipreciosas.

   Una de las piezas más relevantes es una diadema de plata que ceñía el cráneo de la mujer. Se trata de un descubrimiento de gran valor científico y patrimonial, en tanto que las otras cuatro diademas conocidas proceden de un único yacimiento  (el de El Argar, en Almería) y fueron descubiertas hace más de 130 años y ninguna de ellas se conserva hoy en España. También se han hallado cuatro dilatadores de oreja, objetos igualmente inusuales de la época, dos de oro macizo y dos de plata.

   El protagonismo de la plata resulta especialmente notable, ya que a las anteriores hay que sumar nueve piezas más entre anillos, pendientes y brazaletes. También se han hallado en plata los clavos que sujetaban el mango de un bello puñal de cobre.

   Otra de las piezas destacadas es un vasito cerámico cuyo borde y cuerpo aparecen cubiertos por finas láminas de plata cuidadosamente ajustadas, en lo que constituye un ejemplo pionero de orfebrería argéntea vascular. La última de las piezas más llamativas es un punzón metálico provisto de una punta de cobre y un mango enteramente forjado en plata. Se trata de una pieza única, de gran perfección en su factura y cuidada decoración.

   El equipo a cargo de las investigaciones arqueológicas en La Almoloya está dirigido por los profesores de la  Universidad Autónoma de Barcelona Vicente Lull, Rafael Micó, Cristina Rihuete y Roberto Risch.  Este mismo equipo ha realizado con anterioridad importantes descubrimientos en La Bastida, otro yacimiento murciano de la Edad del Bronce. Entre los años 2008 y 2012, con la cofinanciación de  la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, sacaron a la luz una gran fortificación y numerosas construcciones distribuidas por toda la ciudad argárica.

   La Almoloya se halla sobre un cerro escarpado y amesetado que domina un extensísimo territorio. Este emplazamiento estratégico privilegiado favoreció su ocupación durante más de seis siglos, entre 2200 y 1550 a.C. El yacimiento fue dado a conocer en 1944 por Emeterio Cuadrado y Juan de la Cierva. Los descubrimientos realizados indican que La Almoloya era un centro de concentración política y riqueza de primer orden dentro del territorio político de El Argar, informa la Consejería de Educación de Murcia.

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