MURCIA.- El Rey Felipe VI llegó esta tarde a Murcia, sobre las 18.20 horas, concretamente a la iglesia de San Francisco Javier, más conocida como la del Padre Joseico, en una visita relámpago de carácter privado, para asistir al sepelio de un compañero de promoción del Ejército del Aire recién fallecido por un cáncer. En la puerta de la parroquia le esperaba la mujer murciana del finado, a la que el Rey confortó con un fuerte, cariñoso y efusivo abrazo.
Se trata del sevillano José Goy Martín, teniente coronel, de 46 años como don Felipe. Ambos formaron parte de la XLI Promoción del curso 1987-1988 en la Academia General del Aire, donde también ambos lograron la graduación en julio de 1989. Se trataba pues de una visita de carácter privado para despedir a un compañero.
El Rey Felipe VI, que vestía uniforme de general del Ejército del Aire con corbata negra por luto, estuvo en todo momento consolando a la familia de su ex compañero de promoción y amigo personal.
La comitiva del Rey entró a Murcia desde la autovía de circunvalación de la ciudad, a la altura de la ronda norte, en una furgoneta azul marca 'Mercedes Benz' escoltada por varias unidades policiales y en la que don Felipe ocupaba el asiento de al lado del conductor.
El Rey llegó solo y con semblante serio a la citada parroquia del barrio murciano de San Antón tras aterrizar su avión en el cercano aeródromo de Alcantarilla, al que volvió al filo de las 20.00 horas para regresar a Madrid, también por vía aérea.
La ceremonia ha sido una misa rociera a la que ha asistido todo el Grupo Móvil de Control Aéreo de Tablada (Sevilla), del que era miembro el militar fallecido. Y en la que se ha podido escuchar la 'Oración rociera', una sevillana que se suele tocar en actos luctuosos, con el toque de difuntos de las campanas de fondo.
Decenas de militares asistieron al acto fúnebre, muchos de ellos llegados en un autobús del Ejército del Aire desde Tablada y desde otros puntos de España por diversos medios. Tres coches mortuorios formaron la comitiva, dado que eran numerosas las coronas de flores, entre ellas una de sus compañeros de promoción de la Academia General del Aire, una de la base aérea de Alcantarilla y otra del Escuadrón de Zapadores Paracaidistas.Y, por supuesto, la de los Reyes de España.
Al finalizar la ceremonia, los zapadores que escoltaban el féretro doblaron la bandera de España que lo cubría y se la entregaron al Rey, quien, a su vez, se la dio a la viuda, y a los dos hijos del teniente coronel, la boina verde característica de los zapadores paracaidistas.
Decenas de militares asistieron al acto fúnebre, muchos de ellos llegados en un autobús del Ejército del Aire desde Tablada y desde otros puntos de España por diversos medios. Tres coches mortuorios formaron la comitiva, dado que eran numerosas las coronas de flores, entre ellas una de sus compañeros de promoción de la Academia General del Aire, una de la base aérea de Alcantarilla y otra del Escuadrón de Zapadores Paracaidistas.Y, por supuesto, la de los Reyes de España.
Al finalizar la ceremonia, los zapadores que escoltaban el féretro doblaron la bandera de España que lo cubría y se la entregaron al Rey, quien, a su vez, se la dio a la viuda, y a los dos hijos del teniente coronel, la boina verde característica de los zapadores paracaidistas.
La anterior visita del ahora Felipe VI a la Región de Murcia fue, aún como Príncipe de Asturias, el pasado día 2 de mayo precisamente a la Academia General del Aire, de San Javier, a un acto castrense en el que las hijas de Don Felipe y Doña Letizia hicieron acto de presencia por primera vez en público junto a sus padres.
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