sábado, 14 de junio de 2014

Más de medio millar de murcianos y un centenar de sacerdotes despiden en la S.I.C. al canónigo y párroco de San Pedro, de Murcia, Domingo López Marín


MURCIA.- Más de medio millar de murcianos y un centenar de sacerdotes han despedido, entre las 17.30 y las 19 horas de esta tarde, en la catedral de Santa María (S.I.C.), al canónigo, párroco de la iglesia de San Pedro, de Murcia, y ex vicario de Cartagena, en la misa exequial por Domingo López Marín, fallecido ayer a los 77 años tras una rápida enfermedad.

El cardenal Antonio Cañizares, el arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña, y el obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, oficiaron la eucaristía junto con ese centenar de sacerdotes provenientes de diversas parroquias de la Diócesis.
En su homilía, el cardenal y ex administrador apostólico de Cartagena-Murcia como ex arzobispo metropolitano de Granada ha recordado el sentido cristiano de la vida y la figura del presbítero fallecido como persona dedicada plenamente a ese sentido.
Monseñor Lorca Planes destacó, por su parte, el carácter ascético del sacerdote Domingo López y su figura destacada y clave dentro de una diócesis a la que se dedicó por completo en su vida consagrada, incluso en su etapa misionera en Ecuador.
Reveló que, conocedor de lo irreversible de su enfermedad hace algo más de un mes, Domingo López le confesó su resignación cristiana de que se hiciese en él la voluntad de Dios.
Al final lo calificó de su maestro en el sacerdocio al ser el fallecido párroco en Totana de la iglesia de Santiago Apóstol cuando el actual obispo, recién ordenado sacerdote, tuvo allí su primer destino como coadjutor junto a él.
La ceremonia concluyó con un cerrado aplauso por parte de los asistentes.
No pudo asistir, debido a su delicado estado de salud, el obispo emérito de la Diócesis, Javier Azagra Labiano, con quien Domingo López trabajó codo con codo.
Posteriormente, la inhumación de los restos del reconocido presbítero tuvo lugar, a las 20 horas, en el panteón familiar del cementerio de la pedanía de Beniaján con presencia de su hermano, sobrinos, primos y amigos íntimos de su época de infancia y juventud.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Era una gran y excelente persona y un excepcional sacerdote. Ahora está con Dios y en paz.

Siempre lo recordaremos y siempre tendrá su lugar en nuestros corazones.

Ana Y Jorge.