lunes, 16 de junio de 2014

Carta abierta a la alcaldesa de Cartagena sobre San Ginés de la Jara

Señora alcaldesa, es evidente que las obras del monasterio de San Ginés de la Jara no se desarrollan a un ritmo que pueda impedir su ruina. Es evidente, igualmente, que el convenio urbanístico con Hansa Urbana no es el instrumento más adecuado para atajar los males de un edificio con patologías muy graves y que precisa de una actuación expeditiva. 

Han pasado siete años desde que se firmó el convenio que se presentó, a bombo y platillo, y lo ejecutado en San Ginés es tan insignificante que casi no se aprecia. Ni la situación económica general, ni la situación jurídica del entorno en que se encuentra el monumento, afectado por una investigación penal y por un contencioso administrativo, en el que la empresa alega que ha hecho «lo que el Ayuntamiento le ha pedido», auspician mayores ritmos de ejecución. 

Porque ambas situaciones pueden prolongarse largos años, que el edificio no podría soportar. Es preciso adelantarse a los acontecimientos y evitar males mayores, y para ello usted tiene todos los medios en su mano.

Tiene usted la titularidad del edificio, que aceptó en condiciones precarias; un convenio urbanístico que teóricamente asegura la recuperación del monasterio, pero que está condicionado por las obras de urbanización; y dispone de unos avales que garantizan la ejecución de las obras. Pero también tiene la responsabilidad moral, como alcaldesa de Cartagena, de proteger el patrimonio histórico -el general y el propio-, de acuerdo con las leyes.

Dispone usted de los medios técnicos, humanos y económicos necesarios para hacer un proyecto arquitectónico de intervención inmediata; establecer la estrategia legal más conveniente para proteger el Bien de Interés Cultural (BIC), no solo a la luz de la legislación general sino de la defensa del patrimonio histórico, a la que no ha recurrido hasta ahora; y dispone usted de los medios económicos para costear una ejecución subsidiaria, que después podría deducir de los avales o requerir a Hansa, si procede, una vez se hayan resuelto los contenciosos en marcha.

La legislación de patrimonio histórico le obliga a intervenir en tanto que propietario, independientemente de sus compromisos con Hansa, como ya le recordó el Defensor del Pueblo. Así se lo ha pedido la Dirección de Cultura de la Comunidad Autónoma, y así se lo requerimos formalmente desde Adepa hace ya dos años. La ejecución subsidiaria podría estar ya en marcha, si hubiera usted prestado atención a tantos avisos.

Por último, me permito recordarle que el BIC de San Ginés de la Jara no está constituido solo por el monasterio, sino también por el entorno ajardinado que lo circunda, en el que podrían intervenir los servicios de jardinería municipales; y por las ermitas del monte Miral, que pertenecen a otro propietario, al que también habría que urgir -y dar ejemplo- para que detenga la ruina de los eremitorios, aún más avanzada que la del monasterio.

Cartagena vive, en gran medida, en la actualidad del patrimonio histórico. Por ello, es inexplicable que siga permitiendo usted que los miles de turistas que visitan La Manga y nuestro litoral accedan al mismo por ese «portal histórico» tan deteriorado que son la curva del monasterio y las ermitas del monte Miral.

Juan Miguel Margalef, presidente de Adepa 
(Asociación para la Defensa del Patrimonio)
Cartagena

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