MURCIA.- Los pasos procesionales del imaginero Francisco Salzillo
volvieron un año más a las calles de Murcia en Viernes Santo en la que
se considera una de las procesiones más importantes de la Región, con
4.000 nazarenos y por vez primera con un procedimiento abierto para
declararla bien de interés cultural.
Nazarenos,
penitentes, estantes, promesas, secciones de bocina o mayordomos salen
hoy, muchos de ellos descalzos, con el orgullo de ser protagonistas de
una parte de la historia artística y cultural de esta Comunidad.
Cientos
de personas aguardaban en las calles la salida de los pasos desde
primera hora de la mañana, siendo el momento más intenso de esta
procesión la salida de los pasos del museo Salzillo, así como
contemplarlos al filo del mediodía en la plaza de las Flores y
deleitarse con las difíciles maniobras por las estrechas calles del
centro de la ciudad de Murcia, como la de San Nicolás, o la recogida de los nueve pasos tras
ocho horas de trabajo y fatigas.
Desde bien
temprano, las tradicionales seis horas solares, llenaron de belleza las
calles estas imágenes, entre las que destaca la Santa Cena, del año
1763, paso éste en el que se han preparado alimentos naturales con
vajilla, candelabros y fuentes del siglo XVIII.
El
procedimiento abierto por la Consejería de Turismo recoge como aspectos
intangibles los preparativos de la procesión con las tallas del
imaginero, sus obras que integran el desfile procesional, los nazarenos,
el entorno urbano, el aroma de los adornos florales y los frutos que
aparecen en algunos tronos, entre otros. El objetivo es que la mañana
del Viernes Santo en Murcia sea declarada Patrimonio Inmaterial de la
Humanidad.
Además el Pleno del Ayuntamiento de
Murcia ha acordado de manera unánime impulsar una petición a la Unesco
para declarar la obra pasionaria de Francisco Salzillo creada de 1752 a
1777 como Patrimonio de la Humanidad.
A partir de
las ocho de la mañana parten las imágenes de la iglesia privativa de
Jesús, lo que es seguido por los vecinos y muchos turistas extranjeros
que desean presenciar este museo al aire libre de arte barroco.
La
Oración en el Huerto, de 1754, cuenta con una palmera en torno a la
cual duermen los tres apóstoles y que es real y ubicada cada año por el
cabo de andas y los estantes del paso.
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