viernes, 4 de abril de 2014

Pilar Ibañez-Martín se emocionó varias veces al leer el pregón de la Semana Santa de Lorca

LORCA.- Pilar Ibañez-Martín, autodenominada 'lorquina de la diáspora', se emocionó varias veces esta noche al leer al pregón de la Semana Santa de Lorca, arrancando siempre los aplausos de los numerosos lorquinos que abarrotaban la iglesia de San Mateo. La marquesa viuda de la Ría de Ribadeo no pudo evitarlo al recordar su niñez en esta ciudad y el ambiente en la casa de sus abuelos maternos, los condes de San Julian, con todo lo que eso significaba en su vida infantil de la posguerra.

'Tanto monta, monta tanto, ser azul o blanco', afirmó, para reconocer que los lorquinos que viven lejos de Lorca, en la distancia son lorquinos por encima del color y recordó que en una familia trufada de azules como la suya, su abuela Emilia, blanca, procuraba ser discreta en casa durante los días de Semana Santa. 'No sería exagerado decir que parecía que una corriente eléctrica sacudía a la familia; y digo que no sería exagerado porque, como es sabido, el color de la electricidad es el azul. Y si no recuerdo mal, la bandera del Paso Azul dormía alguna noche en casa'.
En uno de los pregones que se recuerdan como más directamente salidos del corazón, la viuda del expresidente del Gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo, tuvo que interrumpir varias veces su medida y cuidada intervención para beber agua, tomar aliento y poder seguir evocando sus recuerdos vitales sobre la cuaresma lorquina. Mi padres 'siempre volvieron a Lorca y mantuvieron abierta su casa de La Hoya'.
Comenzó por su infancia en 'Huerto Chico', con la toma de su primera comunión el 8 de diciembre de 1939 en la iglesia de San Francisco preparada por las monjas, hasta la visita de un joven Leopoldo a Lorca en busca de Pilar para pedirle matrimonio. 'Se alojó en el hotel Comercio, frente a casa de mis padres, y la algarabía por las procesiones de esos días le sobresaltó pero se quedó en Lorca y, con el tiempo, se acabó casando conmigo. Y en las vacaciones, eso sí, me llevaba a Ribadeo', por lo que soy 'una murciana casada en Galicia' como en el cuento de Álvaro Cunqueiro.
Y reconoció no poseer ya un tesoro de vivencias de la Semana Santa lorquina por ser extrañada a Madrid y Galicia por la familia propia y la de su marido aunque sí tener recuerdos y sensaciones, "no tan intensos, íntimos e ininterrumpidos como los de pregoneros anteriores".
Pero también reconoció que de 'mi patria lorquina hay media docena de vivencias que me acompañan siempre' como la torta de pimentón que había en la 'casa grande y misteriosa con olor a jazmín' de sus abuelos. O los lazos azules con los que su tía Conchi le llenaba sus trenzas por estas fechas para que no hubiese duda.
Como mujer culta, Pilar Ibañez-Martín, nieta, hija, esposa y madre de hombres con vocación política, ha proclamado que la Semana Santa de Lorca 'es única y grandiosa y donde las cofradías se reparten la antigüedad del mundo'.
Calificó luego la Semana Santa lorquina de 'única en lo audaz y grandiosa en la forma en que están concebidas las procesiones'.
Reconoció que aquí era difícil situarse 'al margen de ser azul o blanco'. Y por eso reveló sentirse orgullosa 'de mi sangre lorquina' y de que su vinculación con Lorca se mantenga 'y se mantendrá siempre', tras visitar la ciudad después del terremoto y ver el estado de las iglesias de san Mateo, san Francisco y santa María de las Huertas, a la que se siente tan unida en su biografía.
La pregonera terminó recordando que su hijo Leopoldo, 'siguiendo los pasos de su abuelo', se casó con una murciana de origen lorquino y tres de mis nietos son de aquí.
'Como pregonera me toca promulgar y publicar esa ley fundamental de Lorca que manda que cada uno se incorpore a su puesto y cumpla con su deber, para que todos nos encontremos en esa gran cita anual, que es a la vez litúrgica y ciudadana, y hagamos posible ese milagro que es nuestra Semana Santa', sentenció.
'Pues bien, después de tantos años, aquí me tenéis de nuevo, esperando con más ilusión que nunca la llegada de nuestra Semana Santa, esa Semana Santa que es tan difícil de describir y de contar, sobre todo desde la lejanía', concluyó.
En la introducción al acto, el magistrado lorquino Andrés Pacheco Guevara, anterior pregonero, calificó a su sucesora como 'mujer de arte y letras, viajera, experimentada, culturalmente inquieta, y de intensa vida' para dibujarla  como 'prudente y discreta, y entregada a su familia'.
Antes de concluir,  recibió de manos del alcalde, Francisco Jódar, una réplica del monumento al procesionista que preside la fuente del Óvalo de Santa Paula.
Entre los asistentes al acto, la familia Calvo-Sotelo en pleno, los Ibañez-Martín, también, los Doménech; la familia Egea Gutiérrez-Cortines con alguna excepción, los Sanz-Pastor Mellado casi todos, y muchos Pérez de Meca en los bancos reservados al efecto.
El alcalde de Lorca, Francisco Jódar; el obispo de Cartagena, monseñor Lorca Planes, y el consejero de Educación, Pedro Antonio Sánchez presenciaron el pregón en sitio preferente al igual que Andrés Pacheco, presidente de la Audiencia Provincial, y pregonero en 2013, así como el ex presidente del TSJ, Julián Pérez Templado, en calidad de familiar político de la pregonera por vía de su esposa Elena Ladrón de Guevara Mellado, prima hermana de Pilar Ibañez-Martín.

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