martes, 25 de marzo de 2014

Lo del aeropuerto de Corvera es el colmo. ¿Lo aceptaremos sin más? / Patricio Hernández



Lo que está pasando con el aeropuerto de Corvera nos pone a prueba a todos. Es el síntoma más evidente del desgobierno que se ha instalado en la Región. Es a la vez la elevación de la mentira a la categoria de política de gobierno y el uso despilfarrador de unos recursos escasos para tapar las vergüenzas políticas del gobierno de la región. No entiendo como la oposición no hace de esto el eje de su rechazo frontal al gobierno regional.

La gestión no ha podido hacerse peor, y desde el comienzo. Pero es que las decisiones que se han adoptado estos días superan todo lo previsible y nos colocan en el "todo vale" en la política institucional murciana. Veamos: el aeropuerto es el símbolo del matrimonio del axioma incuestionable del "déficit de infraestructuras" que ha presidido la política pública española durante décadas (sostenida por ingenieros, promotores y políticos, en un bloque invencible) y la apuesta loca por el modelo inmobiliario de turismo residencial que nos haría la Florida de Europa (una vez abandonado el cliché californiano, que apunta en la dirección contraria, de la economía del conocimiento).

Fracasada la apuesta, con la quiebra completa del modelo, queda el costosísimo balance de daños, que aún sigue en aumento y que es ahora el peor lastre para nuestra recuperación. El aeropuerto es el símbolo de este fracaso que no se puede aceptar.

No iba a costar ni un euro a los murcianos, decía Valcárcel. Pero ¿que puede importar una mentira más aunque sea gorda? Pues importa por cuanto no podemos permitirnos la salida que nos ha diseñado el presidente saliente: no sólo hemos pagado una cantidad que no podemos precisar en los accesos al aeropuerto (puede ir de 30 a 60 millones de euros). También nos hemos hecho cargo del prestamo a Aeromur del que era avalista la Comunidad: 182 millones de euros, que suponen sólo en el pago de intereses, 22.000 euros diarios (8 millones de euros al año). Y además le hemos perdonado a la empresa el compromiso de devolución inmediata e incluso de que presenten un aval que lo garantice (esta era la posición de Bernal, que ha sido derrotada en el gobierno). 

Por último estamos a la espera de que Bruselas autorice un préstamo participado (un nuevo crédito) de 170 millones para terminar de equipar Corvera y cubrir los gastos durante diez años –cifrados en unos 20 millones anuales–, que empezaría a devolver en 2014. Hasta esto -por la implicación de la Comunidad en el crédito- puede acabar costándonos el dinero, pues es muy dudoso (nadie puede asegurar nada, ningún estudio es fiable) que el aeropuerto llegue a ser rentable algun día y que la empresa pague todo el préstamo.

Todo esto para poder abrir un aeropuerto innecesario y que no podemos pagar antes de las elecciones regionales de 2015.

Se atreven a todo, como vemos, porque creen que les permitiremos todo, y que la gente en realidad no se entera de lo que en realidad ocurre en estos temas y acabará comprando electoralmente el discurso mentiroso de la salída de la crisis (que conecta con el vehemente deseo de los ciudadanos de que alguien se lo asegure) y de la existencia de un proyecto para crear empleo y aumentar la riqueza, que no se ve ni existe por parte alguna.

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