domingo, 23 de marzo de 2014

Agricultura investiga nuevos usos de las moreras y el momento más adecuado para su reproducción

MURCIA.- La Consejería de Agricultura y Agua, a través del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA), trabaja para determinar cuál es la mejor época del año para que los agricultores puedan conseguir la reproducción óptima de moreras en la Región, sin necesidad de procedimientos complejos.

   El director del IMIDA, Adrián Martínez, señaló que el interés de los agricultores por el cultivo de moreras en la Región decayó junto al descenso de producción experimentado en la industria asociada al gusano de la seda, según han informado fuentes del Gobierno regional en un comunicado.
   No obstante, añadió, "en los últimos tres años este interés se ha reactivado debido a los nuevos usos de esta especie". En este sentido, apuntó que el Banco de Germoplasma del IMIDA tiene censadas en su patrimonio fitogenético 53 variedades de moreras.
   Según Adrián Martínez, "desde que se fundó la Estación Sericícola en Murcia se viene trabajando para mantener y ampliar este patrimonio", que también figura en el Inventario Nacional de Recursos Fitogenéticos del Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA), con sede en Madrid.
   Por otro lado, el investigador Ignacio Padial, responsable del apartado de moráceas en el mencionado Banco de Germoplasma, apuntó que en el año 2012, con la ayuda, colaboración y conocimientos del anterior responsable de las moráceas, Joaquín Rodríguez, se incluyeron en dicho Banco cuatro nuevas variedades de árboles longevos, adaptadas a distintos suelos, en ambientes más o menos fríos e, incluso, a lugares donde el agua es salina.
   Este último es el caso de un ejemplar que data del siglo XVIII ubicado en las inmediaciones de Torrevieja, que sobrevive en perfectas condiciones. Este material vegetal es clonado para obtener variedades que son incorporadas a dicho Banco. A las variedades mencionadas se agregaron otras cuatro en el año 2013, con origen en diferentes regiones de España.
   Básicamente el método hasta ahora utilizado para identificar las variedades de morera se basaba en los caracteres fenotípicos. No obstante, según Padial, la morera tiene una importante variabilidad genética no siempre fácil de distinguir morfológicamente, se adapta bien a muchos climas y entornos, por lo que a veces resulta complicado mantener con seguridad una clasificación. Por ello, añadió, desde hace un par de años se ha comenzado a realiza la identificación de las variedades a través de su ADN.
   Y es que, el interés por averiguar cuál es la mejor época del año para que un agricultor pueda reproducir una determinada especie de morera, sin el uso de instalaciones y aparataje complejo, reside, entre otras razones, en la necesidad de reponer especies que ya son centenarias y están a punto de fenecer, al estar contaminadas por hongos y otras enfermedades.
   Según Padial, en la Región hay cada vez más agricultores interesados en el cultivo de las moreras para nuevos usos, tales como la obtención de fruta para la elaboración de mermeladas, la extracción de subproductos tanto de la corteza como de la raíz y las posibles aplicaciones en Medicina y Farmacia.
   Por otra parte, Padial destacó que la morera tiene un crecimiento rápido y su madera es de una calidad extraordinaria. Al absorber muy poco la humedad del ambiente, su volumen apenas varía, lo que la convierte en una madera idónea para la fabricación de aparatos y herramientas de precisión, o de toneles para conseguir el adecuado proceso de maduración de productos como el vinagre de módena, entre otras cosas.

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