LORCA.- La asociación de inmigrantes ecuatorianos Intiraymi ha
afirmado hoy que Lorca ha perdido en los tres últimos años a más de la
mitad de los ciudadanos de ese país que residían en el municipio como
consecuencia de la crisis económica de España, los efectos del terremoto
de 2011 y los incentivos para el retorno voluntario puestos en marcha
por el Gobierno de Ecuador.
El presidente de
Intiraymi, Luis Ochoa, ha dicho que estos tres factores han
incidido de forma decisiva en la reducción "en más del 50 por ciento" de
la población de ecuatorianos en Lorca, que hasta 2012 tuvo una tasa de
población extranjera del 21,4 por ciento y que tenía a la de Ecuador
como su colonia más numerosa.
Según los datos en
poder de la Secretaría Nacional del Migrante (Senami) del Gobierno de
Ecuador, en Lorca residían en 2011 entre 6.000 y 8.000 ecuatorianos,
entre los que estaban empadronados en el ayuntamiento y los que no, lo
que convertía a este colectivo en la mayor fuerza social extranjera con
presencia en la ciudad, ya que entonces suponía entre el siete y el
nueve por ciento del total de la población.
Unos
3.000 de ellos pertenecientes a unas 1.500 familias resultaron afectados
por los terremotos con daños de diversa cuantía en sus viviendas y una
buena parte de ellos resolvió volver a su país tras la catástrofe
natural, aunque la mayor parte de los que decidieron regresar lo
hicieron empujados "por la crisis económica y la falta de trabajo", y
también en algunos casos por los desahucios hipotecarios.
Según
Ochoa, los que han decidido quedarse son ecuatorianos que han formado
familias mixtas tras casarse con españoles y tener hijos o familias con
los dos cónyuges ecuatorianos que han tenido descendencia en Lorca y la
tienen escolarizada en colegios del municipio.
Los
inmigrantes que dejaron a hijos menores en Ecuador cuando llegaron a
Lorca, o que ejercían durante su expatriación trabajos de menor
cualificación que los que tenían en su país son los que han decidido
regresar de forma mayoritaria, ha añadido el presidente de Intiraymi.
Los
que siguen viviendo en Lorca se dedican, en su mayor parte, al trabajo
agrícola, el sector de la construcción y la hostelería y en el caso de
las mujeres, al trabajo como empleadas del hogar o como cuidadoras de
ancianos.
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