domingo, 12 de enero de 2014

El alcalde de Murcia exhibe su fuerza ante la sucesión de Valcárcel / Lola García

Como el séptimo ángel del Apocalipsis, el alcalde de Murcia y secretario regional del PP, Miguel Ángel Cámara, tocó la trompeta y en el cielo, esto es, entre los populares, resonaron voces que decían: aquí estamos, somos más de mil y hay que contar con nosotros. Éste podría ser el resumen de lo que ocurrió el jueves por la noche en el Rincón Huertano, un restaurante en el que el primer regidor de la capital citó a presidentes de juntas vecinales y afiliados para demostrar que tiene músculo y que la cúpula regional debe contar con él y con Murcia para la sucesión en la presidencia de la Comunidad Autónoma una vez que Ramón Luis Valcárcel se integre en la lista de las elecciones europeas.

Pocas veces un dirigente en la Región ha podido reunir a tantos acólitos con el mero pretexto de desearse un feliz año y de arengarlos para que ofrezcan su mejor cara ante la cita electoral de este año. Mil doscientas personas en un salón, con una frugal cena pagada por las arcas populares, no deja de ser una ostentación de fuerza por parte del secretario regional del PP, que ya demostró que aún le queda carrete cuando anunció en el pleno de octubre que volvería a pelear por ser de nuevo candidato a la alcaldía capitalina (sería su sexta convocatoria electoral), pese a su imputación en el caso Umbra. 

El acto del Rincón Huertano es más de lo mismo. Es un aviso a navegantes, es un mensaje en una botella, es un 'somos una piña y no podéis pasar de nosotros'. Nadie de la cúpula dirigente actual estuvo en esa cena. La única excepción, la de Antonio Sánchez Carrillo, exconcejal del ayuntamiento de Murcia, presidente de la comisión electoral, amigo de Cámara y hombre bisagra o puente entre el alcalde y el presidente de la Comunidad, de quien también es amigo. Tampoco presenció en directo el mensaje subliminal que allí se lanzó ninguno de los tres candidatos que suenan con fuerza para cubrir a Valcárcel: Pedro Antonio Sánchez, consejero de Educación y vicesecretario de Organización; Juan Bernal, vicepresidente y consejero de Economía, y Juan Carlos Ruiz, portavoz del PP en la Asamblea Regional.

El primer regidor de Murcia y los alcaldes de barrios y pedanías demostraron que están unidos y que nadie en el PP puede caer en la tentación de quitarles el voto en la junta directiva que se convocará para la sucesión del actual presidente, y de la que tradicionalmente forman parte, aunque oficialmente no, según los estatutos. Serán más de 70 votos que, en caso de que hubiera una parte del partido que no estuviera de acuerdo en que pudieran echar su papeleta, como ya insinúan algunos en privado, provocaría un auténtido tsunami interno y una fragmentación sin remedio.

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