domingo, 6 de octubre de 2013

La situación sanitaria en la Región de Murcia / Teresa Martín Melgarejo *

Tras un año de aplicación de la reforma sanitaria que ha impuesto el Gobierno, los peores augurios que vaticinábamos se han ido cumpliendo. Nuestro Sistema Nacional de Salud ha empeorado y va perdiendo aquellas señas de identidad que le han prestigiado como uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo.

Ha dejado de atender a ciudadanos para cuidar solo a los asegurados a la Seguridad Social, sus usuarios han de soportar un mayor gasto sanitario individual, las medicinas son más caras para los trabajadores, los pensionistas han de pagar un porcentaje, el despido de muchos trabajadores sanitarios interinos y la no renovación de las jubilaciones empeora la calidad asistencial y hace aumentar las listas de espera, la falta de inversión pública está produciendo una mayor dependencia en la sanidad privada.

El Estado esta dejando de cumplir el mandato constitucional del derecho a la protección de la salud de los ciudadanos y lo está mercantilizando para el beneficio de grandes grupos de presión económicos, perjudicando de manera flagrante a las capas más desfavorecidas de la sociedad y rompiendo los principios de solidaridad, equidad e igualdad.

Hoy nuestros jóvenes emigrantes pierden la protección sanitaria europea a los tres meses de permanencia en el extranjero, los inmigrantes no regularizados han dejado de acudir al sistema sanitario y se están detectando menos enfermedades como la tuberculosis, los pacientes afectados de Alzheimer han de pagar el 10% de sus medicamentos aunque se le devuelva parte de lo pagado en exceso a los seis meses, y los que padecen un cáncer han de pagar en la farmacia del hospital por el medicamento que les han mandado.

Hay pensionistas que no retiran de la farmacia sus medicamentos habituales porque emplean el dinero de ese copago en otras 'necesidades más primarias' de su familia. Hay enfermos que están en listas de espera quirúrgica más del doble del tiempo máximo establecido por la ley para ser operados. Se está operando menos con recursos públicos, se cierran quirófanos y plantas hospitalarias y se deriva a clínicas concertadas. Cada vez se hacen más ecografías en clínicas privadas sin que el sistema sanitario público (que es el que las paga) supervise su calidad. Cada vez se tarda más en ser atendido por el especialista de zona. Hay menos personal de enfermería atendiendo a los enfermos ingresados en los hospitales. Los trabajadores sufren muchas dificultades por parte de su empresa para asistir a la consulta de su médico o del pediatra de sus hijos mientras que los horarios de los centros de salud son cada vez menos accesibles y no hay consultas por las tardes. Cada vez los trabajadores tienen menos derechos en la atención a una incapacidad laboral que recae en manos de las mutuas laborales y pierden la independencia del médico de familia.

La presión asistencial en los centros de salud sigue siendo excesiva y no se invierte en los nuevos centros de salud proyectados. Grandes colectivos de población han perdido la atención urgente por las noches sin que hayan mejorado los sistemas de respuesta a distancia del 061.

No tiene sentido que mientras que en la mayoría de los países europeos hayan mantenido si no aumentado su gasto social para con sus ciudadanos más desfavorecidos por la crisis económica, en España se haya optado por priorizar la salud del sistema financiero y del mercado, sobre la salud y el bienestar de las personas más desfavorecidas.

La inhumanidad se ha impuesto sobre la responsabilidad que tiene el Gobierno de cuidar de sus ciudadanos, en especial de los más enfermos y más dependientes.

Esta inhumanidad que lleva a añadir dolor sobre dolor, dolor de no saber si puedes pagar el medicamento que te aliviará o te curará el dolor físico y el temor que te provoca la enfermedad. Inhumanidad que lleva a responsabilizar al paciente de su propia enfermedad haciéndole pagar mas cuanto mayor es la cantidad de medicamentos que se le prescriben. Inhumanidad que lleva a responsabilizar al paciente de la demora en lista de espera por no haber reclamado a tiempo.

A la consejera de Sanidad. La consejera de Sanidad debe recosinderar la aplicación de la nueva normativa de copago en medicamentos hospitalarios, así como reconsideró la exclusión sanitaria de emigrantes y permitió que crónicos y enfermos infecciosos tuvieran asistencia sanitaria en la región de Murcia. Olvide lo del 'importante ahorro', le va a costar más poner en marcha un sistema de cobro en los hospitales... Recuerde a cada uno de los enfermos a los que va a cobrar sus medicinas para el cáncer, hepatitis B… No añada mas preocupación, mas incertidumbre.

Y también olvídese de recortar en personal sanitario, usted sabe que son necesarios, que sin ellos aumentarán las listas de espera, que no podrán mantener una asistencia sanitaria digna y eficaz como les obliga su código deontológico al que usted apela, pero no se le ocurra tampoco ahorrar en pruebas diagnósticas necesarias como medida de ahorro, demuestre científicamente que no lo son y entonces lo comprenderemos, y tampoco lo haga en medicamentos, en farmacia hospitalaria, porque si la medida es lógica lo entenderemos.

Si las medidas tienen como objetivo mejorar la seguridad del usuario evitando pruebas y fármacos innecesarios la entenderemos y la aplaudiremos, pero no vale hacerlo de manera indiscriminada y con un interés simplemente ahorrativo.

Y si a pesar de todo le obligan, rebélese, objete estas leyes, objete las medidas que le dictan desde Hacienda, que no buscan mejorar la gestión del sistema sanitario, son inhumanas, son indignas, no son decentes. Y si finalmente no puede hacerlo váyase a su casa, decente, digna, y sobre todo humana. No sea cómplice de esta política que castiga al enfermo, que recauda sobre la enfermedad y que nos convierte en un país insolidario.

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