martes, 13 de agosto de 2013

La Comunidad Autónoma tramita 1.998 reclamaciones de consumidores hasta junio, el 57% por telefonía móvil

MURCIA.- La Comunidad Autónoma ha tramitado 1.998 solicitudes de arbitraje de consumo en los seis primeros meses de 2013 y, de ellas, el 57 por ciento se deben a reclamaciones sobre el servicio de telefonía móvil, un ámbito que acapara 1.142 solicitudes. A continuación, los consumidores también han presentado 208 reclamaciones a las empresas proveedoras de Internet, lo que supone un diez por ciento.

   Las reclamaciones sobre el servicio de telefonía móvil ha bajado y en el primer semestre han llegado 158 en total (ocho por ciento); 135 solicitudes sobre electricidad; 66 de otros servicios; 17 sobre agencias de viajes; y unas 12 sobre automóviles. Llama la atención la única reclamación en los servicios prestados por farmacias; así como dos reclamaciones sobre alimentación y bebidas.
   De todas estas solicitudes, en este primer semestre se han dictado 1.093 laudos, según ha informado la directora general de Consumo, Comercio y Artesanía, María Dolores Alarcón, junto al secretario general de la Consejería de Industria, Empresa e Innovación, Antonio Navarro.
   Alarcón ha destacado la "gran diferencia" de reclamaciones presentadas en el ámbito de la telefonía móvil y otros servicios que, incluso, se ha ampliado en los últimos años. Por ejemplo, recuerda que cuando el cliente antes no reclamaba cuando no estaba conforme porque se le habían cobrado pequeños desfases de cuatro y cinco euros. Ahora, añade, los clientes recurren hasta las pequeñas cantidades.
   En materia de telefonía móvil, Consumo también ha detectado que los clientes están reclamando "en los últimos meses" por las cantidades que se les cobran al cambiar de telefonía móvil, algo que antes no sucedía.
   No obstante, Alarcón advierte que hay casos en los que los clientes contratan con las compañías un periodo de permanencia sin ser conscientes de ello y, luego, eso conlleva una sanción cambiar de operadora. Incluso, puntualiza que este contrato puede no estar recogido por escrito, pero las compañías aportan frecuentemente las llamadas grabadas en las que el ciudadano se comprometía a la permanencia.
   Y es que advierte que los ciudadanos que reclaman, a veces, no tienen razón, y pone como ejemplo las protestas de algunos clientes sobre la diferencia del coste de las llamadas y la cantidad que se contrata. Por eso, insta a los consumidores a leer "bien" lo que firman y lo que contratan.
   En este sentido, Alarcón aconseja "leer el contrato y saber a qué se está obligado, porque muchas veces, el vendedor no aporta todas las características". Asimismo, recomienda "solicitar y guardar una copia del contrato, así como la factura".
   La directora general también destaca que los aparatos eléctricos que se compran "tienen que llevar las instrucciones con el artículo, y debe de estar en español". De hecho, explica que Consumo ha recibido en ocasiones reclamaciones por productos en los que las instrucciones no están en español".
   Si el cliente solicita una reparación de coche, Alarcón manifiesta que es importante también la elaboración de un presupuesto previo que sea firmado por el consumidor y el taller. Asimismo, emplaza al cliente a tener claros "los precios y las tarifas de cada pieza de reparación", así como el derecho a disponer de servicios técnicos en los supuestos de avería porque, a veces, el producto que se va a comprar "no tiene ese servicio de reparación en la Comunidad Autónoma y se tiene que enviar fuera, lo que supone un sobrecoste". 
   Consumo también realiza tareas de inspección en las distintas empresas y comercios para verificar si el contenido de los productos y el etiquetaje corresponde verdaderamente a las características en que se venden dichos productos.
   Así pues, ha levantado 513 actas de inspección en el primer semestre de 2013 y, en alguno de los casos, ha tomado muestras en distintos productos que se envían a laboratorios nacionales para verificar su contenido. Como resultado de esta labor, ha llegado a inmovilizar 29.492 unidades, principalmente, juguetes y calzado.
   Consumo también ha prohibido la venta y ha retirado del mercado 162.973 unidades de distintos productos como juguetes, guirnaldas luminosas y globos. Todo ello, gracias a la labor de los inspectores, pero también como consecuencia de la participación de la red de alertas de ámbito regional, nacional y europeo.
   A nivel regional, Alarcón explica que se han realizado campañas de control de etiquetado y composición de gafas de sol, de perfumes dispuestos para su venta al granel, tintes capilares, el etiquetado y garantía de muebles y disfraces infantiles.
   A nivel nacional, destaca que se sigue trabajando, igual que en 2012, en el control de la compra y venta de joyas de oro, así como la inspección y control de talleres de reparación de automóviles. Previamente, la Dirección General, en colaboración con la Federación Regional de Empresarios del Metal de Murcia (FREMM), había realizado unos cursos para informar a los talleres de las características y cumplimiento de la normativa en materia de consumo antes de realizar las inspecciones y ver su cumplimiento.
   La Dirección General de Consumo también ha colaborado en esta tarea con el resto de comunidades autónomas. Incluso, el Gobierno murciano ha emitido una serie de alertas a otras comunidades para que revisaran y analizaran productos tales como termos para contener alimentos, silletas de paseo para muñecas, disfraces infantiles y escaleras telescópicas de nueve escalones porque no cumplían la normativa del etiquetado con los productos que estaban vendiendo.
   También a nivel nacional, la Comunidad ha ejecutado la campaña general de control de productos alimenticios, la composición de etiquetado de alérgenos en alimentos y los colchones de cama, tanto de personas adultas como de bebés.
   A nivel nacional la Comunidad ha recibido alertas y ha participado en campañas de control de buscadores de vuelos por Internet, así como de las ofertas que se realizaban en la web de alojamientos y vuelos; y del etiquetado y seguridad de artículos de puericultura.
   Alarcón ha recordado que, entre los derechos que tiene el consumidor, cuando compran un producto y no están de acuerdo con el contenido, pueden en primer lugar expedir sus hojas de reclamaciones en el comercio y rellenarlas, porque una copa siempre llega a la Dirección General de Consumo, Comercio y Artesanía.
   En total, en la Región hay 9.631 empresas adheridas al régimen de arbitraje y consumo. La Dirección General envía una carta a la empresa o comercio notificándole la reclamación del consumidor, para que alegue lo que estime oportuno. El objetivo es "intentar conciliar los intereses de ambas partes" pero, si no se alcanza un consenso, el asunto se envía a la Junta arbitral.
   Cuando una persona reclama y manda su hoja de reclamaciones a Consumo, la empresa o comercio tiene que estar sometido al sistema de conciliación para poder proceder al arbitraje. En caso de que el comercio no lo estuviera, Alarcón explica que la Comunidad se limita a asesorar al consumidor, que solo puede reclamar judicialmente.

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