martes, 9 de julio de 2013

Notas para el epitafio político de un autócrata / Pedro Costa Morata *

Con gran animación y jolgorio entre las filas de los críticos ha tenido lugar recientemente la redacción, composición y presentación de las alegaciones contra el proyecto de superpuerto en El Gorguel, esa ocurrencia tan propia del PP murciano, dando ocasión a que las numerosas ramas del complejo social que lo rechaza se conocieran, se informaran y pusieran a punto sus saberes y experiencias. Ha sido un episodio de gran calidad unificadora, de excelente sintonía ecológico-económico-político-ética y de indisimulable placer ante las perspectivas a corto/medio plazo tanto para el proyecto como para su mentor y para el mentor de su mentor.
 
A este observador, que tan interesado asiste a ese proceso, no le ha parecido excesiva la importancia dedicada –el tiempo, las crónicas, las maldiciones, etcétera–al eximio Adrián Ángel Viudes Viudes, gran patrón de la Autoridad Portuaria de Cartagena (APC) con sus dársenas, diques y pantalanes, sus fondos no siempre bien sondables, sus masas de trabajadores humillados, su ristra de violaciones de las leyes laborales y sociales, su estilo mediático desafiante, su arrogancia inveterada… Y ha podido oír, de boca de testigos presenciales, la sustanciosa anécdota que se refiere a un estribillo con el que el prócer portuario se expresa cuando se siente amenazado o censurado –con motivo, como veremos– por sus jefes de Madrid: “Me mantiene Valcárcel en el cargo y no podéis echarme”. Que es lo que prevén los libros de la anti política que deben decir aquellos que sustituyen su competencia por la entrega.

No ha faltado quien, con un esfuerzo especulativo nada excepcional, me ha hecho ver que ese exabrupto, tan falto de elegancia, tampoco es cauto ya que si el destino próximo de su protector es, como dicen quienes siguen de cerca su excepcional trayectoria, el glorioso Parlamento europeo, lo mismo a él –longevo y combativo– le espera un destino en África, o así, dadas sus demostradas cualidades para estimular el comercio y salvar espacios necesitados de desarrollo; porque algún otro amigo le quedará en el PP además de Valcárcel, y ya se sabe de la legendaria generosidad de este partido con quienes le han servido fielmente. El caso es que a todos los enemigos del proyecto –que son más que esos “sindicatos, IU y ecologistas”, sus declaradas bestias negras– les pareció de perlas que con estas expectativas se delinee, tan cercana, la caducidad del autócrata consentido.

En esas reuniones preparatorias de las alegaciones a las que me refiero he conocido nuevos y muy ilustrativos datos que abonan, rotundamente, la calidad de Viudes como un envanecido perturbador de la legalidad vigente. Como esa costumbre que tiene de violar, pertinaz y deportivamente, las leyes laborales como si estuvieran de adorno y sin importarle acumular sentencias desfavorables que lo describen, sumándolas, como un gestor abominable de acentuada vocación esclavista. Así lo demuestra una decena de sentencias condenatorias de los juzgados sociales de Cartagena (2006-2010) por vulnerar el derecho a la libertad sindical, a la libertad de expresión, a la tutela judicial efectiva, a la huelga y por despidos injustificados, sanciones indebidas, prácticas empresariales ilegales…

Viudes acumula decenas de actas de la Inspección de Trabajo, que recogen incumplimiento tras incumplimiento en un entorno de beligerancia implacable de la estibadora SESTICARSA (que controla la APC) con los trabajadores, a los que maltrata y ningunea. Contestando a Ascensión de las Heras, diputada de IU, el Gobierno ha emitido un informe (7-03-2013) sobre esa empresa, en materia laboral y de seguridad social, que cubre los años 2007-2012 y en el que alude al conflicto enquistado con la plantilla (que se mantiene congelada, aunque con despidos, por mor de la productividad salvaje), donde señala que la empresa debe a la Seguridad Social más de dos millones de euros y plantea la confidencialidad de los datos fiscales para no informar sobre sus relaciones con la Hacienda pública. Hace unos meses supimos por el Tribunal de Cuentas que nuestro hombre en la APC adjudicó en 2003, sin la obligada publicidad, un contrato valorado en 10,3 millones de euros.

¡Una joya este Viudes, como se puede ver! Es, miren ustedes por dónde, el privilegiado atroz al que había de unir su más bien gris final Valcárcel, culminando con abuso (vaya estilo antidemocrático), incompetencia (menudo proyecto el del Gorguel) y ridículo (pero, ¿no es capaz de mirarse a sí mismo con sus excesos y limitaciones, que suman un esperpento?) una saga imperdonable. Este observador, curado de espanto pero todavía capaz de indignarse  ad infinitum, cree poder encuadrar a Viudes entre esos dinosaurios de apariencia inmortal que son apacentados por un PP recalcitrante mientras mantienen caliente su larga cola con los rescoldos del franquismo.

(*) Ex candidato de IU-Verdes al Congreso de los Diputados por Murcia

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