jueves, 18 de julio de 2013

Fallece a los 87 años el empresario Tomás Maestre, creador turístico de La Manga del Mar Menor


CARTAGENA.- El abogado y empresario del sector turístico-residencial, Tomás Maestre Aznar, falleció anoche en Madrid a los 87 años, según han informado hoy fuentes municipales.

   Si bien era madrileño de nacimiento, gran parte de su vida transcurrió en La Manga del Mar Menor, donde fue uno de los promotores que convirtió a esta zona de playa en referente turístico de la Región.
   La alcaldesa de Cartagena, Pilar Barreiro, ha trasladado esta mañana sus condolencias a la familia de Tomás Maestre, recordando la labor de promoción del municipio que hizo a lo largo de su vida.
   Considerado por muchos el creador e impulsor de La Manga, además de dar nombre al puerto situado en zona norte de esta playa, fue nombrado Cartagenero del Año en 1975, distinción con la que se reconocía su trabajo en beneficio de Cartagena.

Biografía

Maestre ideó y acometió el proyecto urbanístico de La Manga, que ha convertido a este arrecife de arena y rocas en uno de los más importantes enclaves turísticos de España.
El abogado madrileño e inversor inmobiliario nació el 24 diciembre de 1925 en el seno de una de las más destacadas estirpes empresariales de la Región de Murcia. Esta saga debe su prestigio a la actividad iniciada por Miguel Zapata Sáez, "el Tío Lobo", empresario minero de La Unión y Cartagena. Vinculó su nombre al de La Manga recién iniciada la década de los sesenta.
Tras licenciarse en Derecho, instaló un bufete en la capital española y realizó pequeñas incursiones en el mundo inmobiliario y turístico, tanto en Madrid como en la Costa del Sol.
En los años cincuenta consiguió comprar la totalidad de la restinga cartagenera y javiereña con el objetivo de transformarla en ciudad de vacaciones y destino turístico.
Con nueve años quedó huérfano de padre y con dieciocho perdió también a su madre, según la biografía recogida en el portal de la Comunidad regmurcia.com. Maestre estudió la carrera de Derecho y se licenció en 1948, al tiempo que se hacía cargo del patrimonio familiar agrícola, centrado en una hacienda del municipio de San Javier. A esta actividad se dedicó hasta que en 1952 decidió instalar en Madrid su bufete de abogados.
Emprendió sus primeras incursiones en el sector inmobiliario con diversas experiencias en Madrid y la Costa del Sol. En este tiempo comienza a fraguarse en su mente la idea de convertir La Manga del Mar Menor en uno de los centros turístico, deportivos y recreativos más importantes de España.
Para ello pensaba aprovechar las excepcionales condiciones climáticas de la laguna marmenorense y las peculiaridades naturales de un accidente geográfico de las características de La Manga.
Tras la Guerra Civil la familia Maestre había perdido la práctica totalidad de su patrimonio industrial, a excepción de algunas importantes propiedades en Cartagena, entre las que se hallaba la totalidad de la zona norte de La Manga del Mar Menor.
En 1956 Tomás Maestre Aznar logró convencer a su tío, Tomás Maestre Zapata, para que le vendiese el conjunto de sus derechos en La Manga Norte y tras diversos litigios con otros familiares y con José Celdrán, propietario de La Manga Sur, lograría hacerse con la totalidad del cordón litoral.
Una vez consolidado su dominio sobre la zona y con el capital que había logrado reunir, inició las primeras gestiones urbanísticas en esta franja de tierra.
En 1963 La Manga entra en el ámbito de la Ley de Centros de Interés Turístico y Maestre ya no encuentra barreras para desarrollar su proyecto urbanístico e iniciar las obras de las primeras infraestructuras en la urbanización “Los Cubanitos”, hoteles Entremares y Galúa, bungalows, etc.
Tuvo la fortuna de contar con el apoyo de los Ayuntamientos de San Javier y de Cartagena, de diversos promotores, y del entonces Ministro de Turismo, Manuel Fraga Iribarne, que visitó La Manga en 1962.
El proyecto urbanístico de Tomás Maestre se fue desarrollando en la década de los sesenta y al poco tiempo de iniciarse las primeras urbanizaciones, entró en contacto con Gregory Peters, un magnate americano que había llegado a La Manga atraído por las posibilidades turísticas de la zona. Juntos emprendieron el proyecto de introducir en la oferta la práctica del golf, para lo que construyeron el primer campo en el valle de Atamaría.
Uno de sus proyectos inconclusos fue Puerto Mayor, la dársena deportiva proyectada al abrigo del Canal del Estacio, abierto este último en 1973 para el paso de las embarcaciones de recreo.

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