domingo, 21 de julio de 2013

Se intensifica la vigilancia en la Isla Grosa y El Farralón para evitar barcos por zonas sensibles


MURCIA.- La Consejería de Presidencia, a través de la Dirección General de Medio Ambiente, reforzará durante los meses de julio y agosto el servicio de vigilancia en la Isla Grosa y El Farrallón, con el fin de evitar el desembarco en la isla, ordenar el fondeo, las actividades subacuáticas y la navegación, y preservar así su riqueza biológica. 

   Así, la Isla Grosa y el Farrallón cuentan en la actualidad con un perímetro de protección para evitar el paso de barcos por zonas sensibles y de personas al área de tierra, ya que un acceso incontrolado provocaría serias pérdidas de sus valores ecológicos.
   El servicio de vigilancia se desarrollará a diario durante los meses de julio y agosto, tanto en tierra como en el área de amortiguación marina y el entorno a ambos islotes, si bien estas labores de control y vigilancia se mantienen activos durante todo el año.
   De este modo, se estima que durante este año navegarán en el entorno de estos emblemáticos islotes de la costa murciana más de 10.000 barcos, según han informado fuentes del Gobierno regional en un comunicado.
   Desde la Consejería se recomienda a los navegantes fondear y navegar fuera de la línea de boyas que marcan la zona de amortiguación de la Isla Grosa y el Farallón, evitar producir ruidos innecesarios, molestos para otros usuarios y la fauna, recoger el ancla de manera respetuosa con el fondo marino, no verter al mar sólidos o líquidos y respetar la bandera alfa de las embarcaciones o boyas que indica la presencia de submarinistas debajo del agua y mantiene la distancia de seguridad.
   A los buceadores se les pide que se informen del punto de buceo antes de hacer la inmersión y respetar la normativa específica, bucear con autorización o con un centro o club autorizado, controlar la flotabilidad para no tocar el fondo con las aletas, evitar el arrastre de su equipo y respetar la distancia a paredes y fondo marino.
   Igualmente, se les pide que frenen el descenso para evitar reposar sobre el fondo, no alimentar ni molestar a los seres vivos que observen, evitar entrar en las cuevas porque las burbujas de aire afectan negativamente a todos los animales que viven en el techo, y participar en iniciativas para conservar el entorno marino.
   Debido a sus importantes y frágiles valores naturales, en 2001 la isla fue cedida por el Ministerio de Defensa a la Comunidad Autónoma, con el objetivo de adoptar las medidas de conservación necesarias para evitar su deterioro.
   Así, son varias las figuras de protección ambiental, a escala regional, europea e internacional, que amparan este enclave litoral, que cuenta con una abundante pradera de Posidonia oceánica, homogénea y en buen estado de conservación, que contribuye a la mantener la calidad de las aguas y que alberga gran diversidad de especies marinas atractivas para el buceo.
   Entre los años 2004 y 2007 se llevó a cabo la adecuación de las antiguas instalaciones militares para destinarlas a la investigación y la vigilancia de este entorno. Se desarrollaron acciones de conservación de los hábitats, con financiación de un proyecto LIFE-Naturaleza, para garantizar la reproducción y supervivencia de la Gaviota de Audouin (Larus audouinii), que por entonces contaba con cerca de mil parejas en la isla, la tercera colonia de nidificación más importante a escala mundial.
   También se abordó la elaboración de un Plan de Gestión para la Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA), como herramienta de planificación y gestión del hábitat y de las especies presentes en los islotes, además de otras acciones entre las que destacan las destinadas a la conservación y recuperación del hábitat del paíño (Hydrobates pelagicus) y del cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis).
   Además, la Consejería lleva a cabo y coordina trabajos que contribuyan a la conservación de Isla Grosa y su entorno marino, desarrollando las medidas apropiadas para mantener su estado de conservación.
   Entre las tareas y estudios destacan los censos de varias especies de aves marinas, anillamiento científico, manejo y estudio de los hábitat, información ambiental, estudios del medio marino y jornadas formativas sobre ecobuceo. Estas acciones cuentan con un presupuesto de unos 70.000 euros.

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