MURCIA.- HUERMUR
se personará en el procedimiento judicial contencioso administrativo que el
Ayuntamiento de Murcia va a interponer contra la Comunidad Autónoma de la
Región de Murcia por la protección del BIC de la Rueda de la Ñora. La
Asociación apoyará la decisión de la Comunidad Autónoma frente al Ayuntamiento,
pues considera acertada la protección otorgada a uno de los últimos monumentos
que subsisten en el municipio.
HUERMUR sospecha que la oposición
municipal a la delimitación del entorno del BIC puede ser debida a intereses
particulares de varios promotores urbanísticos y solicita al Ayuntamiento que
aclare los motivos de dicha oposición.
El
9 de abril de 2013 se firmó la propuesta del acuerdo para que la Corporación
Local interponga recurso contencioso-administrativo contra el Acuerdo de la
Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, por el que se delimita el entorno de
protección del monumento de la Noria y Acueducto de la Ñora.
La
asociación HUERMUR manifiesta que el entorno delimitado por los expertos de la
Consejería de Cultura, aun siendo escaso, puede considerarse armonioso con la
construcción facilitándose así un adecuado campo visual para la contemplación y
conservación de la noria y su acueducto.
Asimismo,
la entidad señala que no es comprensible la oposición municipal a esta
protección, y que aunque la Corporación no hace púbicos sus motivos se sospecha
que dicha oposición radica en la planificación de la Costera Norte, que fue
trazada sin tener en cuenta la existencia del acueducto de La Ñora.
La
Costera invade el entorno de protección y supone la destrucción de un tramo del
acueducto declarado BIC. A la hora de elaborar el PGMO no se tuvo en cuenta la
existencia del acueducto ni del entorno al que obliga la Ley de Patrimonio estatal y también la regional.
Según
Huermur, ante el problema generado por la falta de previsión del PGMO, se
barajan tres posibles opciones (descartando la destrucción del acueducto); la
primera alternativa es la de un puente sobre el acueducto que resulta inviable
puesto que infringe la Ley de Patrimonio Cultural, sigue invadiendo el entorno
de protección y produce un gran impacto visual.
Como opción válida
podría situarse el soterramiento de este vial en todo el entorno de protección
y bajo el acueducto, pero resulta una obra muy cara y entonces cabe preguntarse si merece la pena para el
número de ciudadanos que la van a utilizar.
También
hay que tener en cuenta que la obra de soterramiento no podría afectar a
posibles estructuras arqueológicas que hubiera bajo el suelo, ni al cauce de la
acequia de Churra la Nueva, que pasa bajo el acueducto en la zona donde se
pretende construir la costera.
La
solución más fácil, económica y razonable es que la costera termine en La Ñora
y se reordenen los viales actuales para los vecinos que tengan que ir hasta
Javalí Viejo, mejorando las infraestructuras existentes, o buscar alternativas
hacia el norte de la pedanía. Resulta la más razonable puesto que con el
estallido de la burbuja inmobiliaria ha quedado demostrado que estas pedanías no
van a crecer en habitantes (más bien al contrario), y por lo tanto no necesitan
la infraestructura de la Costera Norte, que se planificó sobre un crecimiento de
población irreal. Los murcianos no podemos seguir construyendo costosas
carreteras para que después sean
utilizadas por un reducido número de vehículos.
Para
Huermur, el problema se solucionaría con una modificación puntual del PGMO (no
hay que olvidar que el Ayuntamiento de Murcia lleva aprobadas más de 130
modificaciones puntuales, por lo tanto no es nada extraordinario), subsanando
así el error cometido al no percatarse de la existencia del BIC y de la futura
delimitación de su entorno.
Manifiesta
la entidad que en el trazado actual de la costera, donde no se ha tenido en
cuenta la existencia del BIC, puede haber influido la ubicación del Plan
Parcial ZM-Ñr1 del ámbito de la UE-JV 3 (menos que la anterior), ya que la
construcción de este vial les resulta muy favorecedora.
Huermur
manifiesta que el Ayuntamiento no está teniendo en cuenta que las normas
referentes a la protección del patrimonio cultural están por encima de la
planificación urbanística municipal, y que es el planeamiento el que debe
adaptarse a lo establecido por las normas de protección del patrimonio.
Como
parece ser, una vez más el urbanismo a la carta que practica el ayuntamiento de
Murcia se sitúa por encima del patrimonio cultural de los murcianos. No es de
recibo que el Ayuntamiento se enfrente a la CARM para perjudicar claramente el
interés de todos y beneficiar exclusivamente a unos cuantos, en una de las
últimas señas de identidad que nos quedan; la Rueda de La Ñora y su acueducto.
La
asociación también se pregunta, qué hace la Junta de Hacendados que no defiende
este emblema del regadío de la Huerta de Murcia.
Desde
HUERMUR se anuncia que cualquier obra que se lleve a cabo y afecte al BIC de la Rueda de La Ñora y su acueducto, será denunciada ante la Justicia por infringir
la Ley de Patrimonio de la Región de Murcia y la del Estado español.
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