lunes, 28 de enero de 2013

El Imida trabaja en el mantenimiento de variedades tradicionales hortícolas

MURCIA.- La Consejería de Agricultura y Agua considera que las variedades tradicionales de hortícolas presentan una "amplia variabilidad genética", con numerosas propiedades antioxidantes y vitamínicas, que pueden dar respuesta a futuras demandas de productos más saludables por parte del mercado.

   El director del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (Imida), Adrián Martínez, ha puesto de manifiesto que la mayoría de estas variedades tradicionales "dejaron de ser cultivadas por los agricultores cuando se comercializaron otras variedades mejoradas, con las que obtenían mayor producción, aunque de menor calidad". En este sentido, dice que "si una semilla deja cultivarse, a los dos o tres años pierde su capacidad de germinación".
   Para evitar la desaparición de estas variedades tradicionales, el Imida creó, hace más de 30 años, un Banco de Germoplasma donde pueden permanecer conservadas durante muchos años en las condiciones idóneas de temperatura y humedad.
   Según Joaquín Costa, investigador y coordinador del Equipo de Horticultura del Imida, hasta ahora se han recuperado casi todas las variedades de hortícolas, principalmente tomates, pimientos, melones, calabazas y berenjenas, muchas de las cuales están volviendo a cultivarse. También hay una amplia variedad de lechugas, brócolis, coliflores, cebollas y ajos, aunque éstas tienen menor demanda.
   En concreto, las variedades recuperadas proceden de parcelas de cultivo tradicional en pequeños valles y zonas montañosas de la Región de Murcia.
   El Imida también ha recuperado variedades de otras provincias, como Jaén y Albacete, y ha desarrollado proyectos de conservación con la comunidad de Extremadura, que es muy rica en recursos fitogenéticos.
   Asimismo, ha firmado convenios con empresas como 'Bioenergética del Mediterráneo', para el cultivo y comercialización de las variedades tradicionales.
   Estas empresas suministran semillas a los agricultores ecológicos de la Región, principales interesados, para el cultivo de variedades bien adaptadas a nuestras condiciones de suelo y clima, que aportan un valor añadido de mejor calidad, sabor y aroma, obteniendo así mayor rentabilidad en el mercado.
   Y también ha suministrado semillas a algunos restaurantes de la Región, que cultivan su propio huerto para ofrecer a sus clientes platos elaborados con estas variedades tradicionales. Asimismo, en colaboración con la Red de Agroecología y Ecodesarrollo de la Región de Murcia, organiza conferencias, foros y reuniones para dar a conocer las ventajas de las variedades tradicionales.
   Evitar que se pierda el rico patrimonio generado a lo largo de muchas generaciones de cultivo es de vital importancia, según resaltan los investigadores del Imida, ya que una variedad tradicional que se pierde es irrecuperable, porque se trata de una combinación genética imposible de reproducir.
   Contar con una amplia colección de variedades tradicionales sirve también para hacer frente a determinadas plagas o enfermedades que pueden aparecer en un futuro y a las que algunas de estas variedades podrían ser resistentes.
   Asimismo, la variabilidad genética hace que estas variedades presenten numerosos compuestos que, en el futuro, pueden ser más valorados y demandados por el mercado. Por ejemplo, hay determinadas variedades de pimiento que, a igualdad de peso fresco, son más ricas en vitamina C que el kiwi o el limón; y de tomate que son más ricas en licopeno, que ayuda a prevenir el cáncer de próstata.

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