domingo, 1 de julio de 2012

España gana la Eurocopa 2012 tras fulminar a Italia por 4-0


KIEV.- La selección española se ha proclamado campeona la Eurocopa 2012 tras vencer a Italia (4-0) en la final disputada en el Olímpico de Kiev gracias a los goles de Silva, Jordi Alba, Fernando Torres y Mata que han coronado una espectacular actuación colectiva que permite a España completar la 'Triple corona' con la secuencia Eurocopa-Mundial-Eurocopa.

La Universidad de Murcia inicia el plazo de renovación de la Comisión de Investigación

MURCIA.- El Vicerrectorado de Investigación e Internacionalización de la Universidad de Murcia (UMU) ha iniciado el plazo de renovación bianual de la Comisión de Investigación en cumplimiento con el artículo 111 de los Estatutos de la institución docente, que especifica que "los miembros de la Comisión serán elegidos por un periodo de cuatro años" y que "cada dos años se procederá a la renovación de la mitad de ellos".

   En esta ocasión se debe renovar un miembro de Ciencias de la Salud, un miembro de Ciencias Experimentales, un miembro de Ciencias Jurídicas, un miembro de Humanidades, y un miembro de Matemáticas, según fuentes consultadas del departamento de Promoción de la Investigación de la UMU (Prinum), dependientes del Vicerrectorado de Investigación.
   Los miembros de la Comisión, conforme dispone dicho artículo en su apartado primero, deberán ser profesores doctores de los cuerpos docentes universitarios o contratados fijos, elegidos por y entre ellos de cada uno de los grupos de áreas de conocimiento ya citadas, con dos evaluaciones positivas de actividad investigadora.
   Se pretende acortar los plazos, en la medida de lo posible, a fin de que se complete la renovación de los miembros de la Comisión de Investigación a la mayor brevedad posible.
   Se ha habilitado el proceso de televoto en 'televotoinves.um.es', en el siguiente enlace 'https://televoto.um.es/televoto/indexCI.jsp'.
   La exposición del Censo Electoral en página Web tuvo lugar del 25 al 29 de junio, mientras que las reclamaciones al Censo Electoral se podrán realizar del 2 al 4 de julio; la presentación de Candidaturas se producirá del 6 al 11 de julio; y la proclamación provisional de candidaturas será el 12 de julio.
   La presentación de reclamaciones candidaturas tendrá lugar el 13 de julio; la proclamación definitiva de candidaturas será el 16 de julio; y la votación telemática y proclamación provisional de resultados será el 17 de julio. Así, la votación se realizará por grupos de áreas y el número máximo de candidatos al que se puede votar es el de uno.
   Por último, la presentación de reclamaciones votación será el 18 de julio, y la proclamación definitiva de resultados será el 19 de julio.

Zarrías critica que los ayuntamientos deban pagar los intereses del plan de pago a proveedores

CASTELLÓN.- El secretario de Política Municipal del PSOE, Gaspar Zarrías, ha criticado que los ayuntamientos deban asumir el pago de los intereses del plan de pago a proveedores de las corporaciones municipales y ha censurado que los bancos no deberían beneficiarse de esta línea de financiación que, ha apuntado, "se pagará a un interés superior" al que exige el Banco Central Europeo o el mercado interbancario.

   Zarrías se ha pronunciado así tras visitar la Feria de Desarrollo Rural de Cinctorres, donde ha resaltado que si bien este plan de pago a proveedores "era una buena idea, no debería significar cerrar ayuntamientos que no puedan asumir los intereses". Así, ha lamentado que este mecanismo "se ha convertido en un elemento que perjudicará a los ayuntamientos" y será "dinero del Estado que va a sanear las cuentas de los bancos", por lo que ha asegurado que "no han primado los intereses generales".
   El socialista ha calificado de "ocurrencia" la propuesta del Gobierno de eliminar ayuntamientos para sanear las cuentas públicas. o los consorcios y mancomunidades. A su juicio, los 'populares' quieren "acabar con la administración más cercana" y ha abogado por afrontar la reforma integral de la administración local que incluya también la revisión de la financiación.
   "La reorganización de la administración local en este país no puede hacerse a golpe de ocurrencias, debe haber más rigor y seriedad", ha insistido Zarrías, quien ha recalcado que los consistorios no son los culpables de la situación de las arcas públicas, como lo demuestra el hecho de que el Estado "debe 800.000 millones de euros" y los ayuntamientos, "poco más de 28.000", de la que "buena parte corresponde a las deudas de Madrid, Valencia y Barcelona".
   Así, ha resaltado que "los deudores no son los pequeños" ayuntamientos, sino que estos, por el contrario, "son los responsables de que en el mundo rural se viva con dignidad".
   Por otra parte, preguntado sobre si la reforma debería iniciarse por las diputaciones, Zarrías no ha definido el papel que atribuiría a las instituciones provinciales y se ha limitado a señalar la necesidad de "delimitar las competencias para evitar duplicidades".
 "Hay que delimitar el campo de las diputaciones provinciales y las comarcas, se debe dimensionar a cada uno con lo que tiene que hacer", ha concluido.

Decepción / Francisco Parra *

Últimamente llegan a España algunas buenas noticias. No, no; no se trata de los triunfos de “La Roja”, o de Rafa Nadal. Se trata de ciertos cambios en las actitudes de los líderes europeos. A todos aquellos que esperamos ansiosamente ver la luz al final del largo y tortuoso camino de la crisis económica, nos produce un halo de esperanza cuando oímos que desde Europa nos prestarán un “dinerillo” para solucionar los problemas de nuestra banca y cuando se confirma que habrá otro “cacho” para fomentar el crecimiento económico y luchar contra el desempleo. 

Todo esto vendrá acompañado, al parecer, de una mayor integración fiscal y financiera en Europa. Bueno, más vale tarde que nunca, por fin parece que se camina en la dirección adecuada. Sinceramente pienso que esta vez, si hacen lo que dicen y no surge ningún escollo en el complejo entramado de la toma de decisiones en la Unión Europea, se iniciará la senda de la recuperación.

Sin embargo, me siento descorazonado. No porque lleguemos al principio del fin de la crisis, sino porque la crisis estaba teniendo algunos “efectos colaterales” que eran muy positivos y está claro que, en cuanto se intuya un mínimo atisbo de mejora, nuestros políticos se apoltronarán una vez más. Si se fijan, conforme la crisis tomaba posiciones en la economía y en la sociedad española, han ido saliendo cada vez más casos de corrupción de tiempo atrás, (que han salpicado incluso a la Corona), se han aireado las desastrosas decisiones que han tomado algunos de nuestros políticos y que nos han costado auténticas fortunas, se han abierto sanos debates sobre fórmulas de racionalización del gasto público,.. . Pero tengan claro que en el momento en que los políticos sientan que vuelven a tener el control de la situación, las reformas se acaban y desde luego, quedan unas cuantas muy gordas que acometer a mi modo de ver.

Para empezar, en España hay unos 450.000 políticos que cobran del erario público. Si añadimos asesores, cargos de confianza y otros enchufados, nos vamos fácilmente al medio millón. Esto quiere decir que tocamos a algo más de un político por cada 100 habitantes, un ratio escandaloso, si tenemos en cuenta que hay menos policías, bomberos, médicos …. . Y si tenemos en cuenta que países como Italia, tienen la mitad de políticos que España, con una población de casi 65 millones de habitantes.

Si queremos “hacer más sangre”, comparémos con el caso alemán, donde la proporción está aproximadamente en el 1 por mil, y eso que es una república federal. Si nos marcáramos un objetivo, nada ambicioso, de acercarnos al caso italiano, tendríamos que eliminar unos 250.000 políticos, que a un coste medio de 50.000 € año por cada uno, por sueldos, seguridad social, dietas, ….., (y me quedo corto), supone un desembolso anual de ¡12.500 millones de euros!. ¿A que esperan para organizar el ERE de la clase política?

Para continuar, tenemos el régimen de subvención a partidos políticos, sindicatos, uniones patronales y otras asociaciones. El montante anual que estas instituciones se embolsan procedente de las arcas del Estado, en concepto de subvenciones ronda los 100 millones de euros. Aunque parece “el chocolate del loro”, no lo es tanto si solo hubiese uno, pero es que hay mucho loro por ahí...

Otro punto negro lo tenemos el ingente volumen de la economía sumergida que existe y persiste en España. Según FUNCAS, en España, la economía sumergida está cerca de alcanzar el 24% del PIB, (es curioso cuanto se parece esa cifra a la de desempleo). No sé que gobierno tiene que llegar a La Moncloa para poner fin a esta lacra. Si comparamos otra vez con el doloroso ejemplo alemán, resulta que en dicho país, la economía sumergida se encuentra en el 13% del PIB. Si en España llegáramos al 15%, o sea, si redujésemos esta tasa un 9%, afloraría un volumen de operaciones por valor de unos 96.600 millones de euros.

 No quiero aburrir con tecnicismos y complejas fórmulas, pero debemos tener en cuenta que este volumen de operaciones no se convierte directamente en base imponible de los impuestos, porque parte de lo que unos declarasen, se lo desgravarían otros. En realidad, la base para los principales impuestos estatales sería el valor añadido y esta cifra es difícil de calcular, pero “a ojo de buen cubero”, si pensamos que el beneficio bruto de las actividades no oficiales fuese del 20% y el beneficio antes de impuestos del 15%, podemos calcular que los ingresos por IVA podrían superar los 1.500 millones de euros y los ingresos por sociedades los 3.600 millones de euros. A estas cifras habría que añadir el IRPF de los trabajadores que pasarían a trabajar oficialmente, sus cotizaciones a la Seguridad Social, el desempleo que no se pagaría a parte de estos trabajadores….

Otra faena interrumpida, tal que fuera un coito, es el asunto del consumo de hachís, marihuana y otros sucedáneos. Según una conocida asociación de defensores de cannabis, existen en España 4.000.000 de consumidores habituales. En su día, recordarán que se “despenalizó” el consumo, que no el tráfico. La incoherencia es manifiesta, porque si alguien consume es porque alguien se lo vende y si el tráfico no es legal…., ya me explicarán. Pues bien, ¿porqué no lo regulamos y cobramos el IVA y un impuesto especial como en el caso del tabaco o el alcohol?. Quien me conoce sabe que ni siquiera fumo tabaco, pero me parece indignante que si yo me tomo unas cañas, pague el IVA y el Impuesto Especial de Bebidas Alcohólicas y sin embargo, estos cuatro millones de fumadores de cannabis no paguen un céntimo. Con esta masa de contribuyentes potenciales, no sería de extrañar que el Estado pudiese recaudar en torno a los 1.500 millones de euros al año.

Otro asunto espinoso, pero que yo pensaba que gracias a la crisis se abordaría por fin, es el de la prostitución en España. Según la mismísima agencia Efe, en un comunicado de agosto del 2.011, se calcula que la prostitución mueve en España unos 50 millones de euros ¡al día!. Además, se calcula que unas 300.000 personas se dedican a esta profesión en nuestro país. ¿A qué esperamos para regular y por tanto cobrar?. Mucha gente se está beneficiando de esta “actividad libre de impuestos” que factura casi 20.000 millones de euros al año y el resto de los españoles, a pagar más por la subida del IRPF. 

Un cálculo rápido nos permite obtener que, 300.000 personas cotizando como autónomos por 260 € mensuales dan lugar a unos ingresos para el Estado de casi 1.000 millones de euros al año. Pero claro, si añadimos IVA e IRPF, en Régimen de Módulos, (cabe pensar que poca gente facilitaría sus datos fiscales para la factura), se podrían recaudar otros 1.500 millones de euros más. Que no se escandalice nadie. En la pulcra Holanda la prostitución está regulada y en ciertas partes de Alemania, también.

Lo que está claro es que, si se consiente hasta el punto que se consiente en España, se debe regular y de esta manera obtener ingresos para la administración pública y mejores condiciones de trabajo para quienes realizan esta actividad.

Estos son, tan sólo algunos ejemplos. Seguro que se podrían encontrar más posibilidades de ahorro o recaudación, pero claro, no tan sencillas para nuestros políticos como subir el IVA o recortar pensiones. La cuestión fundamental es, por supuesto, la reforma del Modelo de Estado y de la Función Pública, pero eso no se va a tocar si no llegamos prácticamente a la rebelión popular, y si no al tiempo.

Pues bien, si hacemos la suma de todo lo que hemos expuesto anteriormente, nos da una cifra de 21.700 millones de euros. Evidentemente, este cálculo es tan solo una aproximación a la situación, pero sirve para darse cuenta de que nuestros gobernantes, (tanto los actuales como los anteriores), nos han recortado a todos antes de recortarse a si mismos y de que han optado por la solución fácil a través del “decretazo”, reduciendo pensiones, subsidios, sueldos a funcionarios, aumentando impuestos, etc. antes de acometer las reformas que de verdad significarían la solución al problema.

Ahora parece que planean aumentar el IVA, los impuestos sobre la gasolina y eliminar la deducción por vivienda. Una vuelta de tuerca más a una población angustiada y exprimida, mientras que la verdadera reforma sigue sin hacer.

Mucho me temo que el principio del fin de la crisis va a significar el “coitus interruptus” para la realización de verdaderas reformas en nuestro país, por lo que no tengo claro si es bueno o no que nos presten dinero y que se elaboren programas subvencionados de inversiones para potenciar el crecimiento.

(*) Economista

Los reyes de los años tóxicos / Jorge Fauro *

Aquello era una fiesta. Una fiesta casi en el sentido literal del término. Una fiesta del activo y del pasivo, de cuotas participativas, de toque de campanas en el parqué de la Bolsa de Madrid y en las páginas salmón del Financial Times. La fiesta subprime. La fiesta tóxica. Un after hour de preferentes y créditos basura. Roberto López Abad (Alcoy, 1955), el ex director general de la CAM, ahora caído en desgracia y citado como imputado por la presunta comisión de delitos societarios, estafa y manipulación del precio de las cosas junto a otros cuatro compañeros de correrías financieras en la principal enseña económica que jamás tuvo Alicante, acabó por convencernos a todos de que la "rave" crediticia podía continuar. Quizá no con tanto champán. Probablemente con algo menos de caviar, pero proseguir al fin y al cabo, sin temor a que de repente llegaran los padres en mitad del guateque (el Banco de España, el BCE, el Ministerio de Economía o el sursuncorda) y se encontraran la casa hecha unos zorros y arrasada por los efectos de la orgía inmobiliaria. 

Aquello podía seguir con menos alharacas. Con riesgos, sí, aunque, quizá anticipándose a la popular sátira del alcoyano, Roberto López debió de pensar: "aixó ho pague jo". Y aquella fiesta acabó convirtiendo a la caja, entonces la cuarta de España en activos, en una "cosa". Manipulación del precio de las cosas, según sostiene el juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez. La CAM como cosa. Sólo hay que imaginar el calibre de lo que se estaba fraguando entonces si tenemos en cuenta que por delante de la CAM, en el segundo y tercer puestos del ránking orgiástico, se hallaban los padres de Bankia, es decir Cajamadrid y Bancaja.

Acabada la fiesta, arrasada y subastada la casa y reprendidos por sus progenitores (falta por determinar el castigo, si lo hubiera, que de eso se encargará la Audiencia Nacional a partir del 10 de julio), el ex primer directivo de Caja Mediterráneo y otros cuatro anfitriones deberán explicar ante la Justicia qué diablos se cocía en la entidad mientras a toda la sociedad alicantina, en particular, y al sector financiero, en general, se le hacía llegar un mensaje bien distinto al que ahora conocemos y cuyo último balance ha arrojado unas pérdidas de 1.136 millones de euros. Junto a él deberán hacerlo el ex director general de recursos de la CAM, Vicente Soriano Terol; el ex director de planificación y control de la caja alicantina, Teófilo Sogorb; el ex presidente del consejo de administración, Modesto Crespo; y la última directora general de la caja y sucesora de Roberto López, María Dolores Amorós.
En esta dolce vita de las finanzas, los ahora imputados hicieron creer al establishment económico que aquello era lo correcto. Lo correcto y lo único posible. Corrían los años en que un ladrillo se enseñoreaba orgulloso sobre la cresta de una ola inventada años antes tras la modificación de la Ley del Suelo por el Gobierno de Aznar y que el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero no se molestó en corregir. Una ola de mentirijillas, de parque temático, donde una manifestación pública de los ahora imputados adquiría rango de ley por arriesgada que fuese. "¿Financiaron demasiado alegremente en los años buenos?", preguntaba el firmante de este artículo en una de las contadísimas entrevistas (Información, 20 de abril de 2008) que Roberto López concedía a un medio de comunicación. La respuesta, leída hoy, es de las que eriza el vello: "Financiamos todos los proyectos que entendimos que eran viables y por tanto tenía sentido apoyarlos. Es verdad que la rotundidad de la aparición de la crisis nos ha causado sorpresa, pero hay que aprender de esas cosas. Posiblemente, hasta agosto de 2007 nadie había oído hablar de las "subprime". Y hay que decir más cosas. No está mal el nivel de sofisticación al que se llega en un mercado cuando tú puedes ir a un tenderete a comprar una hipoteca sin tener trabajo y sin tener ingresos. No está mal siempre que haya información profunda y transparente para todos los intervinientes, o se refleje en un precio adecuado". Hipotecas de por vida sin trabajo ni ingresos. La fiesta podía continuar. La CAM como tenderete. 

Y en ese contexto se movían todos aquellos a quienes el juez de la Audiencia ha citado como imputados a partir del 10 de julio.

La terreta feliz
Reflejo de este espejismo y en el mayor momento de gloria de los presuntos responsables de este expolio, Alicante no era la excepción del universo económico que se movía entre bambalinas. Los libros de visitas de algunos restaurantes de la capital constituyen testigos mudos de aquel "swinging Lucentum". En una mesa, Roberto López Abad, Maira Amorós y Modesto Crespo preparando el camino de éste último a la presidencia de la caja de ahorros; en la mesa contigua, el dueño de Hansa Urbana diseñando su estrategia para acometer inversiones en México y el Caribe con apoyo de la entidad de ahorros; en el restaurante de al lado, el ex presidente provincial del PP, José Joaquín Ripoll, y sus acólitos de partido viendo el modo de controlar la caja y, de paso, aguarle el mandato a Camps; la gente de Camps, en otra punta de Alicante, haciendo lo propio para colocar a un presidente afín al frente de la entidad, un tal Crespo, bien conocido en Elche y Alicante, pero con apenas referencias en el cap i casal y, por supuesto, ajeno al exclusivo club de las grandes fortunas de Valencia; un poco más allá, Enrique Ortiz mostrándose a los periodistas como Marlon Brando en su famoso discurso de Julio César. Pero Bruto, es un hombre honrado. Todos felices. Tiempos honorables.

España crecía, el empleo se desbordaba en mitad de un cielo poblado de grúas y las fábricas de Agost no daban abasto con la comanda. Los mercados acababan de dar un aviso gravísimo y revelador, cual era la quiebra de Lehman Brothers, pero desde la cúpula de la caja, erigido ya en pope de la economía bancaria y prestigiosísimo gestor, el ex director general se convertía en su propio y eficaz "dircom" cuando aseveraba en la misma entrevista: 

Pregunta.- Estados Unidos ya ha entrado en recesión. ¿Cree que a Europa le ocurrirá lo mismo?

Respuesta.- En la UE yo creo que no, y en España desde luego tampoco. Estamos leyendo previsiones de crecimiento para 2008 y para 2009 muy importantes. Discutiremos si es el 2,4% o el 3,1% que dice el Gobierno, o el 1,8% que ha dado el FMI, pero estamos hablando de crecimientos positivos razonables y ajustados a lo que es el nuevo contexto de un país desarrollado y en un entorno euro. Para 2009 se presupuesta algo menos de crecimiento, pero todo el mundo habla también de que se vislumbra una salida a partir de 2010, si no en la segunda mitad de 2009.

Malditas hemerotecas. Era precisamente esa rotundidad y ese afianzamiento en los argumentos (fallidos, como el tiempo se ha encargado de poner en su sitio) con que los ahora imputados razonaban el descalabro que se estaba gestando, y que prácticamente nadie, salvo los técnicos del Banco de España (los mismos a quienes Teófilo Sogorb remitía los informes sobre los estados de cuentas de la CAM), que ya por entonces ponían sobre aviso (con escaso éxito) a Pedro Solbes, se hacía a la idea de la verdadera dimensión que estaba adquiriendo uno de los mayores fiascos financieros desde la caída del Banesto de Mario Conde. En conversaciones privadas, no obstante, Roberto López reconocía estar "bajando el Tourmalet" con el convencimiento de que si apretaba el freno, las consecuencias podrían ser mucho peores.

A espaldas de todo el sistema bancario y mientras la caja publicaba imponentes balances presentándose no sólo como una entidad sólida, sino con aspiraciones de superar a su vecina Bancaja, los gestores de la CAM apuntalaban su prestigio a base de golpes de imagen, discursos muy bien hilados y la enorme ventaja de que ni la capital ni la provincia se habían medido nunca en la Champions League de las finanzas. López Abad, Vicente Soriano o Maira Amorós salían en las páginas salmón de la prensa económica, hablaban de inversiones en la Riviera Maya, de abrir oficinas en cada ciudad de España y de comprar bancos nacionales y de más allá del Atlántico. Apuntaban muy alto y eran lo que había, luego eran lo mejor, sin Botines ni Goirigolzarris que les hicieran sombra en una provincia que acostumbra a mirarse el ombligo y llega a creerse lo de la millor terreta del món.

La caja celebraba consejos de administración fuera de España y Vicente Soriano estudiaba antes del viaje el mapa de la ciudad para conocer qué zonas eran las idóneas para practicar su actividad favorita, el footing. A menudo, el orden del día era lo de menos. La rumorología sobre el futuro de Roberto López, lejos de ponerle ante un juez de la Audiencia Nacional, le colocaba fuera de la CAM, sí, pero en alguno de los grandes bancos de España o fuera de ella, incluso en Londres, donde se había codeado con los verdaderos gurús de la city y de Canary Wharf cuando la caja quiso jugar a ser grande e intentó comprar Banco Atlántico. Despuntaba Maira Amorós como directiva de caja de ahorros con más futuro de España porque López Abad, eficiente director de comunicación en funciones una vez más, se había preocupado de gualdrapear su nombre en todos los foros económicos y periodísticos como la bandera que debía ondear en el tejado de la sede principal de la avenida de Oscar Esplá.

Posiblemente, ninguno de los cinco imputados, salvo Modesto Crespo, pretendía deslumbrar -con todo aquel oropel de prestigio cimentado a base de selección natural- a cualquiera de los trabajadores y trabajadoras que no veían la CAM más allá del banco que les custodiaba sus nóminas o les concedía el crédito para la casa o el coche. Pero el espectacular crecimiento de la caja y la espuma generada en lo alto de la ola les llevó a la cúspide del establishment y a pisar moquetas del Paseo de la Castellana inimaginables a finales de la década de 1980, cuando la fusión con la CAPA situó a la institución en el mapa bancario español. Posiblemente, su enorme influencia (las contadas manifestaciones públicas de Roberto López para analizar la situación económica multiplicaban aún más su credibilidad hasta convertirlo en un Krugman a escala alicantina) se convirtiera al final en aldabonazo para afianzar su derecho a blindarse tras indemnizaciones millonarias. 

Su gestión bien lo valía, y sus opiniones también. "En este escenario -se preguntaba en aquella entrevista-, ¿Caja Mediterráneo tiene fortaleza suficiente para aguantar el tipo? Totalmente. La fortaleza de una entidad financiera viene dada por varias cosas. Somos capaces de generar recursos", respondía el ex director general. Y añadía: "La caja creció el año pasado [2007, hace sólo cinco años] en margen de explotación en una tasa del 36%. Es decir, somos capaces de generar un flujo de recursos importante, y esa es la mejor garantía de supervivencia. La caja tiene recursos propios por importe de 5.800 millones de euros. Sobre lo que la legislación que marca el Banco de España, supone un exceso de más del 45%; hay más de 1.800 millones de exceso sobre lo que son los recursos propios que nuestro balance necesita. Tenemos fondos de insolvencia muy importantes para cubrir situaciones de morosidad que con toda seguridad se van a producir en este proceso". Recordemos: pérdidas por 1.136 millones de euros cuatro años después de aquellas palabras.

Aquel poderío, esa aura de infalibilidad casi papal, dejaba a todo el mundo tranquilo, hasta que dos acontecimientos, uno impredecible y menos el segundo, comenzaron a resquebrajar la potente imagen labrada en la caja desde que López Abad sustituyera en 2001 a Juan Antonio Gisbert como primer directivo: la salida a Bolsa y la elección de Modesto Crespo.

Había que autofinanciarse. La Bolsa comenzaba a dar síntomas de cansancio, pero salir a los parqués como primera caja de España representó el mayor golpe de efecto de la historia reciente de CAM. Cuotas participativas sin poder político para sus titulares, la economía pura y dura al frente de la caja y el político de turno, por fin, lejos del mangoneo que, ya en tiempos de Zaplana, habían obligado a las cajas de ahorros valencianas a financiar imposibles (esta misma semana se ha vendido Terra Mítica, donde CAM, Bancaja y la Generalitat eran socios de referencia, a precio de saldo. El tenderete, que decía López Abad). 

Los dos arquitectos
Parte de los activos de la caja salieron al mercado en julio de 2008 por un valor de 4.800 millones de euros. Todo aquello hoy no vale nada, y hay que recordar que además del equipo gestor de la caja, López Abad contrató a dos "arquitectos" de prestigio para diseñar la salida a bolsa de la entidad. Uno les sonará menos a lectores poco habituados a la información económica. Se trata de Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales, buen amigo del ex director general y uno de sus principales cicerones a la hora de introducir a López Abad en los círculos económicos de Madrid. Ontiveros y su equipo se encargaron de dibujar el plano sobre el que la CAM debía guiarse en los parqués. Dónde, cómo y cuándo. Ontiveros fue el invitado estrella de un acto convocado por la caja, la Cámara de Comercio y Coepa para hablar de la situación económica. Fue en octubre de 2008, y la enorme preocupación por la crisis reunió en el Teatro Principal de Alicante a más de 1.400 personas de todos los sectores empresariales de la provincia. En aquel acto ya se habló de la urgencia de que el Estado inyectara dinero a la banca y se propuso sin tapujos, amnistías para aflorar el dinero negro. López Abad: "No seré yo quien lo pida, pero tampoco seré yo quien lo cuestione desde un punto de vista moral. Los casi 60.000 millones de euros en dinero negro que se calcula existen en España, dan para dos años de [funcionamiento de] la economía".

El argumento, calcado al que acaba de llevar a la práctica el Gobierno de Mariano Rajoy, tiene dos ejecutores: el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y el otro arquitecto de la emisión de acciones de la CAM, Luis de Guindos, ex responsable de Lehman Brothers en España (sí, Lehman Brothers) y hoy ministro de Economía, recibió de la caja el encargo de colocar las cuotas participativas en los mercados. Luis de Guindos, el mismo que, lejos aún de intentar salvar Grecia, el euro y Europa entera, se refirió en público a la iniciativa como uno de los productos financieros más atractivos del parqué. Cuatro años más tarde, quienes confiaron en la inversión se resisten a que sus ahorros se pierdan en el sueño de lo que pudo ser y no fue.

La apuesta de Modesto Crespo como presidente no ayudó a mantener la imagen cada vez más cuestionada de la institución y de sus directivos. Crespo, empresario ilicitano del sector de la automoción, encontró en la entidad el refugio que no consiguió hallar en la patronal de Alicante, algunas de cuyas federaciones venían contestando desde hace años su gestión al frente del metal, sector que acabó fraccionando. Acostumbrados a presidentes de escaso fuste ejecutivo y permeables al poder político, Crespo era el nombre que le dieron a Camps para presidir la caja y que éste aceptó de buen grado con tal de minimizar el poder de los zaplanistas en Alicante. Precisamente, Modesto Crespo procedía del ala más zaplanista de la patronal (como casi todos los dirigentes empresariales, por otra parte), y cuanto mayor era la oposición a su nombramiento, más crecía el apoyo del molt honorable con tal de arrinconar a sus oponentes dentro del partido. Que fuera la cuarta caja de España era lo de menos. A su predecesor, Vicente Sala, al que lo mismo utilizó Zaplana que Camps para que la CAM invirtiera allí donde no llegaban las arcas vacías de la Generalitat, se le atribuía desde las filas enemigas utilizar la presidencia para promocionar sus negocios entre los grandes clientes de la institución. Crespo no llegó a eso: directamente le pusieron un sueldo de 300.000 euros al año con carácter retroactivo en una de las empresas participadas de la entidad. Cuando todo aquello se supo, hacía meses que López Abad había desaparecido de la dirección general con una prejubilación millonaria, nombrado a María Dolores Amorós y convertido a la CAM en escándalo nacional. Los nuevos propietarios, el Banco Sabadell, aún deben de estar preguntándose qué hizo que aquellos directivos, hoy imputados, pasaran por ser lo más granado del sistema bancario español.

En los últimos días, los clientes de Caja Mediterráneo / Banco Sabadell habrán recibido una carta de presentación del nuevo director general, Miguel Montes. "En esta carta quiero dirigirme antes que a nadie, a usted, que ha sido nuestro cliente y ha confiado en nosotros durante mucho tiempo". Quizá demasiado.

(*) Periodista