jueves, 27 de diciembre de 2012

El Tribunal Constitucional y el Supremo invalidan el modelo urbanístico especulativo regional de Murcia

MADRID.-  Dos sentencias del Tribunal Constitucional y una del Tribunal Supremo han invalidado legalmente todo el entramado urbanístico especulativo creado durante quince años por el Gobierno del Partido Popular en la Región de Murcia presidido in aeternis por Ramón Luis Valcárcel. Ahora tras los dictámenes queda en herencia una autopista de peaje en quiebra (Cartagena-Vera) y un aeropuerto aún por inaugurar que ha costado 300 millones de euros y la misma escasez de agua ancestral, a juicio del digital 'Cuarto Poder'.


En el esquema fantástico de Valcárcel y sus acólitos decenas de miles de turistas debían llegar al aeropuerto internacional de Corvera, veinte kilómetros al sur de la capital provinciana y provincial y 30 al norte de la costa mediterránea, para trasladarse por la autopista de peaje Cartagena-Vera hasta la Marina de Cope, junto a Águilas, donde debía haberse edificado un macrocomplejo turístico costero de 9.000 viviendas, 22.000 plazas hoteleras, cinco campos de golf y una marina de 1.400 puntos de amarre.


Para facilitar el asunto el PP murciano no dudó en desproteger 11.000 hectáreas de terrenos protegidos ambientalmente junto al mar y que formaban parte del Parque Regional de Cabo Cope, saltándose los límites de este utilizando torticeramente la normativa europea sobre Lugares de Interés Comunitario (LIC). Los cooperadores necesarios fueron los propietarios de los terrenos sobre los que pretendían hacer el negocio del siglo: Iberdrola (40%), Bancaja (Bankia, quebrada) y Cajamurcia (integrada en un BMN con profundas dificultades financieras y a punto de ser intervenido).


El sueño digno de Antoñita la Fantástica se completaba con un trasvase del Ebro al Segura, prometido por José María Aznar y que nunca se hizo, supuestamente para garantizar el futuro de la agricultura aunque en realidad pretendía dotar de recursos hídricos a las viviendas, hoteles y campos de golf de toda la región murciana.


Pero un recurso de inconstitucionalidad interpuesto por 52 diputados del PSOE y alentado por Ecologistas en Acción, Anse, Greenpeace y WWF en 2001 ha sido dictaminado finalmente al cabo de 11 años por el Tribunal Constitucional, que ha dejado sin efecto la desclasificación de terrenos protegidos decidida por el PP y apoyada por sus socios financieros así como por todo el establishment regional murciano. El TC, en otro alarde de esa celeridad que hace a la justicia más cercana y eficiente para los ciudadanos, emitió la sentencia el pasado 13 de diciembre.


Aún no se habían repuesto del susto Ramón Luis Valcárcel y sus acólitos murcianos cuando el mismo Tribunal desestimó, el 21 de diciembre, un recurso interpuesto por el PP murciano para dejar sin efecto la reforma del Plan Hidrológico Nacional que concedió a Cataluña y al Estado español la potestad de decidir cuál ha de ser el caudal mínimo que el río Ebro ha de mantener en el Delta, lo que imposibilita de hecho la posibilidad de un trasvase como el pretendido por el PP murciano y valenciano hacia otras cuencas levantinas.


Era el tercer revés seguido que sufría el desarrollismo urbanístico especulativo propiciado por el Partido Popular en Murcia y que, a pesar de estos últimos acontecimientos, ha dejado como herencia miles de viviendas deshabitadas y sin vender en al menos una decena de resorts con campos de golf en toda la costa regional, edificados gracias al soporte financiero de Caja Mediterráneo (CAM, quebrada y ahora en manos de Banco de Sabadell); Cajamurcia (que lidera el grupo BMN en serias dificultades financieras), Bancaja y Cajamadrid (quebradas y en manos de la igualmente insolvente Bankia), etcétera.


El primer aviso de cómo iba a evolucionar en estos últimos diez días lo dio el Tribunal Supremo el 16 de diciembre al desestimar un recurso del Gobierno Regional contra una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Murcia que rechazaba el uso del llamado “teletransporte urbanístico” que estableció la ley regional de Suelo hace más de una década, la misma que desprotegió espacios naturales para facilitar la macrourbanización de Marina de Cope.


El “teletransporte”, hábilmente creado por el Gobierno de Ramón Luis Valcárcel, consiste en dotar de una edificabilidad teórica exagerada a suelos de sistemas generales para que fuera aprovechada en otros suelos urbanizables no conectados físicamente. Con ello, los promotores han estado aumentando eficicabilidad a placer en los terrenos urbanizables de su conveniencia.


Consecuentemente, si esa práctica extendida no es admisible, la mayoría de los planes urbanísticos redactados en la Región en la última década deberían ser revisados y los que están en fase de factura deberían ser paralizados, como exigen los ecologistas, para ajustarlos a lo que estableció en su día el TSJM y ahora ha refrendado el Supremo desestimando el recurso del Gobierno murciano.


Con estos tres recientes varapalos quedan legalmente invalidadas las políticas urbanísticas emprendidas desde 1995 por el PP en Murcia, aunque es de reseñar que algunos ayuntamientos murcianos gobernados por el PSOE ––Lorca y Los Alcázares especialmente–– también las han llevado a la práctica a pesar de los recursos en instancias superiores de su propio partido.


En cualquier caso, el modelo propiciado por Ramón Luis Valcárcel y sus equipos de gobierno, que ya ha fracasado económicamente como muestran las ciudades turísticas fantasma que jalonan la costa, queda ahora invalidado legalmente con las sucesivas tres sentencias del Tribunal Supremo y del Constitucional. Una felicitación de navidad de la que los gobernantes murcianos no se quieren dar por enterados.

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